
La alteración química del ADN es la causa principal por la que algunas mujeres desarrollan cáncer de mama y de ovario agresivos. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por genetistas noruegos, tras analizar varios miles de casos desde 2019 hasta ahora.
En un estudio que difunde JAMA Oncology, este equipo de investigadores de la Universidad de Bergen, junto con expertos estadounidenses del Women’s Health Initiative (WHI), subrayan que el silenciamiento génico epigenético en tejido normal es un factor predictivo para el cáncer de mama triple negativo (TNBC) así como para el cáncer de ovario seroso de alto grado (HGSOC).
El cáncer de seno triple negativo -según American Cancer Society- representa entre el 10% y el 15% de todos los cánceres de mama. El término cáncer de seno triple negativo se refiere a que las células de este tumor no contienen receptores de estrógeno ni de progesterona.
Tampoco producen exceso de la proteína HER2. El resultado es negativo en las tres pruebas realizadas a las células. Estos cánceres tienden a ser más comunes en mujeres menores de 40 años, que son de raza negra o que tienen una mutación BRCA1.
El TNBC se considera por los oncólogos como un cáncer agresivo porque crece rápidamente; es probable que se haya propagado en el momento en que se detecta y hay más probabilidades de que vuelva a aparecer después del tratamiento, en comparación con otros tipos de cáncer de mama.
Investigación del cáncer de ovario
Por otra parte, en principio se pensó que el tipo más común de cáncer de ovario, el carcinoma de ovario seroso de alto grado (HGSOC) se desarrollaba a partir del epitelio de la superficie del ovario.
Sin embargo, Paul T. Kroeger y Ronny Drapkin, en Pathogenesis and heterogeneity of ovarian cancer, que apareció en 2017 en Current Opinion in Obstetrics & Gynecology, sugieren que las células que experimentan transformación neoplásica y dan lugar a la mayoría de HGSOC provienen de la trompa de Falopio. Este desarrollo ha impactado tanto en la investigación traslacional como en la práctica clínica, revelando nuevas oportunidades para la detección temprana, la prevención y el tratamiento del cáncer de ovario.
Datos de diversos estudios genómicos indican que aproximadamente el 50% de los HGSOC se caracterizan por mutaciones en genes implicados en la vía de recombinación homóloga de reparación del ADN, especialmente BRCA1 y BRCA2.
Ahora, en el trabajo que se llevó a cabo en el Laboratorio de Investigación del Cáncer Mohn (Bergen, Noruega) entre 2019 y 2022, los investigadores encontraron que las mujeres con metilación en mosaico de bajo nivel de BRCA1 tenían un riesgo 2,5 veces mayor de TNBC y un riesgo 1,8 veces mayor de HGSOC.
Sobre esto, el profesor Lønning, director del estudio, opina que estos hallazgos ”pueden tener implicaciones significativas para nuestra comprensión de cómo se origina una fracción sustancial de estos cánceres. Previamente, detectamos una metilación similar en mosaico de bajo nivel de BRCA1 en sangre umbilical de recién nacidos, lo que indica que dicha metilación puede desarrollarse incluso antes del nacimiento. En nuestro trabajo, encontramos la metilación BRCA1 en muestras de sangre recogidas muchos años antes del diagnóstico de cáncer que se asoció con un riesgo elevado de TNBC y HGSOC”.
Factores que influyen en el riesgo del cáncer de mama
Para este investigador, por primera vez, todo esto “confirma que dicha metilación es un factor de riesgo de cáncer. El hecho de que ocurra en la etapa embrionaria, significa que debemos averiguar la razón por la que esto sucede, ya sea que esté relacionado con la influencia ambiental u otros factores. Además, plantea la pregunta provocadora de si una metilación similar puede afectar también a otros genes de riesgo de cáncer conocidos y, de ser así, ser un factor desencadenante de otras formas de cáncer”.
Finalmente y como explica el National Human Genoma Research Institute, perteneciente a los INH de Estados Unidos, la metilación es una modificación química del ácido desoxirribonucleico (ADN) y de otras moléculas que puede conservarse a medida que las células se dividen para generar más células.
Cuando se produce en el ADN, la metilación puede alterar la expresión génica. En este proceso, etiquetas químicas denominadas grupos metilo se unen a un sitio en particular en el ADN, donde activan o desactivan un gen y, de esa forma, regulan la producción de las proteínas que ese gen codifica.
Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de la mitad de los casos de cáncer de mama corresponden a mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción del género (mujer) y la edad (más de 40 años). Algunos factores aumentan el riesgo de padecer esa enfermedad, como son el envejecimiento, la obesidad, el consumo perjudicial de alcohol, los antecedentes familiares de cáncer de mama, el historial de exposición a radiación, el historial reproductivo (como la edad de inicio de los períodos menstruales y la edad al primer embarazo), el consumo de tabaco y la terapia hormonal posterior a la menopausia.