Relación entre infección por enterovirus y diabetes tipo 1
Enterovirus Coxsackie B4 visto con un microscopio inmunoelectrónico. Fuente: Biblioteca de imágenes de salud pública de los CDC

Los enterovirus, un grupo común de virus, están fuertemente asociados con la diabetes tipo 1, de acuerdo con un meta análisis realizado en la Universidad australiana de Nueva Gales del Sur y explicado en Estocolmo, en la 58º reunión anual de la European Association for the study of Diabetes (EASD).

La doctora Sonia Isaacs coordinó un equipo interdisciplinar de investigadores y clínicos que llevaron a cabo una revisión sistemática de la investigación existente sobre esta vinculación.

La diabetes tipo 1 es muy común en niños y su incidencia ha aumentado en todo el mundo durante las últimas décadas. Los investigadores saben que, en esos casos, el sistema inmunológico ataca y destruye las células beta productoras de insulina en el páncreas, evitando que el organismo produzca suficiente hormona para regular adecuadamente los niveles de azúcar en la sangre.

La causa que desencadena exactamente el ataque del sistema inmunitario sigue siendo controvertido, pero algunos investigadores creen que implica una combinación de una predisposición genética y uno o más desencadenantes ambientales, como una infección por virus.

Además, la cetoacidosis diabética, una afección que a menudo se presenta en el momento del diagnóstico de diabetes 1 y que implica la acumulación de cetonas en la sangre, puede poner en peligro la vida si no se trata a tiempo.

Algunas de las pruebas más sólidas de la participación del virus en su aparición apuntan a los enterovirus. Este grupo muy común de agentes patógenos incluye los que causan la poliomielitis y otros que causan síntomas más leves parecidos a los del resfriado.

Las vacunas que buscan reducir la incidencia de la diabetes 1 al prevenir la infección por enterovirus se estudian en diversos ensayos clínicos. La confirmación del papel de los enterovirus apoyaría este y otros trabajos hacia la prevención primaria de la enfermedad.

Más enterovirus con diabetes tipo 1

El meta análisis estudiado por los investigadores australianos es el de mayor tamaño en este campo. Incluye datos de un total de 12.077 pseronas (de 0 a 87 años de edad) de 60 estudios observacionales controlados que se encuentran en las bases de datos PubMed y Embase.

Un total de 5.981 de los participantes tenían diabetes tipo 1 o autoinmunidad de los islotes (que generalmente progresa a diabetes tipo 1). Los 6.096 participantes restantes no tenían esta disfunción.

Como explicó en Estocolmo la doctora Isaacs, detectaron ARN o proteína de enterovirus (un signo de una infección actual o reciente, en muestras de sangre, heces o tejido) utilizando una variedad de técnicas moleculares avanzadas y altamente sensibles.

Aquellos con autoinmunidad a los islotes tenían el doble de probabilidades de dar positivo por enterovirus que los que carecían de autoinmunidad a los islotes de Langherans.

Las probabilidades de infección por enterovirus fueron ocho veces mayores en aquellos con diabetes tipo 1. Y, lo que es más importante, este colectivo tenía 16 veces más probabilidades de que se les detectara una infección por enterovirus en el mes posterior a su diagnóstico de diabetes.

“En nuestro estudio -añade- encontramos que las personas con diabetes tipo 1 que tenían riesgo genético y un pariente de primer grado con la disfunción, tenían 29 veces más probabilidades de tener una infección por enterovirus”.

Por último, subraya que “el número, el momento y la duración e, incluso, el sitio de las infecciones por enterovirus también pueden ser importantes. La hipótesis del intestino permeable sugiere que los virus que se originan en el intestino podrían viajar junto con las células inmunes activadas al páncreas, donde una infección persistente de bajo nivel y la inflamación resultante pueden conducir a una respuesta autoinmune”.

La OMS alerta sobre el acceso a la insulina

En el último informe de la Organización Mundial de la Salud sobre diabetes se destaca el estado alarmante del acceso mundial a la insulina y la atención diabética, y encuentra que los altos precios, la baja disponibilidad de insulina humana, los pocos productores que dominan el mercado de esta hormona y los sistemas de salud débiles son las principales barreras para el acceso universal.

La insulina -destaca la OMS- es la piedra angular del tratamiento de la diabetes: transforma una enfermedad mortal en una enfermedad manejable para nueve millones de personas con diabetes tipo 1. Para más de 60 millones de personas que viven con diabetes tipo 2, la insulina es esencial para reducir el riesgo de insuficiencia renal, ceguera y amputación de extremidades.

Sin embargo, una de cada dos personas que necesitan insulina para la diabetes tipo 2 no la tiene. Esta enfermedad aumenta en los países de ingresos bajos y medianos y, sin embargo, el consumo de insulina no refleja la creciente carga de morbilidad.

El informe destaca, entre otras cosas, que, si bien tres de cada cuatro personas afectadas por la diabetes tipo 2 viven en países fuera de América del Norte y Europa, representan menos del 40% de los ingresos por ventas de insulina.

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