Gina Rippon: “Los cerebros de hombres y mujeres no son tan distintos”
Gina Rippon, profesora emérita de Neuroimagen del Aston Brain Centre de la Universidad de Aston (Birmingham) y ex presidenta de la Asociación Británica de Neurociencia Cognitiva. Foto: Fundación Ramón Areces

“Hombres y mujeres somos distintos, pero nuestros cerebros no son tan diferentes”. Con esta afirmación, la neurocientífica Gina Rippon quiere acabar con dos siglos de investigaciones en los que muchos científicos se han afanado en buscar esas diferencias.

Rippon, profesora emérita de Neuroimagen del Aston Brain Centre de la Universidad de Aston (Birmingham) y ex presidenta de la Asociación Británica de Neurociencia Cognitiva, acaba de publicar el libro El género y nuestros cerebros (Ed. Galaxia Gutenberg) y, como presentación en España, acaba de ofrecer una conferencia en la Fundación Ramón Areces con el título El cerebro y el género: cómo nuestro mundo puede cambiar nuestro cerebro y condicionar nuestras mentes.

Gina Rippon
‘El género y nuestros cerebros’, de Gina Rippon, acaba de ser publicado en España. Foto: Galaxia Gutenberg

En efecto, para la ex presidenta de la Asociación Británica de Neurociencia Cognitiva, “siempre se ha tenido la idea de que, igual que hombres y mujeres tienen cuerpos distintos, también había dos tipos de cerebros, uno femenino y otro masculino”.

No son pocos los ejemplos. Gustave Le Bon, en 1879, dijo que “las mujeres representan una forma inferior de evolución, más cercana a los salvajes y los niños que a los adultos y hombres civilizados”, recuerda la neurocientífica, que repasa los trabajos sobre la materia de algunos otros insignes científicos.

Desde las desafortunadas afirmaciones de Charles Darwin, que consideraba que los cerebros de las mujeres no llegaban al nivel de los de los hombres, hasta Simon Baron-Cohen, que argumentaba en su libro The essential different que el cerebro femenino hace más empáticas a las mujeres mientras que el cerebro masculino está más preparado para entender sistemas. De esta manera, “las mujeres éramos muy buenas enfermeras, cuidadoras y profesoras de niños, mientras que los hombres eran mejores científicos y exploradores”, se lamenta la científica.

Diferencias sexuales en cerebros de hombres y mujeres

En las últimas décadas se han realizado todo tipo de investigaciones sobre diferentes aspectos de la morfología del cerebro, teniendo el cuenta el peso, la forma o la densidad con diferentes conclusiones, pero “aún hoy, si tomáramos un cerebro al azar, nadie sabría decir si corresponde al de una mujer o al de un hombre y, mucho menos, saber que pertenecía a una mujer a la que le gustaban los hijos y beber ginebra, por poner un ejemplo”, bromea la profesora Rippon.

Con todo, matiza la neurocientífica del Aston Brain Centre, “no significa que no haya diferencias sexuales en el cerebro, pero éstas tienen que ver con las hormonas y con la genética”, aclara.

Vídeo: Fundación Ramón Areces

Para esta investigadora, las diferencias de género “habría que buscarlas fuera del cerebro, en los cambios que se están produciendo en la sociedad”. Y es que, según Gina Rippon, tanto los genes como el ambiente son fundamentales, pues los cerebros son plásticos y moldeables.

“Cada cerebro se desarrolla hasta alcanzar un punto máximo que, hasta ahora, se pensaba que coincidía con el final de la adolescencia o la veintena de años. Pero también se ha demostrado que esa plasticidad es tal que va cambiando toda la vida, que todas las experiencias que tenemos lo van modificando: si aprendemos un idioma o a tocar un instrumento musical, si desarrollamos un nuevo hobby…”, explica.

Plasticidad del cerebro e influencia del entorno

En la especie humana los bebés son los seres recién nacidos más indefensos frente a cualquier otra especie. “Pero el bebé humano tiene un radar fascinante y desde el primer momento está captando gestos, ondas, los tonos de las demás personas que le rodean. Es increíble y son muchas las investigaciones que lo han comprobado. Rapidísimamente detectan que el sexo es importante y ven diferencias entre quienes tiene cerca…”, apunta Gina Rippon, y continúa: “Siempre nos hemos centrado en el interior del cerebro, pero ahora, en las nuevas investigaciones sobre esa plasticidad y esa influencia del entorno, comprobamos que es más importante cuanto sucede fuera”.

No obstante, enfatiza, “la sociedad trata a los niños y a las niñas de forma diferente. Desde antes de que nazcan, cuando ponemos globos azules o rosas, ya se les va marcando su identidad”. Por eso considera muy positivas las campañas que ayudan a eliminar estereotipos, como la que actualmente se desarrolla en Reino Unido para que los juguetes sean juguetes, sin diferencia de sexo.

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