
El diagnóstico refleja tanto la fisiopatología como el impacto clínico de la obesidad como parte de las enfermedades crónicas. El sistema de codificación que figura en un nuevo estudio (que adelantamos) aparecerá publicado en el número de marzo de Obesity, órgano oficial de la Sociedad Americana de Obesidad.
Tiene cuatro apartados: fisiopatología, clasificación del índice de masa corporal (IMC), complicaciones y gravedad de la misma.
También incluye la estadificación de la enfermedad, complicaciones específicas que afectan la salud, la base de la intervención clínica, los objetivos de tratamiento individualizados y un enfoque de medicina personalizada.
Para el profesor Timothy Garvey, de la Universidad de Alabama y principal autor de este trabajo, “la codificación refleja lo que estamos tratando y por qué lo estamos tratando” y, con suerte, proporcionará posibilidades para un mayor acceso de los pacientes a tratamientos basados en evidencia.
El diagnóstico de obesidad se basa actualmente solo en el IMC que no transmite ninguna indicación del impacto del exceso de adiposidad en la salud de una persona.
Entre otras cosas, el código de Clasificación Internacional de Enfermedades (DCI) para la obesidad contiene «obesidad debido al exceso de calorías», que según los expertos no es médicamente significativo y no refleja la patogénesis de la obesidad.
La obesidad, entre las enfermedades crónicas
“Estas deficiencias contribuyen a la falta de acceso de los pacientes a terapias basadas en la evidencia y la apreciación de la obesidad como una enfermedad crónica”, opina el profesor Garvey.
De momento, la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos (AACE) y la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO) han adoptado el concepto de ABCD (Enfermedad Crónica Basada en Adiposidad).
La doctora Gema Frühbeck, de la EASO y miembro de este equipo, asegura que “existe un reconocimiento mundial creciente de que el IMC y otras métricas simples de obesidad no reflejan con precisión la complejidad de la enfermedad o las circunstancias de los pacientes”.
La propuesta de Garvey y Mechanick para un sistema de clasificación de cuatro dominios científicamente preciso y médicamente accionable -anuncia- es bienvenida, y se basa en iniciativas anteriores de AACE y EASO, explicando la obesidad como una “enfermedad crónica basada en adiposidad”.
En este sentido, la doctora Frühbeck reconoce que ya es tiempo de que la obesidad entre en la era de la medicina de precisión, “con nuevos sistemas de clasificación basados en puntos finales funcionalmente establecidos”.
Transparencia de los científicos
Por su parte, el doctor Jamy Ard, codirector del Centro de Control de Peso en Wake Forest Baptist Health, en Winston-Salem, Carolina del Norte, que no participó en este trabajo, afirma que “el marco proporciona una forma bien organizada para ayudar a los profesionales a conceptualizar la obesidad más allá de un marco erróneo de que este paciente come demasiado y no es lo suficientemente activo”.
Entre los autores que han participado en este trabajo figuran Jeffrey Mechanick, del Centro Marie-Josée, y Henry R. Kravis, de Mount Sinai en Nueva York. Además y como información adicional, señalar que Timothy Garvey ha asesorado a diversas compañías farmacéuticas, entre ellas Sanofi, Novo Nordisk, Boehringer-Ingelheim, Gilead, Amgen, Merck, Pfizer, Astra Zeneca y BOYDSense. Por su parte, Mechanick ha recibido honorarios por conferencias y desarrollo de programas de Abbott Nutrition International.