Tratan con éxito movimientos involuntarios con café
Los resultados del estudio demuestran que, además de una buena tolerancia a la ingesta de cafeína, incluso en niños, hubo una clara mejoría en los síntomas motores del 87% de los pacientes. Foto: stockking/freepik

Un estudio, en el que han participado investigadores y clínicos franceses, concluye que han confirmado el éxito que lograron hace dos años con un niño que padecía discinesia, al que dieron café para tratar esta disfunción. Y lo han hecho al recopilar datos de 30 pacientes en todo el mundo que también fueron tratados con esta infusión.

Hace dos años, el equipo de neurocientíficos dirigidos por el profesor Flamand-Roze y la doctora Aurélie Méneret, del Paris Brain Institute y del Hospital Pitié-Salpêtrière AP-HP, publicó el caso de un niño que padecía una forma de la enfermedad relacionada con el gen ADCY5.

Este joven paciente pudo volver a una vida normal gracias al café. Ahora, en un estudio colaborativo que aparece en Movement Disorders, este mismo equipo confirma ese resultado al examinar datos de 30 personas tratadas de la misma forma.

Como figura en este trabajo, el 87% de ellos vio que sus síntomas mejoraron significativamente. Este resultado podría, según los investigadores, explicarse por la fijación del café en el cuerpo estriado, una región profunda del cerebro que es crucial para el control del movimiento.

Las discinesias son un grupo de trastornos raros que se caracterizan por movimientos repentinos e involuntarios que pueden afectar a todo el cuerpo. Una de las causas de su aparición es una mutación en el gen ADCY5, que se inicia principalmente en la infancia.

Estos movimientos involuntarios a menudo se exacerban en forma de trastornos paroxísticos del movimiento que pueden ocurrir durante el día, pero también durante la noche. A pesar de numerosas exploraciones de los beneficios potenciales de los tratamientos farmacológicos, hasta hace poco no se ha confirmado que ningún tratamiento sea eficaz en esta afección.

Discinesia asociada con la mutación del gen ADCY5

En 2020, la doctora Aurélie Méneret y el profesor Flamand-Roze demostraron el beneficio de la cafeína sobre los síntomas de un niño que padecía discinesia asociada con la mutación del gen ADCY5. Para confirmar estos resultados, llevaron a cabo un estudio retrospectivo a escala mundial. Los investigadores pudieron recopilar datos de 30 pacientes afectados por esta rara afección, que habían consumido o seguían consumiendo café para tratar la discinesia.

Los resultados demuestran que, además de una buena tolerancia a la ingesta de cafeína, incluso en niños, hubo una clara mejoría en los síntomas motores del 87% de los pacientes.

El consumo de café no solo redujo la frecuencia y duración de los trastornos del movimiento paroxísticos, sino que también consiguió disminuir los trastornos del movimiento de base, así como otros síntomas como los trastornos de la marcha, atención y concentración, ciertos tipos de dolor o hipotonía, con una notable mejoría en la calidad de vida de los pacientes.

Este estudio retrospectivo confirma el potencial de la cafeína como tratamiento de primera línea en esta forma de discinesia y despeja el camino para el desarrollo de nuevos tratamientos destinados a combatir trastornos del movimiento.

Los investigadores hacen hincapié en el hecho de que la cafeína se une a los receptores de adenosina que modifican la función de la proteína disfuncional (ADCY5). Esta última está fuertemente ubicada en el cuerpo estriado del cerebro, involucrada en el control motor.

Ahora, estos neurocientíficos exploran el monofosfato de adenosina cíclico (cAMP) como diana terapéutica en la enfermedad y también en patologías asociadas con movimientos hipercinéticos.

De pájaros, abejas y café

Con escasas horas de diferencia, otros investigadores han demostrado en un innovador estudio, difundido por Proceedings, que los granos de café son más grandes y abundantes cuando aves y abejas polinizan estas plantas.

Este trabajo es pionero en demostrar, utilizando experimentos del mundo real en 30 fincas cafetaleras, que las contribuciones de la naturaleza, en este caso, la polinización de abejas y el control de plagas por parte de las aves, son más grandes combinados que sus contribuciones individuales.

“Hasta ahora, los investigadores generalmente calculaban los beneficios de la naturaleza por separado y luego simplemente los sumaban”, explica Alejandra Martínez-Salinas, del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y coordinadora del estudio.

“Pero la naturaleza es un sistema interactivo -añade- lleno de importantes sinergias y compensaciones. Demostramos la importancia ecológica y económica de estas interacciones, en uno de los primeros experimentos a escalas realistas en granjas reales”.

Por su parte, Taylor Ricketts, del Instituto Gund para el Medio Ambiente de la Universidad estadounidense de Vermont, apunta que “estos resultados sugieren que las evaluaciones anteriores de los servicios ecológicos individuales, incluidos los principales esfuerzos globales como IPBES, en realidad pueden subestimar los beneficios que la biodiversidad ofrece a la agricultura y el bienestar humano. Estas interacciones positivas significan que los servicios de los ecosistemas son más valiosos juntos que por separado”.

Uno de los aspectos más sorprendentes del estudio fue que muchas aves que ofrecen control de plagas a las plantas de café en Costa Rica habían migrado miles de kilómetros desde Canadá y Estados Unidos.

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