
Es bien sabido que las enfermedades cutáneas inflamatorias crónicas, como la dermatitis atópica y la psoriasis, se caracterizan por la presencia de subtipos de células T activadas que secretan citocinas proinflamatorias en la piel.
Los expertos recuerdan que esta desregulación inmunitaria mediada por células T es fundamental para la patogénesis de una amplia gama de enfermedades inflamatorias de la piel. Por tanto, entender los factores que modulan el cebado y la activación de las células T en la piel sana y enferma es clave para desarrollar tratamientos efectivos para estas enfermedades.
En esta investigación, cuyos resultados se detallan en Journal of Experimental Medicine, se utilizó el método de secuenciación de ácido ribonucleico (ARN) de una sola célula (ARN-seq), para analizar las células inmunes en la piel humana, incluidas las dendríticas (DC) y los macrófagos, que controlan la activación de las células T.
Para abordar el papel de las células dendríticas y los macrófagos en las enfermedades inflamatorias crónicas de la piel, este equipo multinacional utilizó una combinación de enfoques complejos (citometría de flujo unicelular y secuencia de ARN de células clasificadas por índice de piel humana sana y enferma), para describir sus distintas firmas moleculares y proporciones en las lesiones cutáneas de pacientes con dermatitis atópica y psoriasis.
Entre estos investigadores figuran especialistas de la Agencia de Ciencia, Tecnología e Investigación (A * STAR), del Instituto de Investigación de la Piel y del Centro Nacional de la Piel, las tres instituciones en Singapur, así como del Departamento de Dermatología, en la Facultad de Medicina de la Universidad japonesa de Kyoto, y de la empresa suiza Galderma.
Nueva opción terapéutica para la psoriasis
Como indican en las conclusiones de su estudio, encontraron un enriquecimiento significativo en la proporción de CD14 + DC3 en la piel con lesión de psoriasis, donde era uno de los principales tipos de células que coexpresaban IL1B e IL23A, dos citocinas esenciales para la patogénesis de esta enfermedad.
Este hallazgo sugiere que dirigirse a CD14 + DC3 podría representar una nueva opción terapéutica en el tratamiento de la psoriasis y demuestra el potencial de la base de datos del paisaje de células mieloides unicelulares para proporcionar información importante sobre la biología de la piel en la salud y la enfermedad.
El doctor Florent Ginhoux, investigador principal en este trabajo, subraya que “los hallazgos son significativos ya que permitirán el diseño de nuevas estrategias para modular las poblaciones de células mieloides, con el fin de obtener mejores resultados en pacientes con dermatitis atópica y psoriasis”.
Por su parte, el profesor Kenji Kabashima, de la Universidad de Kyoto, reconoce que sigue sin estar claro el papel de las células presentadoras de antígenos en el desarrollo de enfermedades inflamatorias.
“Este estudio -añade- reveló claramente las funciones de cada subconjunto de células presentadoras de antígeno, que es muy valioso para comprender la patogénesis de la dermatitis atópica y la psoriasis. Esperamos que este estudio conduzca al diseño de un nuevo tratamiento para las enfermedades inflamatorias refractarias de la piel”.
Células presentadoras de antígeno
Como explican J. Monserrat Sanz et al, de la Universidad de Alcalá de Henares, las células presentadoras de antígeno profesionales (APC) representan un conjunto celular, perteneciente a nuestro sistema inmune innato, especializado en fagocitar microorganismos, hidrolizarlos en pequeños fragmentos moleculares e incorporarlos a sus correspondientes moléculas presentadoras de antígenos.
Este conjunto de APC está compuesto principalmente por precursores en la médula ósea, monocitos circulantes en la sangre periférica, macrófagos en los tejidos, linfocitos B, células dendríticas y células de Langerhans en prácticamente todos los tejidos de nuestro organismo. Cada uno de estos tipos celulares está especializado en capturar, procesar y presentar antígenos de diferente naturaleza.
Mediante moléculas de histocompatibilidad de clase II son capaces de presentar pequeños fragmentos peptídicos a los linfocitos T convencionales, mientras que mediante moléculas presentadoras como el CD1 son capaces de presentar pequeños fragmentos lipídicos a los linfocitos NKT.