Dr. Indalecio Carrera: Género, mujer y Patología Dual

DR. INDALECIO CARRERA
Psiquiatra. Coordinador de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) en Galicia. Coordinador de las XIII Jornadas de Género de la SEPD

Género es un concepto de las ciencias humanas y sociales que, junto al concepto biológico de sexo, cuando se aplica a campos científicos, como el de las adiciones y salud mental, necesita de adaptaciones y genera consecuencias teóricas y metodológicas.

En los estudios sobre adicciones ha sido frecuente hasta la última década ignorar el género como factor explícito de influencia.

Sin embargo, consumir drogas no tiene el mismo significado para hombres y mujeres, ni es valorado del mismo modo por los demás. Mientras que entre los hombres el consumo de drogas se percibe como una conducta natural, social y culturalmente aceptada (salvo en casos extremos en los que la adicción a las drogas aparece asociada a conductas violentas o antisociales), entre las mujeres supone un reto a los valores sociales dominantes. Por ello, las mujeres con adicción a las drogas soportan un mayor grado de reproche o rechazo social que se traduce en un menor apoyo familiar o social.

Esta diferente respuesta del entorno social ante los problemas de adicción a las drogas explica por qué muchas mujeres optan por ocultar el problema, por no demandar ayuda, temerosas de ser estigmatizadas como adictas y sufrir la exclusión o rechazo de su pareja, familia y entorno próximo.

Estigmatización de género frente a adicciones

Las mujeres con consumos problemáticos de drogas perciben con más frecuencia e intensidad que los hombres que han fracasado a nivel personal, familiar y social, incapaces de desempeñar satisfactoriamente el papel que les ha sido asignado (ser una buena madre o una buena ama de casa). Las consecuencias de esta vivencia suelen ser la desvaloración personal, las tensiones y conflictos familiares, cuando no la violencia familiar.

La estigmatización de las mujeres con problemas de adicción a las drogas refuerza su aislamiento social, a la vez que favorece la ocultación del problema, la ausencia de petición de ayuda para superar el mismo o su demora hasta que las consecuencias sobre su salud física y mental o en su vida familiar, social o laboral resultan insostenibles. Y en el caso de las afectadas por cuadros duales, el proceso de estigmatización adquiere una doble vertiente (por drogadicta y por loca).

Vemos así que el abuso de drogas es uno de los principales factores determinantes de la salud, en especial entre las poblaciones más jóvenes, una conducta que en la actualidad también afecta de manera importante a las mujeres.

La influencia del género en los hábitos de consumo de drogas se condiciona, también, por el factor generacional. Entre la población adulta, educada mayoritariamente en el modelo tradicional de roles de género, los consumos entre las mujeres son mucho más reducidos que entre los hombres. Por el contrario, en el caso de los adolescentes, educados en un modelo de roles más igualitario, se observa una tendencia a la equiparación de los hábitos de consumo de drogas, que ya es una realidad en el caso de sustancias como el tabaco y el alcohol (modelo de convergencia de pautas intersexuales de consumo).

Nuevo modelo de roles femenino y masculino

Constatamos así cómo la aparición de un nuevo modelo de roles femenino y masculino, más igualitario, tiene un impacto directo en la salud y en los hábitos de consumo de drogas de mujeres, mas vulnerables también desde la perspectiva neurobiológica.

Por este motivo es importante que, al hablar de las drogas y de la salud, se incorpore la perspectiva o el análisis de sexo y género que define, analiza e informa las medidas encaminadas a hacer frente a las desigualdades que se derivan de los distintos papeles de la mujer y el hombre en nuestra cultura, de las desiguales relaciones de poder entre ellos y de las consecuencias de esas desigualdades en su vida, en su salud y en su bienestar.

Abordar los consumos de drogas y las adicciones desde una perspectiva de sexo y género implica:

  • Tener presentes las diferencias y peculiaridades que el sexo y el género introducen en las motivaciones para consumir drogas, los patrones de uso de las sustancias y los efectos y consecuencias derivadas de su consumo.
  • Eliminar las desventajas o desigualdades que el género establece a la hora de acceder a los programas y servicios de prevención o asistencia a las adicciones.

Adicciones y Salud Mental: Planes estratégicos

En esta línea, la OMS aprobó en 2013 un Plan de Acción Integral sobre Salud Mental para el periodo 2013-2020. Entre sus objetivos principales, incluía la aplicación de estrategias de promoción y prevención en el campo de la salud mental y las metas de que, en 2020, el 80% de los países tuvieran en funcionamiento como mínimo dos programas multisectoriales nacionales de promoción y prevención en materia de salud mental y la reducción en un 10% de la tasa de suicidios.

En nuestro país, la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2009-2013 planteaba expresamente, entre sus líneas estratégicas: 1) la promoción de la salud mental de la población, prevención de la enfermedad mental y erradicación del estigma asociado a las personas con trastorno mental y 2) prevenir la enfermedad mental, el suicidio y las adicciones en la población general. Sin embargo, durante los últimos seis años, no se ha conseguido aprobar un nuevo plan estratégico y los cambios necesarios para conseguir mejorar la atención en materia de salud mental se han visto injustificablemente frenados.

De forma similar, en Galicia, el Plan estratégico de Salud Mental 2006-2011 recogía la necesidad de desarrollar programas preventivo-asistenciales en colaboración con atención primaria y orientados por tramos de edad y programas dirigidos especialmente a la atención de grupos de riesgo, específicamente, intentos autolíticos, trastorno mental severo, trastorno por usos perjudiciales de sustancias o dependencia sin sustancia y trastornos de la conducta alimentaria. Pero, igualmente, la administración autonómica ha sido incapaz de aprobar una renovada planificación estratégica, a pesar de contemplarlo explícitamente en la vigente estrategia SERGAS 2020, mediante los objetivos de elaboración del Plan Estratégico de Salud Mental 2017-2020 y de elaboración del Plan de trastornos adictivos 2017-2020.

Intervención en adicciones según género

También se ha producido un interés institucional por parte del Instituto de la Mujer del Ministerio de la Igualdad y Asuntos Sociales y de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas que han llamado la atención sobre la necesidad de que la perspectiva de género se incluya en los estudios y políticas sobre drogodependencias en España, a través de estudios específicos, materiales preventivos o reuniones profesionales como las recientes XIII Jornadas de la SEPD.

A pesar de las dificultades derivadas de la deficiente planificación y, por tanto, de asignación de recursos, los criterios técnicos para la implementación de estrategias preventivas han continuado actualizándose y existen múltiples experiencias sectoriales que han conseguido materializar resultados positivos. Algunas de ellas pudimos analizarlas durante las últimas jornadas de la SEPD.

En definitiva, constatamos que, en este ámbito, la perspectiva de género se ha demostrado imprescindible para poder adaptar las intervenciones preventivas, asistenciales y rehabilitadoras a las diferentes realidades de los colectivos sociales atendidos.

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