
Investigadores de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición de la Universidad de Tufts, en Boston (EE UU), estiman que una mala alimentación contribuyó a la aparición de más de 14,1 millones de diabéticos tipo 2 en 2018. Esta cifra representa más del 70 % de los nuevos casos diagnosticados en todo el mundo.
En un estudio que difunde Nature Medicine, se hace hincapié en que la carga global de diabetes tipo 2 atribuible a la dieta “no está bien establecida”.
En el modelo de evaluación de riesgos, estos científicos estimaron la incidencia de diabetes 2 entre adultos atribuible a los efectos directos y mediados por el peso corporal de 11 factores dietéticos en 184 países, en los años 1990 y 2018.
Así, en 2018 se estimó que la ingesta subóptima de estos factores dietéticos era atribuible a 14,1 millones (95 % intervalo de incertidumbre, entre 13,8 y 14,4 millones) de casos incidentes de diabetes 2, que representan el 70,3 % (68,8–71,8 %) de los casos nuevos a nivel mundial.
Las mayores cargas de la enfermedad se atribuyeron a una ingesta insuficiente de cereales integrales (26,1 % (25,0–27,1 %)), una ingesta excesiva de arroz refinado y trigo (24,6 % (22,3–27,2 %)) y una ingesta excesiva de carne procesada (20,3 % (18,3–23,5 %)).
En todas las regiones, las cargas proporcionales más altas se dieron en Europa central y oriental y Asia central (85,6 % (83,4–87,7 %)) e Iberoamérica y el Caribe (81,8% (80,1-83,4%)); y las cargas proporcionales más bajas estaban en el sur de Asia (55,4% (52,1–60,7%)).
Asimismo, las proporciones de diabetes 2 atribuibles a la dieta fueron generalmente mayores en hombres que en mujeres y se correlacionaron inversamente con la edad.
Mala calidad de los carbohidratos
Esta enfermedad atribuible a la dieta fue generalmente mayor entre los residentes urbanos que en los rurales y en las personas con un nivel educativo más alto que en el más bajo, excepto en los países de ingresos altos, Europa central y oriental y Asia central, donde las cargas fueron mayores en los residentes rurales y en los individuos con un nivel educativo más bajo.
Dariush Mozaffarian, autor principal de este trabajo financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, asegura que “nuestro estudio sugiere que la mala calidad de los carbohidratos es uno de los principales impulsores de la diabetes tipo 2 atribuible a la dieta en todo el mundo, y con variaciones importantes según el país y a lo largo del tiempo. Estos hallazgos revelan áreas críticas para el enfoque nacional y global para mejorar la nutrición y reducir las cargas devastadoras de la diabetes”.
Es bien sabido que la diabetes tipo 2 se caracteriza por la resistencia de las células del cuerpo a la insulina. En la totalidad de los 184 países incluidos en este estudio se comprobó aumento en los casos entre 1990 y 2018.
Este equipo de científicos basó su modelo en información de la base de datos dietética global, junto con datos demográficos de la población de múltiples fuentes, estimaciones de incidencia global de la enfermedad y otros sobre cómo las elecciones de alimentos afectan a los diabéticos tipo 2 y personas con obesidad de múltiples artículos publicados.
El análisis reveló que, a nivel mundial, una dieta deficiente causa una mayor proporción de la incidencia total de diabetes tipo 2 en hombres frente a mujeres, en adultos jóvenes frente a adultos mayores y en residentes urbanos frente a rurales.
Diabéticos tipo 2 y granos refinados
A nivel regional, Europa Central y del Este y Asia Central, particularmente en Polonia y Rusia, donde las dietas tienden a ser ricas en carne roja, carne procesada y patatas, tuvieron la mayor cantidad de casos relacionados con la dieta.
La incidencia también fue alta en América Latina y el Caribe, especialmente en Colombia y México, lo que se atribuyó al alto consumo de bebidas azucaradas, carne procesada y bajo consumo de cereales integrales.
Las regiones donde la dieta tuvo un impacto menor incluyeron el sur de Asia y África subsahariana, aunque en esta área se observaron los mayores aumentos de la enfermedad.
De los 30 países más poblados estudiados, solo tres (India, Nigeria y Etiopía) tuvieron la menor cantidad de casos de diabetes tipo 2 relacionados con una alimentación poco saludable.
Meghan O’Hearn, ejecutiva de la corporación Food Systems for the Future y miembro del equipo, opina que “si no se controla y se prevé que la incidencia solo aumente, la diabetes tipo 2 seguirá afectando la salud de la población, la productividad económica, la capacidad del sistema de atención de la salud e impulsará las desigualdades en salud en todo el mundo”.
Otros estudios recientes han estimado que el 40 % de los casos de diabetes tipo 2 en todo el mundo se atribuyen a una dieta subóptima, inferior al 70 % que defienden ahora los científicos de la Universidad de Tufts.
El equipo del profesor Mozaffarian lo atribuye a la nueva información en su análisis, como la primera inclusión de granos refinados, uno de los principales contribuyentes a la carga de diabetes; y datos actualizados sobre hábitos dietéticos basados en encuestas dietéticas nacionales a nivel individual, en lugar de estimaciones agrícolas.