Hallan un ‘escudo natural’ frente a la infección del virus C de la hepatitis
Virus de la hepatitis C. Índice de actividad de metavir 3 (PMN 2, LN 2). Etapa 4 de Metavir (cirrosis, definida por criterios antiguos). Foto: CC BY-SA 4.0 / TexasPathologistMSW

El metabolismo de los lípidos en las células del hígado confiere protección contra la infección por el virus C de la hepatitis, según han confirmado en un estudio investigadores japoneses del Instituto Metropolitano de Ciencias Médicas de Tokio y de la Universidad Ochanomizu.

Es bien sabido que este agente patógeno permanece en el organismo durante décadas dañando el hígado al inducir inflamación crónica que, finalmente, conduce a cirroris y en muchos casos a cáncer de hígado.

En este trabajo que aparece en Cell Chemical Biology, los investigadores demuestran que niveles altos de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) en las células del hígado se asocian con la resistencia a la infección del virus C de la hepatitis.

Como explican en su estudio, la síntesis de PUFA se regula predominantemente por la enzima ácido graso desaturasa 2 (FADS2), por lo que el aumento de la expresión de FADS2 conduce a niveles elevados de estos ácidos grasos poliinsaturados. Los PUFA reaccionan con las especies reactivas de oxígeno producidas por el hierro para sufrir una degradación oxidativa (peroxidación de lípidos).

La peroxidación de lípidos ocurre en membranas enriquecidas con PUFA donde se ancla la maquinaria de replicación viral (RNA replicasa). Tras la exposición a la peroxidación de lípidos, la replicasa viral altera su conformación y apaga su capacidad para replicar el genoma viral.

Para Daisuke Yamane, investigador principal del proyecto de control de infecciones virales del TMIMS y miembro de este equipo, “el proceso que promueve la peroxidación de lípidos y restringe la replicación viral es bastante similar a lo que ocurre durante la ferroptosis, una forma de muerte celular programada dependiente del hierro que se caracteriza por un aumento de la peroxidación de lípidos”.

Limitar la replicación del virus C de la hepatitis con inductores de ferroptosis

Modelo que muestra cómo el metabolismo de los ácidos grasos desencadena la peroxidación de lípidos y regula la replicación del virus C de la hepatitis. La producción de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) está regulada predominantemente por FADS2. Los PUFA reaccionan con especies reactivas de oxígeno producidas por el hierro y sufren peroxidación lipídica, que altera la conformación de la maquinaria de replicación viral, inhibiendo así su función. Los inductores de ferroptosis, fármacos que potencian la oxidación de PUFA, aumentan la eficacia de los fármacos antivirales. Imagen: Daisuke Yamane / TMIMS

“Al mejorar la oxidación de los PUFA mediante el uso de medicamentos llamados inductores de ferroptosis -añade Yamane- las células hepáticas pueden limitar la replicación del virus C de la hepatitis, incluso en dosis bajas de fármacos que no desencadenan la ferroptosis”.

Los mecanismos reguladores que controlan la peroxidación lipídica se han estudiado ampliamente, particularmente en el campo de la biología del cáncer desde el reconocimiento de que ciertos tipos de células cancerosas son sensibles a la ferroptosis.

Así, se han desarrollado varios fármacos inductores de ferroptosis, con estabilidad y eficacia mejoradas, como estrategia para tratar cánceres resistentes a la quimioterapia. Sin embargo, no se ha demostrado que estos medicamentos tengan efectos antivirales.

En opinión de Yamane, “nuestros hallazgos sugieren que los inductores de ferroptosis pueden aumentar la eficacia de los medicamentos antivirales dirigidos al componente de la replicación viral. Se necesitan más experimentos con animales para probar esta idea y se pueden examinar diferentes fármacos inductores de ferroptosis para determinar su eficacia, seguridad, dosis y tiempo”.

El estudio también reveló un metabolismo inusual de ácidos grasos en células hepáticas cultivadas, ampliamente utilizadas en laboratorios. El ácido de hidromiel suele estar ausente en el cuerpo humano, pero se encuentra en personas con una ingesta dietética baja de PUFA esenciales, incluidos el ácido linoleico y el ácido a-linolénico.

Sin embargo, estos científicos encontraron gran cantidad de ácido Mead (ácido graso omega-9) en células cultivadas. “Las células cultivadas en laboratorios se alimentan con suero animal como fuente de PUFA, pero nuestros resultados sugieren que esto puede no ser suficiente para algunos tipos de células”, reconoce Ikuyo Ichi, coautor del estudio y profesor asociado en la Universidad de Ochanomizu.

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