Según las conclusiones de un estudio publicado en Journal of Internal Medicine, el consumo de más de seis tazas de café al día supone un 23% menos de riesgo de desarrollar cálculos biliares sintomáticos en comparación con los que no toman café.
Además, beber una taza de café extra por día se asoció con un riesgo 3% menor. Incluso aquellas personas con ciertas variantes genéticas que se relacionan con un mayor consumo de esta infusión tenían un menor riesgo de padecer cálculos biliares.
Este trabajo de la Universidad de Copenhague viene a completar otro anterior, realizado por el doctor Leitzmann, del Departamento de Nutrición de la Universidad estadounidense de Harvard, en el que concluían que la ingesta de café se asocia con un menor riesgo de enfermedad sintomática por cálculos biliares en las mujeres. Los resultados se publicaron entonces en Gastroenterology.
Los científicos estadounidenses llegaron a la misma conclusión en otro estudio en el que solo participaron hombres. Los dos se basaron en análisis metabólicos previos, en los que se demostró que el café afecta a varios procesos hepatobiliares que están involucrados en la litogénesis del colesterol.
Menos cálculos biliares gracias al café en más de cien mil personas
Hay que recordar que Leitzmann y su equipo de investigadores de Harvard involucraron entonces a un total de 7.811 mujeres a las que siguieron durante veinte años. Ahora, el profesor danés Nordestgaard y sus colaboradores estudiaron a 104.493 personas de ambos sexos.
Aunque el estudio solo descubrió correlaciones, los autores destacaron varios mecanismos por los cuales el consumo de café podría ayudar a prevenir la formación de cálculos biliares.
En este sentido, la conclusión del estudio en el que los científicos daneses invirtieron ocho años es que “la alta ingesta de café se asocia observacionalmente con un bajo riesgo de cálculos biliares y con evidencia genética para respaldar una relación causal”.
Una pincelada sobre la historia del café
Los comerciantes venecianos fueron los primeros en introducir, en 1615, el café en Europa. Paralelamente, en aquellos años otras dos bebidas eran muy populares y se consumían calientes: el chocolate, que trajimos los españoles de América en 1528, y el té que se empezó a comercializar en 1610.
Según International Coffee Organization, al principio el café lo vendían sobre todo los vendedores de limonada y se creía que tenía cualidades medicinales.
El primer establecimiento de café en Europa se abrió en Venecia. Fue el Caffè Florian de la Plaza de San Marcos, que abrió sus puertas en 1720 y sigue aún hoy abierto al público. Además, la compañía Lloyd’s de seguros, empezó a funcionar como un establecimiento de café en 1688.