‘Tau’, la mejor para detectar Alzheimer
Los escáneres cerebrales PET de Tau (verde) en pacientes con Alzheimer en etapa clínica temprana predicen con precisión la ubicación de atrofia cerebral medida por resonancia magnética 1–2 años después (magenta). La imagen por PET de amiloide (azul) no predice la ubicación de tau o atrofia cerebral futura. Imagen: Laboratorio Rabinovici / UCSF

Un equipo de especialistas del Centro de Memoria y Envejecimiento de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), coordinados por el profesor Gil Rabinovici, acaba de publicar un nuevo estudio en el que concluye que los enredos de la proteína Tau predicen, con un mínimo de un año de anticipación, la situación de una futura atrofia cerebral en pacientes con la enfermedad de Alzheimer.

Además, subrayan que apenas tiene utilidad científica la ubicación cerebral de las placas amiloides, que han sido el foco de la investigación de esta demencia senil y el objetivo del desarrollo de fármacos durante décadas. Hacen hincapié en que es de poca utilidad para predecir cómo se desarrollaría el daño a medida que progresa la enfermedad.

Los resultados de este estudio, publicado hoy en Science Translational Medicine, respaldan el creciente reconocimiento de los investigadores en el sentido de que la proteína Tau es la que realmente impulsa la degeneración cerebral en la enfermedad de Alzheimer.

Paralelamente, demuestra el potencial del PET para obtener imágenes del cerebro gracias a la proteína Tau, que impulsa la degeneración cerebral en la enfermedad de Alzheimer más directamente que la proteína amiloide. Esta avanzada tecnología para obtener imágenes cerebrales se traducirá en breve en un mayor número de ensayos clínicos para mejorar la atención individualizada de estos pacientes.

Como recuerda el profesor Rabinovici, líder del programa de imágenes PET del centro de Envejecimiento y Memoria de la UCSF, “la coincidencia entre la propagación de Tau y lo que le sucedió en el cerebro al año siguiente fue realmente sorprendente”. La imagen de esa proteína obtenida con PET indica no solo la cantidad de atrofia sino también dónde ocurrirá.

Los enredos de ‘Tau’ en Alzheimer

La proteína ‘Tau’ en Alzheimer supera ampliamente al amiloide en la predicción de daños en el tejido cerebral. Vídeo: UCSF

Los neurocientíficos que investigan sobre la enfermedad de Alzheimer han debatido durante mucho tiempo la importancia relativa de las placas amiloides y los enredos de Tau. Se trata de dos grupos de proteínas mal plegadas que se observan en estudios post mortem del cerebro de los pacientes.

A diferencia del amiloide, que se acumula ampliamente en todo el cerebro de estos pacientes, a veces, incluso en personas sin síntomas, las autopsias han revelado que la Tau se concentra precisamente donde la atrofia cerebral es más grave y en lugares que ayudan a explicar las diferencias en los síntomas de los pacientes; por ejemplo, en áreas relacionadas con el lenguaje versus regiones relacionadas con la memoria.

Renaud La Joie, coautor del estudio, asegura que nadie duda de que el amiloide juega un papel, pero cada vez más hallazgos de Tau están cambiando la forma en que los expertos piensan sobre lo que realmente impulsa la enfermedad.

“Aún así- destaca- únicamente observando el tejido cerebral post mortem ha sido difícil demostrar que los enredos de Tau causan degeneración cerebral y no al revés. Uno de los objetivos clave de nuestro grupo ha sido desarrollar herramientas de imágenes cerebrales no invasivas, que nos han permitido ver si la ubicación de la acumulación temprana de Tau predice una degeneración cerebral posterior”.

A pesar de las dudas iniciales sobre que la proteína Tau podría ser imposible de medir en el cerebro de pacientes vivos, los científicos desarrollaron una molécula inyectable llamada flortaucipir, actualmente en revisión por la FDA, que se une a la Tau mal plegada en el cerebro y emite una leve señal radiactiva que puede ser recogida con ayuda del PET.

Primeras imágenes PET de ‘Tau’

El profesor Rabinovici, junto con William Jagust, del Laboratorio Nacional de la Universidad de Berkeley, han sido de los primeros en analizar imágenes de PET de esta proteína para estudiar su distribución en el cerebro que envejece normalmente, así como en un pequeño estudio transversal con pacientes diagnosticados de Alzheimer.

Gil Rabinovici, MD
El autor principal del estudio, Gil Rabinovici, MD, es profesor e investigador en el Instituto Weill UCSF para las Neurociencias. Rabinovici lidera el programa de PET en el Centro de Memoria y Envejecimiento de UCSF. Foto: Noah Berger/UCSF

Se trata del primer intento para evaluar si los niveles de la proteína Tau en pacientes con Alzheimer pueden predecir la futura degeneración cerebral.

La Joie reclutó a 32 participantes con enfermedad de Alzheimer en etapa clínica temprana a través del UCSF. Todos los casos se estudiaron con PET, usando dos trazados diferentes para medir los niveles de proteína amiloide y de Tau en sus cerebros. También se les analizó con imágenes de resonancia magnética para medir la integridad estructural de su cerebro, tanto al comienzo del estudio como en el seguimiento uno o dos años después.

Los investigadores descubrieron que los niveles generales de Tau en los cerebros de los participantes al comienzo del estudio predijeron cuánta degeneración ocurriría en el momento de su visita de seguimiento (un promedio 15 meses después).

‘Tau’ predijo atrofia posterior con una precisión de más del 40%

Además, los patrones locales de acumulación de Tau predijeron atrofia posterior en los mismos lugares con una precisión de más del 40%. Por el contrario, los análisis basales de PET de la placa amiloide predijeron correctamente solo el 3% de la futura degeneración cerebral.

En particular, las exploraciones PET revelaron que los participantes más jóvenes del estudio tenían niveles generales más altos de Tau en sus cerebros, así como un vínculo más fuerte entre la Tau basal y la atrofia cerebral posterior, en comparación con los de mayor edad. Esto sugiere a los neurocientíficos que otros factores, probablemente otras proteínas anormales o lesiones vasculares, pueden desempeñar un papel más importante en el Alzheimer de aparición tardía.

El profesor Rabinovici explica que una de las primeras cosas que los pacientes quieren saber cuando escuchan un diagnóstico de enfermedad de Alzheimer es lo que les depara el futuro a ellos mismos o a sus seres queridos. ¿Será un largo desvanecimiento de la memoria o una rápida disminución de la demencia? ¿Cuánto tiempo durará? ¿El paciente podrá vivir de manera independiente? ¿Perderá la capacidad de hablar o moverse por su cuenta?

“Estas son preguntas que actualmente no podemos responder -reconoce-, excepto en los términos más generales. Ahora, por primera vez, esta herramienta podría permitirnos dar a los pacientes una idea sobre lo que pueden esperar al revelar el proceso biológico subyacente a su enfermedad”.

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