
Según un nuevo estudio desarrollado por investigadores del Hospital Brigham and Women’s, de Boston, los horarios de sueño inconsistentes, los patrones de sueño irregulares, pueden causar más del doble de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Nuestro reloj biológico mantiene el metabolismo, la presión arterial y la frecuencia cardíaca funcionando en armonía. Pero cuando un patrón de sueño irregular interrumpe este delicado equilibrio, ¿qué sucede?
En este trabajo, publicado en The Journal of the American College of Cardiology, se midió la duración y el tiempo de sueño de los voluntarios. Así, se descubrió que durante un período de cinco años, las personas que tenían el sueño más irregular experimentaron un riesgo dos veces mayor de desarrollar enfermedad cardiovascular en comparación con aquellos con patrones de sueño más regulares.
“Cuando hablamos de intervenciones para prevenir ataques cardíacos y derrames cerebrales, nos enfocamos en la dieta y el ejercicio”, destaca la autora principal Tianyi Huang. “Incluso cuando hablamos de dormir -añade- tendemos a centrarnos en cuántas horas duerme una persona cada noche, pero no en la irregularidad del sueño y el impacto de acostarse en diferentes horarios”.
Así, el estudio indica que un sueño saludable no se trata solo de la cantidad, sino también de la variabilidad, y esto puede tener un efecto importante en la salud del corazón.
Huang y su equipo examinaron los datos del Estudio Multiétnico de Aterosclerosis (MESA). Se trata de un estudio prospectivo financiado por el Gobierno Federal que incluyó a 1.992 participantes que no tenían enfermedad cardiovascular al comienzo del mismo.
Dos veces más eventos cardiovasculares con patrones de sueño irregulares
La muestra diversa se compuso de participantes blancos (38%), afroamericanos (28%), hispanos (22%) y chinoamericanos (12%), con edades entre 45 y 84 años. Los participantes usaron un rastreador de actividad en su muñeca durante siete días que registró su sueño, incluida la hora de acostarse, la duración del sueño y la hora de despertarse.
Luego se les siguió durante un promedio de 4,9 años. Durante ese tiempo, 111 participantes experimentaron eventos cardiovasculares, incluidos ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y otros eventos adversos.
Los científicos dividieron a los participantes en cuatro grupos, desde aquellos con los patrones de sueño más irregulares (dos horas o más de diferencia en la duración del sueño cada noche) y aquellos con los patrones de sueño más regulares (menos de una hora de diferencia en la duración del sueño cada noche).
También compararon aquellos con las horas de acostarse más constantes (menos de 30 minutos de diferencia cada noche) y las horas de acostarse más inconsistentes (90 minutos o más). El equipo encontró un aumento de dos veces en el riesgo de eventos cardiovasculares entre aquellos con los patrones de sueño más irregulares.
Los investigadores estiman que por cada 1.000 personas que siguen el patrón de sueño más regular, solo ocho tendrían un evento cardiovascular durante un año. Mientras que por cada 1.000 personas con los patrones de sueño más irregulares, 20 personas probablemente desarrollarían un evento cardiovascular durante un año.
Recetar más sueño
Está ampliamente demostrado que dormir poco se asocia con mayor acumulación de grasa corporal, pérdida de masa muscular y menor volumen cerebral, sin olvidar trastornos del apetito, estrés, diabetes, enfermedad cardiovascular y menor esperanza de vida.
Parafraseando al profesor José María Ordovás, de la Universidad de Tufts, en Boston, e investigador senior de Imdea, en Madrid, “quizá la solución sea introducir en las consultas médicas recetar horas de sueño”.