Durante décadas, Anthony Fauci dirigió el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) y asesoró en asuntos biomédicos a varios presidentes de Estados Unidos, hasta la última pandemia por coronavirus.
Ahora, el número uno en investigación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida, y entre los primeros en desentrañar la biología molecular del SARS-CoV-2, que origina Covid-19, ha elegido a Science Translational Medicine, una de las publicaciones de gran prestigio e impacto de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS), para dar a conocer sus nuevas preocupaciones en un artículo titulado What keeps me up at night.
Desde su nueva atalaya, en la Universidad de Georgetown y la Escuela de Políticas Públicas McCourt, en Washington D. C., Fauci reconoce que la misma pregunta que le han hecho durante décadas (¿Qué es lo que le mantiene despierto cada noche?) sigue apareciendo en su mente y recuerda que, en enero de 2020, su peor pesadilla fue el nuevo coronavirus que desencadenó la pandemia de Covid-19.
Ahora, en este artículo, reflexiona sobre cómo crear una memoria colectiva, indeleble, revisando las lecciones clave aprendidas de esta pandemia para ayudar a prepararse y responder a la próxima, “cuando ocurra”.
“Si hay una historia de éxito integrada en la saga de la Covid-19, es en el ámbito de la ciencia básica, traslacional y clínica: el cubo científico”, escribe Fauci. Atribuye el éxito a décadas de inversión en investigación básica, destacando los logros científicos de Drew Weissman y Katalin Kariko, galardonados este año con el Premio Nobel de Medicina, por sus descubrimientos que permitieron el desarrollo de vacunas de ARNm eficaces contra el nuevo coronavirus.
Salud pública frente a una nueva pandemia, según Fauci
Asimismo, Fauci describe un posible camino a seguir para futuros trabajos científicos, que involucren la investigación de prototipos de patógenos. Pero también hace una descripción de fallos, dentro de lo que denomina cubo de salud pública. Debilidades institucionales hasta la desconexión entre la prestación de atención médica y la infraestructura de salud pública, entre otros asuntos. Específicamente, señala la mala coordinación entre el Estado y los gobiernos, problemas en la cadena de suministro y la desinformación.
“Una y otra vez, después de que ha pasado un tiempo desde la aparición de un desafío agudo de salud pública, y después de que los casos, las hospitalizaciones y las muertes caen a un nivel aceptable… la transición de ser reactivo al desafío cada vez menor a estar preparado de manera duradera y consistente para el próximo desafío parece fracasar. Es de esperar que la memoria corporativa de Covid-19 perdure y desencadene un interés y apoyo sostenidos tanto del ámbito científico como de la salud pública. Si no, ¡muchos de nosotros pasaremos mucho tiempo despiertos en la cama o tendremos pesadillas mientras dormimos!”
Las críticas contra el doctor Anthony Fauci arreciaron con Donal Trump al frente del Gobierno de Estados Unidos, fundamentalmente por su estrategia para contener la expansión de la pandemia por el nuevo coronavirus y no plegarse a los caprichos del político.
Iniciativa PASC para ‘Covid persistente’
Ya para terminar, merece la pena dedicar unas líneas a lo que ya se conoce como Covid persistente o prolongado. Paradójicamente, muchas personas se recuperan rápidamente de la enfermedad que produce SARS-CoV-2, pero otras no. Para algunos, los síntomas pueden continuar meses después de la recuperación y pueden afectar a múltiples órganos.
En febrero de 2021, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) lanzaron la Iniciativa PASC con el fin de reunir a investigadores y clínicos para ver cómo prevenir y tratar los síntomas y los efectos a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2.
La iniciativa respalda la investigación para recopilar datos de personas que han tenido Covid-19, con y sin síntomas a largo plazo, y compararlos con los que quizás nunca hayan estado infectadas por el SARS-CoV-2.
La cohorte incluirá tanto a niños como a adultos y enfatizará la diversidad para asegurar que los hallazgos se apliquen a las comunidades que han sido más afectadas por el Covid-19. El objetivo es encontrar formas de prevenir y tratar estos síntomas a largo plazo.