Fauci y el desafío perpetuo de las enfermedades infecciosas
A la izda. Anthony S. Fauci en su despacho del NIAID, en 1984. A la dcha. Fauci en la actualidad. Fotos: NIAID

El doctor Anthony S. Fauci, hasta hace unos días director del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos durante 38 años y 54 años como médico científico, se despide de su actividad profesional en un excelente artículo que aparece en The New England Journal of Medicine, sobre el desafío perpetuo de las enfermedades infecciosas.

La aparición del VIH/sida en 1981 provocó un gran aumento en el interés por las enfermedades infecciosas”, recuerda el doctor Fauci. Desde entonces -añade- los especialistas en enfermedades infecciosas se enfrentan a numerosos desafíos médicos, incluida la pandemia del virus de la gripe H1N1 de 2009, el ébola, el zika, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y Covid-19, que causa SARS-CoV-2.

Aunque Covid-19 fue “la llamada de atención más fuerte en más de un siglo sobre nuestra vulnerabilidad a los brotes de enfermedades infecciosas emergentes”, el doctor Fauci asegura que un éxito de la respuesta fue el rápido desarrollo, prueba y distribución de vacunas frente al SARS-CoV-2, que causa Covid-19, gracias a años de investigación e inversión en plataformas de vacunas nuevas y altamente adaptables y herramientas de biología estructural, para diseñar preparados inmunógenos.

Estos avances tecnológicos, entre otros, beneficiarán enormemente al campo de las enfermedades infecciosas, destaca, para concluir su artículo resaltando la importancia de mejorar las capacidades para responder a enfermedades infecciosas como la malaria y la tuberculosis, al mismo tiempo que se responde a las amenazas emergentes.

Fauci, asesor de siete presidentes de EE UU

La trayectoria profesional de Fauci, jalonada de éxitos -a pesar de que ahora se le ha cuestionado en algunos sectores-, es un hecho incuestionable que ha salvado decenas de miles de vidas en países en desarrollo donde el sida sigue siendo sinónimo de muerte.

Ha sido asesor de siete presidentes de Estados Unidos sobre el VIH/sida y otros problemas de salud. Fue uno de los principales artífices del President’s Emergency Plan for AIDS Relief (PEPFAR). En este contexto, es de justicia recordar que ha hecho contribuciones fundamentales sobre cómo el VIH destruye las defensas del organismo, lo que lleva a su susceptibilidad a infecciones mortales, entre ellas algunas de las clasificadas como oportunistas.

Su labor, además, ha sido fundamental en el desarrollo de tratamientos que permiten sobrevivir a las personas infectadas con el virus VIH. Hasta el último momento se ha dedicado a investigar los mecanismos inmunopatogénicos de la infección por VIH y el alcance de las respuestas inmunitarias del cuerpo a este retrovirus.

En un análisis de 2022 de las citas de Google Scholar, el doctor Fauci se clasificó como el 44 investigador vivo más citado. Según Web of Science, ocupó el puesto 9 entre 3,3 millones de autores en el campo de la inmunología según el recuento total de citas entre 1980 y abril de 2022.

Durante el mismo período de tiempo, figuró en el puesto 22 entre 3,3 millones de autores en el campo de la investigación y medicina experimental, y el 715 entre 1,4 millones de autores en el área de la medicina general.

Con estas credenciales, cualquier lector puede valorar el bagaje científico de este clínico-investigador que, posiblemente, sea sustituido por alguno de sus más cercanos colaboradores. Entre ellos, los doctores John R. Mascola y Barney S. Graham.

Hijo de italoamericanos nacido en Brooklyn

Anthony Stephen Fauci nació el 24 de diciembre de 1940 en Brooklyn (Nueva York). Es el segundo hijo de Eugenia y Stephen, ambos italoamericanos de primera generación. Fanático de los deportes, pasaba sus días jugando béisbol, baloncesto y fútbol, cuando no trabajaba en la caja registradora o haciendo entregas para la farmacia de su padre.

Estudió en Regis High School en Manhattan, donde llegó a ser capitán del equipo de baloncesto y luego en el College of the Holy Cross, en Worcester, Massachusetts. Fue el primero de su clase en graduarse en el Cornell Medical College de Nueva York en 1966, donde trabajó como médico residente. Dos años después inició su carrera profesional en los Institutos Nacionales de Salud (INH).

Investigador principal del Laboratorio de Investigación Clínica, pronto despuntó en inmunorregulación y estrategias farmacológicas para una serie de enfermedades, entre ellas la granulomatosis linfomatoide.

En 1980, le nombraron responsable del Laboratorio de Inmunoregulación y, en 1984, bajo la presidencia de Ronald Reagan, director del NIAID, donde ha permanecido trabajando hasta ahora.

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