Nuevo candidato antiviral para boca-mano-pie
Ilustración que representa la enfermedad de boca-mano-pie. Imagen: CC BY-SA 4.0 / Blausen Medical

En el emblemático Triangle Park, en Carolina del Norte (EE UU), delimitado por las ciudades de Durham, Raleigh y Chapel Hill, un equipo de científicos de tres universidades han identificado un potencial nuevo medicamento contra el enterovirus 71, una causa común de la enfermedad infantil boca-mano-pie.

El estudio aparece hoy en Nature Communications y es una magnífica noticia para la comunidad científica mundial, que trabaja incesantemente en la búsqueda de medicamentos antivirales para enfermedades difíciles de tratar.

Los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta destacan que la enfermedad de boca-mano-pie la causan virus que pertenecen al género enterovirus, que incluye polivirus, virus Coxsackie y ECHO, entre otros.

El virus Coxsackie A16 es, generalmente, la causa más común de esta enfermedad infantil en EE UU, pero hay otros agentes patógenos de esta familia que pueden causarla. El enterovirus 71 también se ha asociado a casos y brotes de la enfermedad, generalmente en niños en el este y sureste asiático. Este virus también se asocia a enfermedades graves como la encefalitis, pero con menos frecuencia.

La enfermedad de boca-mano-pie a menudo se confunde con la fiebre aftosa (que en inglés se llama de manera similar: foot- and-mouth disease ó hoof-and-mouth disease) que afecta al ganado bovino, ovino y porcino. Pero los seres humanos no contraen la enfermedad que afecta a los animales y los animales no contraen la que afecta a las personas.

Una pequeña molécula que cambia su forma tridimensional

El hallazgo de este grupo de científicos de las universidades de Duke, Case Western Reserve y Rutgers, es una pequeña molécula que se une al ácido ribonucleico (ARN), el material genético del virus, y cambia su forma tridimensional de tal forma que evita que el virus se multiplique sin dañar a su huésped humano.

Actualmente no existen medicamentos o vacunas aprobados por las autoridades sanitarias de Estados Unidos (FDA) para el enterovirus 71, que afecta a cientos de miles de niños cada año. Si bien la mayoría de los pacientes mejoran entre siete y diez días después de infectarse y experimentar fiebre y sarpullido, los casos graves pueden causar inflamación cerebral, parálisis e incluso la muerte.

Tradicionalmente, la mayoría de los medicamentos se diseñan para unirse a proteínas que bloquean la causa de la enfermedad. Pero gran parte del genoma de las personas y sus patógenos microbianos no codifican proteínas, lo que significa que solo una fracción de su material genético es el objetivo de los medicamentos existentes.

“Para las enfermedades que no tienen buenos tratamientos, tal vez el problema es que nos hemos enfocado en lo incorrecto”, reconoce gráficamente la profesora Amanda Hargrove, de la Universidad de Duke. «Este trabajo también podría allanar el camino para nuevos tratamientos de otras infecciones virales» .

Cuando un patógeno como el enterovirus 71 (o el SARS-CoV-2 que causa Covid-19) infecta una célula humana, inyecta su ARN en la célula, secuestrando la maquinaria interna para hacer copias de sí mismo que, finalmente, estallan para infectar células vecinas.

La profesora Hargrove explica que examinaron una biblioteca de unas 30 moléculas pequeñas. “El ARN es una molécula ondulante; cuando se une a otras moléculas, como las proteínas del huésped o los fármacos de moléculas pequeñas, adopta diferentes formas tridimensionales”, subraya.

Boca-mano-pie, también en adultos

Los investigadores identificaron la molécula DMA-135 como la más idónea y la utilizaron para evitar que el virus se acumule dentro de los cultivos de células humanas, en laboratorio.

Pero -como señala Hargrove- aún tendrán que transcurrir, al menos, cinco años para poder comercializar este nuevo medicamento destinado a la enfermedad de boca-mano-pie. Antes de que su pequeña molécula pueda llegar a los pacientes, el siguiente paso es asegurarse de que sea segura y eficaz en ratones.

Mientras tanto, los investigadores aprovechan su éxito con el enterovirus 71 para analizar si las moléculas pequeñas dirigidas al ARN también podrían usarse para combatir otros virus de ARN, incluido el SARS-CoV-2.

La enfermedad de boca-mano-pie afecta principalmente a bebés y niños menores de cinco años, pero también puede darse en adultos. Es contagiosa durante la primera semana de aparecer los síntomas, aunque puede seguir infectando durante varias semanas después de desaparecer.

Hasta ahora no se ha encontrado un tratamiento específico para esta enfermedad. La fiebre y el dolor se pueden controlar con medicamentos como acetaminofeno o ibuprofeno, que reducen la fiebre y alivian el dolor. Es importante que las personas con esta enfermedad beban abundantes líquidos para prevenir la deshidratación.

Y, siempre, como medida profiláctica para evitar la infección hay que lavarse con frecuencia las manos con agua y jabón abundante.

Ya para terminar, una pincelada sobre Triangle Park, en Carolina del Norte, considerado como el mayor parque de investigación de Estados Unidos en diversas disciplinas, entre ellas la biomedicina.

Alberga a centros de investigación de diversas compañías farmacéuticas innovadoras como Pfizer, GlaxoSmithKline, Bayer, Biogen, Biomerieux, Syngenta y MS&D.

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