Mayor sueño profundo, corazón más sano
Imagen de un voluntario del estudio con el sistema de estimulación del sueño profundo. Foto: Stephanie Huwiler & Silvia Hofer / ETH Zúrich

Un mayor sueño profundo es especialmente beneficioso para el sistema cardiovascular, ya que la estimulación específica con tonos breves durante el sueño profundo hace que el corazón, concretamente el ventrículo izquierdo, se contraiga y se relaje más vigorosamente, concluyen investigadores y clínicos suizos en un estudio que -según dicen- es de gran interés no sólo para los cardiólogos sino también para los deportistas.

En European Heart Journal aparece el estudio experimental de un equipo multidisciplinar de científicos de la ETH Zurich y la Universidad de esa ciudad suiza. Argumentan que, a pesar del grupo relativamente pequeño de sujetos (18 varones), los resultados son significativos.

Los especialistas de las unidades de Sueño coinciden en destacar que dormir le da al cuerpo y al cerebro tiempo para recuperarse del estrés acumulado durante el día. Después de una buena noche de sueño, la toma de decisiones es más fácil. Dormir ayuda a sentirse más alerta, optimista y a tener una mejor relación con las personas y, además, ayuda al organismo a combatir enfermedades, según MedlinePlus.

Pero no todas las personas necesitan dormir las mismas horas. La mayoría de los adultos necesitan entre siete y ocho horas de sueño cada noche para una buena salud y funcionamiento mental. Algunos adultos precisan más.

En este estudio dirigido por el doctor Christian Schmied, del Hospital Universitario de Zúrich, se reconoce que, aunque el impacto del sueño en la salud cardiovascular es ampliamente aceptado, “los mecanismos precisos por los que oscilaciones cerebrales específicas durante el sueño facilitan la función cardíaca post-sueño aún no están claros. Se supone que las ondas lentas, las oscilaciones cerebrales prominentes del sueño con movimientos oculares no rápidos, desempeñan un papel fundamental en la mediación de los efectos beneficiosos del sueño sobre el funcionamiento cardiovascular”.

Sueño profundo y ventrículo izquierdo

Los científicos utilizaron estimulación auditiva para mejorar experimentalmente las ondas lentas y probar si eso afecta la función cardiovascular durante y después del sueño.

El doctor Schmied y su equipo utilizaron ecocardiografía (exámenes de ultrasonido cardíaco) para demostrar que el ventrículo izquierdo sufre una deformación más intensa después de la estimulación nocturna. Esta es la primera vez que se demuestra que un aumento de las ondas cerebrales durante el sueño profundo (ondas lentas) mejora la función cardíaca.

Una de las conclusiones del estudio es que la estimulación específica con tonos breves durante el sueño profundo hace que el corazón, en particular el ventrículo izquierdo, se contraiga y se relaje más vigorosamente. Como resultado, bombea sangre al sistema circulatorio y la extrae de manera más eficiente. El ventrículo izquierdo suministra sangre arterial rica en oxígeno a la mayoría de los órganos, las extremidades y el cerebro.

Es interesante conocer la opinión de Caroline Lustenberger, del Laboratorio de Control Neural del Movimiento en ETH Zurich y miembro del equipo: “Esperábamos que la estimulación con tonos durante el sueño profundo afectara el sistema cardiovascular. Pero nos sorprendió el hecho de que este efecto fuera tan claramente medible después de sólo una noche de estimulación”.

En el estudio participaron 18 hombres sanos de entre 30 y 57,1 años, que no eran fumadores y no tenían ningún trastorno/comorbilidad cardiovascular o del sueño ni enfermedades concomitantes significativas. El estudio se aprobó por el Comité Cantonal de Ética de Zurich.

Pasaron tres noches no consecutivas en el Laboratorio del Sueño. Durante dos noches, los investigadores estimularon a los voluntarios con sonidos. En la tercera, no lo hicieron.

Mientras dormían, los científicos midieron continuamente su actividad cerebral, presión arterial y actividad cardíaca. Conectaron sus mediciones a un sistema informático que analizó todos estos datos.

‘Ruido rosa’

Cuando comprobaron que habían caído en un sueño profundo, la plataforma informática que utilizaron reprodujo una serie de tonos muy breves en ciertas frecuencias, conocido como ruido rosa. Tras 10 segundos de esos tonos, siguieron otros tantos segundos de silencio, y luego se pudo repetir el mismo procedimiento.

Un mecanismo de retroalimentación aseguró que el ruido se reprodujera en el momento adecuado y, dependiendo del patrón de ondas cerebrales, se detuviera nuevamente.

Esta configuración experimental permitió a los investigadores monitorear directamente si la simulación de sonido mejoraba el sueño profundo y si influía en la frecuencia cardíaca y la presión arterial de los voluntarios.

“Durante la estimulación, vimos claramente un aumento de las ondas lentas, así como una respuesta del sistema cardiovascular que recuerda a la pulsación cardiovascular”, recuerda la autora principal, Stephanie Huwiler, describiendo los efectos directos durante el sueño. A la mañana siguiente, los cardiólogos examinaron la función cardíaca de los sujetos mediante ecocardiografía.

“A pesar del grupo relativamente pequeño de participantes, los resultados son significativos. También pudimos reproducir los resultados en dos noches distintas, lo que en términos estadísticos los hace muy sólidos”, hace hincapié Lustenberger que, a renglón seguido, matiza que un grupo pequeño es típico de los estudios del sueño en laboratorio porque requieren muchos recursos.

“Nuestros resultados -explican los investigadores en su trabajo- proporcionan la primera evidencia que destaca el papel de las ondas lentas del sueño en la mejora de la función cardíaca del ventrículo izquierdo. La replicación de los efectos cardíacos después de dos noches de estimulación independiente subraya su naturaleza robusta e indica el potencial terapéutico de la estimulación de ondas lentas”.

Estimulación del sueño profundo en deportistas

Sin embargo, la respuesta cardiovascular observada durante el sueño “podría corresponder a un tono simpático elevado que, en forma sostenida, podría ser potencialmente perjudicial para los pacientes -continúan-. Por tanto, comprender y abordar este aspecto en futuros estudios es crucial para asegurar su efecto positivo. En conjunto, planteamos la hipótesis de que los efectos beneficiosos se atribuyen principalmente a la mejora de las ondas lentas fuertemente sincronizadas”.

Respecto a que sólo participaran hombres en este estudio, se debe -como explican- a que son un grupo de sujetos más homogéneo que las mujeres de un grupo de edad comparable, cuyo ciclo menstrual o menopausia tiene un efecto importante en su sueño. “Cuando todo lo que tienes que hacer es una noche a la semana durante tres semanas, los efectos del ciclo menstrual influirán en las mujeres. Estos efectos podrían haber enmascarado el efecto de estimulación en este tipo de estudio inicial”, subraya Lustenberger.

Sin embargo, opina que estudios futuros deberían incluir a las mujeres, ya que las diferencias de género en el sueño y la salud cardiovascular son cada vez más evidentes y tienen profundas implicaciones para la atención primaria de salud.

Como decimos líneas arriba, este trabajo es de gran interés no sólo para los cardiólogos sino también para los deportistas. «Especialmente en la medicina preventiva, pero también en el deporte competitivo, este tipo de sistema de estimulación del sueño profundo podría permitir mejorar la función cardíaca en el futuro y posiblemente garantizar una recuperación mejor y más rápida después de entrenamientos intensos», afirma Stephanie Huwiler, quien presentó los primeros resultados en el Simposio de Cardiología Deportiva de Zurich, celebrado el pasado mes de marzo.

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