Dr. Juan Abarca: Diario de la resistencia V
Foto: benzoix/freepik

12/12/2021 Vacunación en los colegios y la reinfección

Mañana empieza la vacunación en los niños de 11 a 5 años. Sinceramente, me parece aberrante que algunas autoridades hayan decidido que se haga en los colegios.

Puede ser lo más cómodo para todos, pero es una forma primero de coaccionar a aquellos padres que estén en duda y segundo, y por muy buenos que seamos todos no dejamos de ser humanos, de anotarnos en nuestra cabeza qué niños se vacunan y sobre todo cuáles no se vacunan. Creo que se debería de vacunar a los niños en los sitios habituales o al menos en cualquier sitio menos en los colegios.

Y luego está el tema de la confidencialidad y todas esas cosas que parece que, para esto, nos hemos olvidado.

Parece, como venimos advirtiendo, que vamos un poco lentos con los refuerzos de la vacunación. Habría que acelerar ampliando los lugares de vacunación.

Por cierto que nos debe de quedar mucho por saber del virus y sobre todo en relación con los mecanismos de inmunidad. No hay estudios (al menos yo no he encontrado ninguno) sobre la reinfección de pacientes ya contagiados previamente.

Hemos tirado de datos en HM y de los más de 49.000 pacientes con sospecha de Covid (la mayoría confirmados posteriormente) sólo 9 habían pasado la infección previamente.

Es decir, esta claro que la infección natural, según estos datos, es lo más eficaz. Pero no por una cuestión de anticuerpos (ya demostramos en nuestros trabajadores contagiados que se pierden a los pocos meses) si no por la respuesta celular que se debe originar.

La cuestión es que como no sabemos apenas nada de esto, ante el riesgo se sigue vacunando a la espera de estimular la respuesta humoral (la de los anticuerpos). Yo en cualquier caso priorizaría a los que no hayan pasado la infección sobre las que si lo han pasado. Pero en esto no me van a hacer ni caso.

Lo más probable es que esta semana se deje sentir los efectos del puente y los eventos prenavideños. Que sigan aumentando los contagios y la incidencia y, consecuencia del apelotonamiento de los ingresos, la ocupación hospitalaria.

Hay que conservar la calma y estar tranquilos, pero hay que seguir y extremar la prudencia. Mantener las mascarillas en interiores, guardar distancia social, ventilar, evitar grandes aglomeraciones, etc., etc… A ver cómo va…

13/12/2021 Información, autonomía y respeto

En mi opinión, el balance global es claramente a favor de la vacunación. Sobre todo si el niño no ha pasado la enfermedad.

En España hay 3,5 millones de niños entre 5 y 11 años. Si se contagiaran todos, la letalidad de la enfermedad supone que fallecerían 70 niños (2/100.000). Además del resto de razones, yo es un precio que no estoy dispuesto a pagar.

Ahora bien, es fundamental que cada padre una vez tenga la información actúe con libertad sin ningún tipo de coacción o presión porque por vacunar a los niños no se garantiza que esto se vaya a acabar, ni que no se vaya a contagiar en algún momento. Y, como todas las vacunas y medicamentos, tiene sus riesgos, aunque mucho menores que padecer la enfermedad.

Así que información, autonomía para decidir y, ante todo, respeto para unos y otros. Si uno decide vacunar a sus hijos que lo haga y si no o prefiere esperar pues también. Sin ninguna presión ni repercusión para los niños porque lo más importante es que esto les afecte lo menos posible.

14/12/2021 Lo mejor… que todo podía ser mucho peor

Hasta mediados de octubre habíamos conseguido mantener a raya la pandemia. Desde entonces, empezó poco a poco a subir según se incrementaba la actividad en interiores y empeoraba el tiempo. Todavía aquí, nuestras autoridades decían que no era un problema de pérdida de inmunidad sino de incremento de las interacciones y que no hacía falta una dosis de refuerzo generalizada.

Desde hace dos semanas, las cifras de contagios han empezado a empeorar drásticamente, aunque parecía que había cierta sensación de control de la situación. Estimábamos que la subida iba a durar unas tres semanas.

Hoy, después de las cifras de los últimos días, podemos confirmar que ya hemos perdido el control del todo y no sabemos ni el tiempo que va a durar la ola, ni hasta cuanto va a subir la incidencia. Menos, teniendo en cuenta que estamos a dos semanas de las fiestas navideñas y con una cepa nueva en el horizonte con alta capacidad de transmisión aunque, al menos, parece que es más leve.

Definitivamente, la inmunidad de las vacunas ha caído casi de golpe -preveíamos esa posibilidad ya desde el verano- y hemos llegado tarde a la dosis de refuerzo. Hoy, 26.000 contagios nuevos.

Esta claro que no podemos realizar ningún tipo de confinamiento, ni restricción severa. El problema ya está creado y la solución ahora sería peor que el problema. Pero algo hay que hacer.

Creo que habría que tomar medidas por parte de las autoridades que aumenten el control y la detección de la pandemia a través, por ejemplo, de puntos gratuitos para el que quiera de antígenos, en sitios estratégicos, hospitales, farmacias o donde sea. Con personal técnico, no con enfemer@s, por supuesto. Deberíamos tratar de controlar lo que podamos la situación.

Entiendo que salvo que haya algún problema de existencias de vacunas, lo cual no tendría lógica salvo que nos hayamos pasado donándolas, no hay ningun motivo para que la comisión de vacunas no amplíe el refuerzo de la vacunación a toda la población ya y la aceleremos al máximo.

Ya no puede quedar ninguna duda de que las vacunas pierden su eficacia. Por cierto, como todas las vacunas incluyendo la gripe que más allá de 3/4 meses no es efectiva. Lo que pasa es que la gripe es estacional. Todas las vacunas acaban perdiendo su eficacia con el tiempo… unas antes y otras después. Por ahora, es lo que tenemos y habrá que seguir investigando para que duren más.

Mientras, la actividad hospitalaria se consigue contener pero sigue poco a poco creciendo. Y esto nos indica que vamos a tener una cuesta de enero muy dura en cuanto a fallecimientos. En los últimos dos días, 161 notificados.

Y lo que están a reventar son las unidades de urgencias. Entre covid, otras enfermedades respiratorias y lo habitual, estamos con los servicios de urgencias colapsados.

Hemos llegado tarde pero podría ser mucho peor. Tratemos de contener la situación. Una cosa es no tener restricciones y otra hacer como si no pasara nada. Es lo que hay.

15/12/2021 Resurrección

Es como estaba pensando en llamar esta nueva “temporada”, tras los partes de guerra, los diarios de la resistencia y los relatos de la esperanza.

Resurrección… del virus, obviamente. Porque a pesar de los altos niveles de vacunación y los beneficios de la misma en disminución del porcentaje de ingresos y fallecimientos, el Covid-19 ha conseguido sortear nuestros esfuerzos y ha vuelto a desparramarse entre nosotros de una forma descontrolada.

Pero no. Esto no va a ser el comienzo de una nueva temporada porque ahora ya no hay una visión clara de que seamos capaces de pararlo y sólo podemos esperar a que aprendamos a convivir con él y en el entretanto a ver si en algún momento pierde agresividad y conseguimos que se quede en un catarro fuerte.

Así, hoy por hoy no hay visibilidad de que la situación se pueda arreglar. Los retrasos en los refuerzos de la vacunación necesarios a consecuencia de la pérdida de la inmunidad de las vacunas, la falta de acción política y el horizonte que tenemos por delante, en forma primero de eventos navideños y de la nueva variante Ómicron, hace que no haya una fecha que nos pueda decir que la situación se puede reconducir… A ver si para la primavera empezamos a ver la luz.

Los eventos propios de estas fechas hacen pensar que la incidencia seguirá subiendo hasta un punto en el que ya no pueda subir más. Y la llegada de la Ómicron que ya sabemos que, aunque sea más leve, su transmisibilidad es mucho más elevada que la cepa actual, puede producir que cuando estemos saliendo de esta ola nos coincida con la entrada masiva de la siguiente.

Y qué podemos hacer. Dada la ausencia de medidas que se van a tomar a nivel político (lo dejamos todo al libre albedrío o la responsabilidad individual, miramos para otro lado y que sea lo que Dios quiera), nosotros tenemos que tratar de ser prudentes. Lo que es más efectivo siempre son mascarillas, distancia social, ventilación y los geles. Esto no falla.

Y mientras, fomentar la vacunación y los refuerzos de forma masiva. Ayer alguna autoridad política (la de siempre) decía que todavía no hay evidencias de que haya que poner un refuerzo a toda la población.

No sé muy bien la motivación que tienen estas declaraciones porque, más allá de que está demostradísimo, si se está reforzando la vacunación a todos los sanitarios, incluyendo a los más jóvenes, es porque es obvio que toda la población sufre la pérdida de inmunidad de las vacunas y, por tanto, toda la población es susceptible de ser revacunada.

Y luego esperar a que nuestras autoridades adquieran algunos medicamentos que ya han entrado en el mercado o van a entrar y que estén disponibles a los efectos de evitar, al menos, todos los fallecimientos que podamos.

Volvemos a lo de que cada uno gestiona sus riesgos, así que trata de no estropearte las navidades.

Esto no es un síntoma de desánimo. Al contrario. Disfrutemos lo que podamos pero sabiendo lo que hay. Ya sabéis que estoy para las cosas buenas y las no tan buenas. Gracias.

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