Los primeros 1.000 días, tras la concepción, son cruciales para el desarrollo y la salud del futuro adulto, así como para el establecimiento de la microbiota y maduración del sistema inmune, donde el exceso/deficiencia de ciertos micronutrientes así como la exposición a tóxicos ambientales van a tener una influencia considerable.
La doctora María Carmen Collado Amores, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del CSIC, estudia, con el apoyo de la Fundación Ramón Areces, la interacción entre microbiota y exposición a metales esenciales y tóxicos en el entorno materno-infantil y su influencia en la salud.
Los resultados de este proyecto proporcionarán información sobre la relación dieta-microbiota-metales durante las etapas tempranas de la vida, así como ayudarán a identificar posibles marcadores biológicos, con el fin desarrollar potenciales estrategias dietéticas con funciones en la prevención y reducción del riesgo de enfermedades no transmisibles como obesidad, alergias, diabetes, en las que son claves las alteraciones en la composición y actividad de la microbiota.
-Pregunta de rigor: ¿Qué es la microbiota?
-La microbiota humana es una comunidad bacteriana compleja, dinámica y en equilibrio que juega un papel fundamental en la salud, interviniendo en importantes funciones fisiológicas, metabólicas e inmunológicas del hospedador.
-En los últimos años, este ‘ecosistema’ bacteriano se ha revelado como la llave para entender el origen de muchas patologías…
-A las alteraciones en la composición y diversidad microbiana se las denomina disbiosis y se asocian a un mayor riesgo de desarrollar ciertas enfermedades como por ejemplo: alergias, problemas inflamatorios intestinales, diabetes, obesidad y también trastornos neurológicos y cognitivos.
Microbiota materna y sistema inmune
-¿Hasta qué punto la microbiota al comienzo de la vida puede influir en la prevención o reducción de futuras enfermedades?
-El establecimiento de la microbiota intestinal es un proceso dinámico, influenciado por la microbiota materna y factores perinatales tales como el tipo de parto, la exposición de microorganismos del ambiente, el uso de antibióticos, dieta (lactancia materna), así como también de la genética del individuo. Ese proceso de colonización ocurre en paralelo al desarrollo y maduración del sistema inmune, con efectos también en el desarrollo cognitivo y psicomotor. Si ese sistema inmune no se desarrolla y madura correctamente, hay un mayor riesgo de problemas de salud a corto y/o largo plazo. Por tanto, ese periodo es una etapa crítica en la que cualquier alteración va a repercutir en el desarrollo de la salud infantil con efectos en la salud del futuro adulto. La exposición bacteriana en los primeros 1.000 días de vida es clave porque esa colonización se desarrolla en paralelo a la maduración del sistema inmune.
-¿Qué papel juega la microbiota materna?
-La microbiota materna forma parte del primer inóculo en los recién nacidos. Esas bacterias que la madre trasfiere a sus hijos tanto a través del parto como durante la lactancia son claves para una adecuada colonización microbiana y un correcto desarrollo del sistema inmunitario en el niño. Además de todo ello, por tanto, nos encontramos ante un circulo donde alteraciones en la microbiota materna podrían ser transferidas al neonato durante la gestación, parto y/o a través de la lactancia materna, favoreciendo el desarrollo de microbiota alterada en el neonato y su consecuente efecto en su salud a corto y largo plazo.
Influencia de la dieta en el sistema inmune
-¿Podría entonces la dieta influir en la prevención de enfermedades no transmisibles?
-El estado fisiológico y nutricional de la madre durante el embarazo y la lactancia juega un papel fundamental en la programación de la salud de su descendencia. Por lo tanto, un adecuado ambiente nutricional y microbiano en el entorno materno-infantil es crítico para la promoción de la salud infantil y del futuro adulto.
-La alimentación de la madre es mucho más que un aporte de nutrientes…
–Durante el embarazo es necesario mantener una dieta sana, equilibrada y variada que garantice un suministro regular y suficiente de nutrientes al feto. Además, esa alimentación va a influir en la microbiota materna que va a ser transferida al neonato en el parto, siendo la base para el proceso de colonización intestinal y, al mismo tiempo, siendo clave para el desarrollo y maduración del sistema inmune del niño afectando a su salud a corto y largo plazo.
-¿Cuáles serían los minerales esenciales?
-Los elementos minerales (hierro, selenio, zinc, yodo, calcio, magnesio, etc.) son esenciales para la homeostasis intestinal y juegan un papel importante en los sistemas biológicos que participan en muchos procesos celulares del cuerpo humano.
Exposición materna a tóxicos
¿Y qué efectos tiene un exceso o una deficiencia de estos nutrientes?
-La deficiencia o el exceso de cualquiera de estos elementos minerales puede provocar una enfermedad (por ejemplo, anemia) o efectos tóxicos nocivos, inflamación. Otros ejemplos incluyen la suplementación específica con ácido fólico para prevenir defectos del tubo neural, yodo para prevenir el cretinismo, zinc para reducir el parto prematuro y hierro para reducir la anemia por deficiencia de hierro y el riesgo de bajo peso al nacer.
-Otra área de gran relevancia en la actualidad es la exposición a tóxicos ambientales. ¿Cuáles se reconocen como más perjudiciales?
-En esta área se incluyen los agentes de polución, plaguicidas, plásticos y también metales tóxicos cuya exposición ejerce un efecto sobre la salud humana. También ciertos compuestos como el arsénico, mercurio, cadmio y plomo se encuentran presentes en la dieta humana y existen diferentes estudios que evalúan los posibles riesgos sanitarios derivados de las exposiciones dietéticas a metales. Diversos estudios han mostrado la relevancia de la exposición materna a estos tóxicos durante la gestación por su capacidad de acumulación en la placenta. Existe riesgo de problemas de salud tanto materna como del neonato por su influencia en el desarrollo fetal.