
El avance protagonizado por investigadores canadienses en la enfermedad linfoproliferativa 2 ligada al cromosoma X (XLP-2) se acoge con esperanza en la comunidad científica. Descrita en 2066, esta enfermedad ultrarrara afecta casi exclusivamente a niños. Por lo general, tiene complicaciones graves entre los pacientes que se infectan con el virus de Epstein-Barr.
En un estudio experimental que aparece en PLoS Pathogens, científicos de la Universidad de Ottawa, dirigidos por el doctor Subash Sad, desvelan cómo la inactivación del gen XIAP desencadena esta inmunodeficiencia.
Es bien sabido por los científicos que la muerte de las células huésped es un mecanismo fisiológico importante para promover la salud de un organismo; sin embargo, pueden provocar toxicidad tisular.
En este trabajo dejan muy claro que el inhibidor de la apoptosis ligado al cromosoma X (XIAP) es un inhibidor endógeno de la muerte celular, que inhibe varias enzimas (caspasas) que intervienen en la muerte celular.
“En humanos -explican los autores-, las mutaciones inactivadoras de XIAP dan como resultado XLP-2, que se caracteriza por un estado de linfoproliferación e inmunodeficiencia, pero los mecanismos no se conocen por completo”.
Los investigadores, en este estudio, han probado el papel de XIAP en la respuesta inmunitaria innata y adquirida contra dos bacterias intracelulares y demuestran que “XIAP promueve el desarrollo de la respuesta inmunitaria adquirida, a través de efectos separados en el sistema inmunitario innato y adquirido”.
Terminan subrayando que, al margen de que XIAP promueve la expresión de IL-6 por parte de las células del sistema inmunitario innato que promueve la supervivencia de las células T activadas, “también inhibe la eliminación selectiva de células T activadas a través de un mecanismo intrínseco celular. Estos resultados proporcionan una nueva visión de los mecanismos que conducen al desarrollo de XLP-2”.
Inmunodeficiencia en pacientes con XLP-2
El profesor Sad es un reconocido experto en Matemáticas, Bioquímica e Inmunología, en cuyo laboratorio de la Universidad de Ottawa utilizan la biología celular y la genómica para descifrar los mecanismos involucrados en la muerte celular inflamatoria, en diversas enfermedades como sepsis, fibrosis quística e inflamación intestinal.
Parva Thakkar, primera autora de este trabajo que otros autores ya han calificado de “elegante”, explica que utilizaron bacterias recombinantes y células transgénicas de células T para monitorear el impacto de XIAP en la diferenciación y el desarrollo de la memoria de las células T después de la infección.
La mayoría de los experimentos se realizaron in vivo con un modelo de ratón. También se llevaron a cabo otros experimentos mecánicos en varias células del sistema inmunitario.
En sus conclusiones, destacan que encontraron dos mecanismos subyacentes: la inactivación de XIAP da como resultado una expresión deficiente de interleucina- 6 ( IL -6), que compromete la proliferación de células T activadas; y, por otra parte, para sobrevivir a largo plazo compromete la capacidad de las células T activadas.
La consecuencia de este fenómeno es que las células T de memoria, que patrullan el cuerpo y se inducen durante infecciones o vacunas previas, sobreviven mal si hay una mutación inactivante en XIAP. “Esto explica las razones detrás de la inmunodeficiencia en pacientes con XLP-2”, puntualiza el profesor Sad.
Sad reconoce que no tenían claro cómo la inactivación de XIAP da como resultado la inmunodeficiencia. “Se especuló -dice- con que una inactivación de XIAP afecta directamente a las células T. Sin embargo, nuestro trabajo demuestra que esto no es del todo cierto. Mostramos que la inactivación de XIAP afecta la supervivencia de las células T a través de efectos directos e indirectos que dan como resultado un estado de inmunodeficiencia”.