Tests genéticos: El IMC predice mejor la obesidad
Los investigadores están entusiasmados con la posibilidad de incorporar puntuaciones de riesgo poligénico para predecir la obesidad, pero un nuevo estudio concluye que la genética agrega poco a lo que ya se descubrió en un examen clínico. Foto: Freepik

Los cantos de sirena sobre la efectividad de los tests genéticos para determinar si una persona va a ser obesa con el tiempo, en muchos casos, parece que se han quedado en humo. Por ahora, como explican cardiólogos estadounidenses del Centro Cardiovascular Frankel de Michigan Medicine y del Hospital General de Massachusetts, es mejor apoyarse en el dato que arroja el Índice de Masa Corporal (IMC) de cada persona.

El doctor Venkatesh Murthy, de Michigan Medicine y autor principal de este estudio publicado en JAMA Cardiology, explica que “descubrimos que el estado físico es mejor predictor que la genética para saber dónde irá el IMC con el tiempo. La genética claramente tiene cierta influencia, pero otros factores son más fuertes”.

Este cardiólogo detalla en su trabajo cómo la medición del IMC de una persona de hace 25 años resultó ser mejor predictor de su IMC actual que una puntuación de riesgo poligénico.

En relación con los tests genéticos, recuerda que “se ha prestado mucha atención a la idea de usar información genética para comprender el riesgo de obesidad o sobrepeso de una persona y para el desarrollo potencial de medicamentos con el fin de abordar esos riesgos genéticos”.

“Queríamos entender cómo, en todo caso, los datos genéticos se sumarían a la información que ya está disponible en la clínica. Resulta –añade- que nuestro examen clínico estándar, que incluye una evaluación del IMC, en realidad tiene mucha más información para ayudar a guiar la atención al paciente”.

El IMC, con el tiempo, fue más revelador

Este trabajo, en el que también participó el doctor Ravi Shah, del Hospital General de Massachusetts, evaluó datos de salud de un estudio patrocinado por los Institutos Nacionales de Salud sobre más de 2.500 adultos jóvenes en EE UU que hace 25 años se ofrecieron como voluntarios para participar en un estudio longitudinal. Los datos en CARDIA (Desarrollo del riesgo de arterias coronarias en adultos jóvenes) se recopilaron entre los años 1985 y 2010, para explorar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Ahora, estos investigadores han utilizado un moderno tests de puntuación de riesgo poligénico (PRS) para calcular el riesgo genético de obesidad para cada persona en su subconjunto del estudio CARDIA y, de esta forma, compararlo con las mediciones tomadas durante los 25 años.

El IMC basal en la edad adulta joven explicó el 52.3% del IMC de una persona 25 años después, cuando se consideró en combinación con la edad, el sexo y el historial de un progenitor, que alguna vez tuvo sobrepeso.

La predicción podría explicar hasta alrededor del 80% de la variación del IMC después de seguirlo a lo largo del tiempo, en lugar de solo al inicio y 25 años después.

Esas mismas combinaciones de edad, sexo y antecedentes de peso de los padres, cuando se consideran con un test PRS en lugar del IMC, también se asocian con IMC pero en una asociación más débil que solo explica el 13,6% del IMC en la mediana edad.

Precaución ante el uso generalizado de tests genéticos

El PRS también fue más efectivo para predecir el futuro IMC en los 1.608 individuos blancos que en los 909 individuos negros. El doctor Murthy señaló que hay más datos genéticos disponibles en las poblaciones europeas para construir perfiles de riesgo genético, lo que genera cierta preocupación sobre la metodología para determinar las puntuaciones de riesgo poligénico para pacientes no blancos.

El doctor Murthy hace hincapié en que estos datos sirven como recordatorio de que la genética humana podría ser interesante en grandes estudios de población, pero que aún se necesita precaución para incorporarlos cuando se brinda atención y asesoramiento clínico a los pacientes.

Sin embargo, reconoce que los clínicos cada vez atienden a más pacientes que ya han adquirido un test genético de una compañía y desean consultarlo con su médico. Ante esto, pide a los profesionales que sean conscientes de las fortalezas y limitaciones de esos productos que pueden ser adquiridos libremente.

Por su parte, el doctor Shah opina que si bien el riesgo genético puede ser más importante en aquellas personas con raras causas hereditarias de obesidad, “para la mayoría de la población en riesgo de volverse obeso, las recomendaciones universales como comer sano y mantenerse activo son importantes y deben revisarse regularmente por su médico de cabecera”.

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