
Un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Colorado, dirigido por la doctora Anna Fagre, ha detectado ARN del virus Zika en murciélagos africanos en libertad. Este descubrimiento tiene importantes implicaciones ecológicas y ofrecerá detalles sobre cómo los murciélagos se exponen, en la naturaleza, a este virus.
Fagre, del Centro de Enfermedades Infecciosas transmitidas por vectores en ese campus, detalla los pormenores de su hallazgo en Scientific Reports.
Reconoce que otros trabajos han demostrado que los murciélagos son susceptibles al virus del Zika en entornos experimentales controlados, pero “la detección de este agente patógeno en murciélagos en libertad indica que se han infectado o han estado expuestos a la picadura de mosquitos portadores de ese flavivirus”. En la familia de flavivirus se incluyen al del Nilo Occidental y el dengue.
Rebekah Kading, profesora de la Universidad de Colorado y autora principal del estudio, explica que tenían como objetivo aprender más sobre los reservorios potenciales del virus Zika.
Estos investigadores utilizaron un total de 198 muestras de murciélagos recogidos en el bosque de Zika y áreas circundantes en Uganda, y confirmó la presencia del virus del Zika en cuatro murciélagos que representan tres especies. Las muestras utilizadas en el estudio datan de 2009 de diferentes partes de ese país africano, años antes de los grandes brotes del virus entre 2015 y 2017 en América del Norte y del Sur.
“Sabíamos que los flavivirus circulaban en los murciélagos -señala la profesora Kading- y teníamos evidencia serológica por lo que nos preguntamos si estaban los murciélagos expuestos al virus o podrían tener alguna participación en la transmisión del Zika”.
La conexión asiática
El virus detectado por el equipo en los murciélagos estaba más estrechamente relacionado con el virus Zika de linaje asiático, la cepa que causó la epidemia en América después de los brotes en Micronesia y la Polinesia Francesa. La primera detección del virus Zika de linaje asiático en África se registró a finales de 2016 en Angola y en Cabo Verde.
“Las muestras positivas, más estrechamente relacionadas con el virus Zika de linaje asiático, provienen de murciélagos muestreados entre los años 2009 y 2013”, detalla Fagre. “Esto podría significar que la cepa de linaje asiático del virus ha estado presente en el continente africano más tiempo de lo que pensamos originalmente”, o que hubo una buena cantidad de evolución viral y cambios genómicos que ocurrieron en el virus Zika de linaje africano, que desconocíamos.
La prevalencia relativamente baja del virus del Zika en las muestras de murciélagos indica, según esta investigadora, que los murciélagos pueden ser huéspedes accidentales de la infección por el virus del Zika, “en lugar de huéspedes amplificadores o reservorios”.
A pesar de las evidencias que han encontrado en su trabajo, Fagre resalta que pertenecen a un único estudio transversal, por lo que sería arriesgado y prematuro sacar conclusiones sobre la ecología y epidemiología de este patógeno.
Virus del Zika en primates
Este equipo de la Universidad estatal de Colorado creó un ensayo único para el estudio, centrándose en un componente molecular específico que tienen los flavivirus: el llamado ARN subgenómico (ARNf).
La mayoría de los científicos que buscan evidencia de infección por el virus del Zika en humanos o animales usan la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) para identificar fragmentos de ARN genómico.
Finalmente, la profesora Kading anuncia que su equipo continuará su investigación para tratar de aprender más sobre cuánto tiempo persisten estos fragmentos de ARN en los tejidos, lo que les permitirá aproximarse a cuándo estos murciélagos se infectaron con el virus del Zika.
“Siempre hay preocupación por los virus zoonóticos. El potencial de otro brote está ahí –subraya- y podría estar latente un tiempo. Sabemos que en el bosque de Zika, donde se encontró el virus por primera vez, está en primates no humanos”.
Además de las dos investigadoras citadas, en este estudio participaron también Juliette Lewis, Megan Miller, Brian Foy, Tony Schountz y John Anderson, de la Universidad estatal de Colorado; Eric Mossel, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en Fort Collins; Julius Lutwama, Luke Nyakarahuka y Teddy Nakayiki, del Instituto de Investigación de Virus de Uganda; Robert Kityo y Betty Nalikka de la de Universidad de Makerere; así como Brian Amman, Jonathan Towner y Tara Sealy, de los CDC de Atlanta.