La familia es crucial para la supervivencia de las orcas
Entre los años 1996 y 2002, la mitad de la población de orcas de las Islas Crozet fue masacrada en operaciones de pesca ilegal dirigida a la merluza negra patagónica. La tasa de supervivencia de las orcas aún no ha regresado a su nivel anterior.

Las orcas viven en grupos sociales estables y estructurados. Y su supervivencia depende directamente de ello, como ha demostrado un equipo de investigación francés del Centro Chizé para Estudios Biológicos, perteneciente al CNRS y a la Universidad de La Rochelle, así como al Observatorio Marino PELAGIS.

El trabajo, publicado en PNAS, órgano oficial de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, destaca la importancia de la socialización en la resistencia de las poblaciones al estrés demográfico y tiene importantes implicaciones para la conservación de especies altamente sociales como la orca.

Según los investigadores, en los principales depredadores sociales, la vida en grupo es una estrategia ecológica que mejora la condición física individual, principalmente a través de un mayor éxito de alimentación. Los eventos de mortalidad aditiva en múltiples grupos sociales en las poblaciones pueden afectar la estructura social y, por lo tanto, la aptitud física de los individuos sobrevivientes.

Para analizar esta hipótesis, los científicos examinaron el comportamiento de una población de Orcinus orca que experimentó un período de siete años de mortalidad aditiva severa debido a interacciones letales con buques pesqueros ilegales.

Comportamiento social ‘errático’ de las orcas

Entre los años 1996 y 2002, la mitad de la población de orcas de las Islas Crozet desapareció en operaciones de pesca ilegal dirigida a la merluza negra patagónica. Utilizando análisis sociales y demográficos realizados en un conjunto de datos único a largo plazo que abarca períodos antes, durante y después de este evento, los resultados indicaron una disminución tanto en el número como en la fuerza media de las asociaciones de individuos sobrevivientes. La tasa de supervivencia de las orcas aún no ha regresado a su nivel anterior.

Fundamentando su trabajo en datos de un programa de identificación con fotografía iniciado en 1987, los científicos galos pudieron demostrar que las orcas supervivientes de una familia diezmada adoptaron un comportamiento social errático, pasando de un grupo a otro. Cuanto más débiles son estos lazos sociales, aseguran los científicos, mayor es la probabilidad de muerte de los cetáceos.

Como estas orcas, probablemente, no son completamente aceptadas por los nuevos grupos a los que se unen, es factible que se les dé menos acceso a los alimentos que a los miembros regulares de la unidad social, y mueran.

Estos hallazgos son los primeros en revelar las consecuencias a largo plazo de los eventos que afectan la supervivencia y la organización social de una especie de mamífero.

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