
El mayor ensayo aleatorizado controlado con placebo con el antibiótico amoxicilina, para tratar infecciones respiratorias en Pediatría, asegura que es poco eficaz para aliviar los síntomas. En este ensayo han participado cuatro universidades británicas.
Las conclusiones de este estudio publicado en The Lancet no dejan lugar a dudas. Este antibiótico ha dejado de tener eficacia ante las múltiples bacterias que se han hecho resistentes a él.
Las sospechas sobre este fármaco estaban sobre la mesa de numerosos pediatras y ahora, con la financiación del Instituto de Investigación en Salud (HIHR) del Reino Unido, se han confirmado. El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Southampton, ha recibido el apoyo de diversos centros de las universidades de Bristol, Oxford y Cardiff.
Estos científicos trataron de comprobar si, en Atención Primaria, la amoxicilina reduce la duración de síntomas moderadamente dañinos en niños que presentan infecciones respiratorias del tracto respiratorio inferior no neumónicas.
El ensayo involucró a un total de 432 niños de seis meses a 12 años, diagnosticados con infecciones respiratorias agudas no complicadas y procedentes de ambulatorios de Atención Primaria situados en Inglaterra y Gales.
Posteriormente, se asignaron al azar para recibir amoxicilina o un placebo tres veces al día, durante una semana. Los clínicos y enfermeras evaluaron los síntomas al comienzo del estudio y los padres, con la ayuda de sus hijos cuando fue posible, completaron un diario de síntomas.
Como se refleja en el estudio, tan solo se informó de una pequeña diferencia, apenas significativa, sobre la duración de los síntomas entre los dos grupos: los niños que recibieron el placebo tuvieron síntomas que se calificaron como moderadamente malos o peores, durante un promedio de seis días después de ser examinados por un médico.
Resistencia a los antibióticos
Además, esto fue cierto incluso para los grupos de niños en los que el médico escuchó sonidos en el pecho, el niño tenía fiebre, el facultativo calificó al paciente como más enfermo, el niño tosió flemas o tenía el pecho ruidoso, o el niño estaba sin aliento.
Solo cuatro niños en el grupo de placebo y cinco en el grupo de antibiótico requirieron una evaluación adicional en el hospital. Los costos para los padres, como el tiempo necesario para ausentarse del trabajo o el costo de los remedios de venta libre, fueron muy similares en ambos grupos.
El profesor Paul Little, autor principal del estudio que trabaja en la Universidad de Southampton, subraya que aquellos niños que recibieron amoxicilina para tratar las infecciones del pecho, pero que el clínico no diagnosticó neumonía, no se recuperaron mucho más rápido.
“De hecho -añade-, no es probable que el uso de amoxicilina para tratar infecciones respiratorias en niños que no se sospecha que tienen neumonía ayude y podría ser perjudicial. El uso excesivo de antibióticos puede provocar efectos secundarios y el desarrollo de resistencias”.
La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud y, en el futuro, podría dificultar o imposibilitar gran parte de la práctica médica rutinaria actual, como someterse a operaciones quirúrgicas o apoyar a las personas que reciben tratamiento contra el cáncer.
Por su parte, Alastair Hay, profesor de Atención Primaria en la Universidad de Bristol y uno de los coautores del estudio, añade que el ensayo ARTIC PC es uno de los pocos estudios en Atención Primaria que informa sobre la efectividad de prescribir antibióticos a los niños más pequeños que presentan infecciones respiratorias. Se diseñó para detectar una mejoría clínica importante de tres días en la duración de los síntomas.
A propósito de la amoxicilina
La amoxicilina -según MedlinePlus– se usa para tratar algunas infecciones provocadas por bacterias como la neumonía, las infecciones de los oídos, nariz, garganta, del tracto urinario y la piel. También se utiliza en combinación con otros medicamentos para eliminar la bacteria H. pylori, que causa úlceras.
Por su parte, la Asociación Española de Pediatría, en su ficha clínica sobre este fármaco que data de 2015, explica que es una aminopenicilina semisintética de amplio espectro, del grupo de los antibióticos beta-lactámicos. Presenta un espectro más amplio frente a microorganismos gran-negativos que otras penicilinas, conservando su acción frente a gérmenes gram-positivos.