Pasaporte Covid: ¿la mejor medida para prevenir o una amenaza para la libertad?
Los pasaportes de vacunas son, para algunos investigadores, la solución adecuada. Para otros, una amenaza a la libertad. Foto: frimufilms/freepik

La exigencia del pasaporte que demuestre haber sido vacunado contra el SARS-CoV-2, que causa Covid -19, como esgrime el Gobierno austriaco, para evitar ser confinados, ha avivado la polémica entre los detractores y los defensores de las vacunas. Las consecuencias pueden agravarse aún más si otros países europeos, como Alemania o Reino Unido deciden hacer lo mismo.

Lo que está ahora meridianamente claro es que estos pases o certificados de Covid-19 podrían detener otro bloqueo o presentar amenazas como la segregación y la continua vigilancia; esto es, cuestionar la libertad.

En un debate entre especialistas que aparece en British Medical Journal, días antes de la polémica decisión del Gobierno austriaco de confinar a sus ciudadanos que no se han vacunado contra el nuevo coronavirus, los expertos cuyas instituciones han llevado a cabo investigaciones sobre el impacto del uso de estas herramientas para tratar de prevenir la propagación del agente patógeno tienen opiniones diferentes sobre si son o no una alternativa válida al encierro.

En este debate, distinguen entre un pasaporte de vacuna, que definen como un documento o aplicación que solo muestra evidencia del estado de vacunación; y un pase de Covid, que es un documento o aplicación que muestra evidencia de que una persona tiene un estado de menor riesgo de infección según su registro de vacunación, una prueba reciente de flujo lateral negativo o PCR, o una prueba de anticuerpos positiva que muestra que tuvo la infección antes, así como tener algún nivel de inmunidad.

A favor del ‘pasaporte Covid’ en eventos masivos

Así, investigadores del Instituto Tony Blair para el Cambio Global en Londres argumentan que los pases Covid son una herramienta útil para demostrar que alguien está completamente vacunado, que tiene inmunidad por una infección previa o que recientemente dio negativo para Covid-19.

“El que demuestren su estado de salud antes de acceder a un ambiente cerrado o abarrotado puede reducir potencialmente el riesgo de propagación del Covid”, argumentan.

Kirsty Innes y Daniel Sleat, de esta corporación, destacan el Programa piloto de Investigación de Eventos del Gobierno británico, que había ofrecido optimismo ante herramientas como el pase Covid, que ayudarían a limitar la transmisión del nuevo coronavirus en eventos masivos.

En la primera fase de ese programa, solo se detectaron 28 casos de Covid-19 en un total de 7.764 voluntarios que completaron todos los requisitos de prueba.

El Instituto llevó a cabo un análisis basado en un modelo de junio de 2021 de la propagación del virus, creado por científicos del Imperial College of London para el Grupo Asesor Científico para Emergencias (SAGE) del Reino Unido.

Esto demostró que si el Gobierno hubiera optado por hacer obligatorio el pasaporte Covid para los entornos cerrados y de asistencia masiva en Inglaterra después del levantamiento de las restricciones el 19 de julio, podría haber reducido los casos y las muertes hasta en un 30%.

No obstante, reconocen que se necesitan salvaguardas antes de adoptar el uso generalizado de estos salvoconductos, como garantizar que las personas que no puedan recibir una vacuna no sean “excluidas indebidamente”.

Si se aprueba que estos pases sean obligatorios, la legislación -destacan- debería limitar su uso a la gestión de la pandemia actual y proteger la privacidad.

En contra, porque pone en peligro la libertad

Por su parte, Imogen Parker, directora asociada del Ada Lovelace Institute, en Londres, y del Centro de Ciencia y Política de la Universidad de Cambridge, se muestran en contra de los pases Covid.

“Al igual que las medidas de salud pública más tradicionales, como el uso de mascarillas o el distanciamiento social, los pasaportes pueden reducir el riesgo, pero no pueden garantizar la seguridad”, asegura.

Parker cita la experiencia de agosto de este año en el Boardmasters Festival, celebrado al aire libre en Cornwall, cuyos organizadores utilizaron pasaporte Covid con pruebas adicionales, pero aún así se convirtió en un evento que registró cerca de 5.000 casos.

La propia investigación del Instituto Ada Lovelace sobre el tema no descartó los pasaportes como herramienta válida para ayudar en la transición de los bloqueos, pero pidió fundamentos científicos transparentes, como modelos sobre sus efectos en la salud pública en comparación con otras medidas y estándares de diseño técnico con normas claras y específicas, y propósitos limitados.

Parker advierte que, a diferencia de las mascarillas o el distanciamiento, los pasaportes introducen “riesgos profundos” en la sociedad, como el riesgo a través de la segregación de introducir barreras a la participación económica y social, ya que algunas personas podrían no querer o no poder vacunarse.

Además, “la normalización de la vigilancia por parte de terceros podría contribuir a crear barreras adicionales para las minorías étnicas, que ya se enfrentaban a una vigilancia excesiva -argumenta-, o personas sin documentos”.

Parker advierte que “la tecnología justificada para emergencias tiene la costumbre de normalizarse”. En este sentido, asegura que las herramientas digitales facilitan el intercambio de datos, lo que podría beneficiar la investigación en salud, pero también podría permitir que la información personal se comparta con la policía o las compañías de seguros, por ejemplo.

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