
El mayor estudio con mayores de 70 años, elaborado por un equipo interdisciplinar de científicos de la Universidad de Monash, en Australia, revela que el consumo moderado de alcohol se asocia con un riesgo reducido de eventos cardiovasculares y una disminución de la mortalidad por todas las causas. Involucró a 18.000 estadounidenses y australianos.
Este trabajo, que se detalla en European Journal of Preventive Cardiology, es el primero en analizar el riesgo de eventos cardiovasculares y la mortalidad por todas las causas, asociados con el consumo de alcohol en personas mayores sanas.
Apoyándose en el estudio ASPirin in Reducing Events in the Elderly (ASPREE), publicado en New England Journal of Medicine en 2018, sobre el efecto del ácido acetilsalicílico en adultos mayores, con el propósito de descubrir formas de mantener salud, calidad de vida e independencia a medida que envejecemos, el equipo del doctor Johannes Neumann, de la Universidad de Monash, analizó datos post hoc de unos 18.000 participantes, australianos y estadounidenses, en su mayoría de 70 años o más.
Los participantes en el estudio no tenían eventos de enfermedad cardiovascular previos, demencia diagnosticada o discapacidad física limitante de la independencia. Estos episodios incluyeron muerte por enfermedad coronaria, infarto de miocardio no fatal, accidente cerebrovascular fatal y no fatal, muerte cardíaca o vascular no coronaria y hospitalización por insuficiencia cardíaca.
La información sobre el consumo de bebidas alcohólicas (días de consumo por semana y promedio de bebidas estándar por día) se evaluó mediante un cuestionario autoinformado al inicio del estudio.
Ingesta en gramos por semana
Se excluyeron a los ex consumidores de alcohol que pueden haber dejado de consumirlo por diversas razones de salud, posiblemente introduciendo un sesgo de causalidad inversa, según los investigadores.
Sobre la base de estos datos, la ingesta de alcohol se calculó en gramos por semana; para los participantes de Estados Unidos una bebida estándar equivalía a 14 gramos, frente a los 10 g para los australianos.
En el estudio, el consumo de alcohol se dividió en varias categorías: 0 (nunca bebe) y los que ingieren estas bebidas entre 1 y 50; 51–100; 101-150 y más 150 gramos a la semana.
Para los australianos, es hasta 5; 5-10; 10-14 y más de 15 bebidas estándar por semana. Para los estadounidenses, eso es hasta 3,5; 3,5-7; 7-10 y más de 10 bebidas estándar por semana.
De los cerca de 18.000 participantes elegidos con una edad promedio de 74 años, el 57% eran mujeres; el 43,3 % eran fumadores o exfumadores y el Índice de Masa Corporal (IMC) medio fue de 28,1 kg /m2.
De estos participantes, el 18,6% no ingirió alcohol todas las semanas; el 37,3% informó de 1 a 50 gr/semana; el 19,7% reconoció de 51-100 gr/semana; el 15,6% de 101-150 gr/semana y el 8,9% consumió más de 150 gr/semana.
Efectos biológicos del alcohol en mayores
Los investigadores los siguieron durante un promedio de 4,7 años y el estudio encontró que había un riesgo reducido de eventos de enfermedades cardiovasculares en aquellos que consumían alcohol de 51-100, 101-150 y más de 150 gr/semana. Siempre en comparación con los que nunca bebieron alcohol, independientemente del género.
El consumo de 51 a 100 gr/semana también se asoció con un riesgo reducido de mortalidad por todas las causas.
El doctor Neumann destaca que estos hallazgos deben interpretarse con precaución, ya que los participantes del estudio estaban inicialmente sanos sin eventos cardiovasculares u otras enfermedades graves previas y pueden haber sido más activos física y socialmente que la población en general.
Además, la evidencia previa demuestra que el consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de otras enfermedades crónicas, como cáncer, enfermedad hepática o pancreatitis.
En resumen, la ingesta moderada de alcohol en este grupo de adultos mayores sanos no fue perjudicial para las enfermedades cardiovasculares ni para la mortalidad general. No obstante, el doctor Neumann hace hincapié en que se necesitan más investigaciones para evaluar los efectos biológicos causales del alcohol en la salud, así como las posibles ventajas conductuales de la bebida y la actividad social.