
A medida que los brotes de la enfermedad COVID-19 causados por el nuevo coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) continúan en todo el mundo, se afianzan las evidencias de que los niños tienen menos síntomas y enfermedades menos graves. Esta es la buena noticia que acaba de publicar The Pediatric Infectious Disease Journal, órgano oficial de la Sociedad Europea de Enfermedades Infecciosas Pediátricas.
En el trabajo de revisión realizado por la doctora Petra Zimmerman, de la Universidad suiza de Friburgo, y del investigador australiano Nigel Curtis, de la Universidad de Melbourne, se sugiere que los niños tienen la misma probabilidad que los adultos de infectarse con el coronavirus, “pero es menos probable que se sientan mal o desarrollen síntomas graves. Sin embargo, la importancia de los niños en la transmisión del virus sigue siendo incierta”.
Como saben los científicos desde hace tiempo, los coronavirus pertenecen a una familia de virus que pueden causar infecciones y enfermedades en los animales. “Los coronavirus son capaces de una rápida mutación y recombinación, lo que lleva a nuevos coronavirus que pueden propagarse de los animales a personas”, según la doctora Zimmerman.
Hay cuatro coronavirus que circulan entre las personas, causando principalmente síntomas respiratorios y gastrointestinales, que van desde el resfriado común hasta enfermedad grave.
Zimmerman y Curtis explican que, en las últimas dos décadas, se han registrado tres brotes de enfermedades importantes debido a nuevos coronavirus: SARS-CoV en 2002; MERS-CoV, en 2012 y, ahora, SARS-CoV-2, en 2019.
¿Cuáles son los riesgos de COVID-19 para los niños?
Esta es la pregunta apremiante para especialistas en enfermedades infecciosas pediátricas y padres. Los niños parecen tener síntomas clínicos más leves que los adultos y tienen un riesgo sustancialmente menor de enfermedad grave, lo que también ocurrió en las epidemias de SARS y MERS.
Zimmerman y Curtis destacan que, según datos de China de febrero de 2020, los niños y adolescentes representaron solo el 2% de las hospitalizaciones por SARS-CoV-2. Sin embargo, como los niños son frecuentemente menos sintomáticos y tienen síntomas menos severos, esta situación puede conducir a una subestimación del verdadero número de infectados. Además, los niños están expuestos con menos frecuencia a las principales fuentes de transmisión.
Una vez más, según datos del país asiático, “la mayoría de los niños infectados se recuperan una o dos semanas después del inicio de los síntomas y no se han reportado muertes en febrero de 2020”, añaden estos investigadores. La mayoría de las infecciones reportadas con SARS-CoV-2 ocurrieron en niños con un contacto familiar documentado. Los niños con COVID-19 pueden ser más propensos a desarrollar síntomas gastrointestinales.
Glucoproteína espiga
Los expertos también revisaron los hallazgos de diagnóstico (pruebas de laboratorio y estudios de imágenes) de niños. Los enfoques de secuenciación del genoma completo han permitido el desarrollo rápido de pruebas de diagnóstico molecular para el SARS-CoV-2.
Por ahora, el tratamiento es de apoyo. No hay medicamentos antivirales específicos disponibles aunque se están probando varios candidatos. Concretamente, los científicos trabajan en varios enfoques para el desarrollo de nuevos medicamentos y vacunas, algunos dirigidos a una «glucoproteína espiga» implicada en las interacciones entre los coronavirus y las células.
Hasta que estas medidas preventivas y de tratamiento estén disponibles, los investigadores hacen hincapié en la importancia de la gama completa de estrategias para controlar el SARS-CoV-2. Así, recuerdan la “respuesta de salud pública global altamente efectiva” que se tradujo en la contención de la epidemia de SARS.
Finalmente y como quiera que la hipertensión arterial puede asociarse con un aumento de mortalidad en personas hospitalizadas infectadas por COVID-19, también publicamos hoy, en BIOTECH MAGAZINE & NEWS, un artículo del doctor Luis Miguel Ruilope, uno de nuestros mayores expertos en tensión arterial, que escribe sobre el potencial efecto de los inhibidores de la enzima conversora de angiotensina IECA y de los antagonistas del receptor de angiotensina ARA.