
Atravesamos por una etapa de interminable incertidumbre con el coronavirus pandémico. El SARS-CoV-2, que causa Covid-19, sigue cobrándose víctimas en todo el mundo, con el telón de fondo de fake news. Sigue siendo primordial confiar en los científicos y tener la información veraz para adoptar las decisiones adecuadas.
Y, en este contexto, son muchos los que preguntan si deben vacunarse con el refuerzo (la mitad de la dosis con la espiga del virus original y la otra mitad con la de las variantes BA4/BA.5, según las marcas: 25 microgramos de cada molécula de ARNm).
Las interminables variantes de variantes o subvariantes (sobre todo de BA.2, BA.4 y BA.5) -recordamos que hace muchos meses ya hablamos de La saga Ómicron venidera- burlan la inmunidad natural adquirida por infecciones previas o la artificial debida a las sucesivas dosis de vacunas.
Son los linajes BA.2.75.2, BQ.1, BQ.1.1., la recombinante XBB y otras muchas. Son tantas las nuevas subvariantes y acarrean tantas mutaciones (más de 80) que obligan a hablar de nube, familia, enjambre, pentágono, hexágono, sopa de variantes y por ahí porque se acaban las 24 letras del alfabeto griego.
Algunos pueden argumentar, y lo hacen, que para qué vacunarse si “no sirve”. Es erróneo. La inmunidad no son solo anticuerpos neutralizantes ni desaparece totalmente cuando lo hacen dichos anticuerpos. Recordemos a los linfocitos-memoria. Otros apelan a los efectos adversos graves. Prudencia, tanto a la hora de decir que sí como a la hora de negarlo.
Dudas ante la cuarta dosis
La penúltima noticia, la última está a punto de producirse en lo que nos afecta, es que hace unos días ha aparecido un trabajo pre-impresión (no revisado por pares) de científicos japoneses, con el título SARS-CoV-2 vaccine and increased myocarditis mortality risk: A population based comparative study in Japan (Vacuna contra el SARS-CoV-2 y mayor riesgo de mortalidad por miocarditis: un estudio comparativo basado en la población en Japón).
En él alertan del incremento (hasta cuatro veces) de la tasa de mortalidad por miocarditis asociada a la vacunación con ARNm en segunda dosis (peor con Moderna que con Pfizer). Al parecer, ocurre mucho más en jóvenes treintañeros, pero afecta a todos los grupos etarios (menos, en ancianos). Ya veremos si el artículo pasa la revisión de pares y si lo confirman otros trabajos.
Mientras tanto, vacuna de refuerzo Pfizer o Moderna para los vacunados antes o que se infectaron previamente, siguiendo las recomendaciones del mando. Me refiero a los mayores (ponga cada uno la edad), los inmunodeprimidos y los sanitarios que trabajan con pacientes o con personas en dependencia de terceros.
Y, seguimos insistiendo, en que deberíamos no olvidar la ventilación, las aglomeraciones y, en determinados escenarios, la mascarilla. Y no asustarnos por la miocarditis hasta ver si se confirma.