Nuevos datos del ciclo del agua del Mar Muerto, de hace 15.000 años
Los sedimentos se formaron en el lago Lisan hace 24.000 y 14.000 años. Hoy, estos depósitos lacustres se encuentran a más de 200 metros sobre el nivel del agua del Mar Muerto. La imagen está tomada desde Masada, al otro lado del Mar Muerto. Foto: GFZ

Científicos alemanes e israelíes protagonizan un innovador estudio sobre los análisis de sedimentos del Mar Muerto. Con ayuda de avanzados métodos de alta resolución, entre otras cosas, concluyen que allí hubo fases de estabilidad, hace 15.000 años, durante periodos de fuerte cambio climático.

Los datos que disponen actualmente los investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, son alarmantes: el nivel del lago del Mar Muerto desciende más de un metro cada año. La causa es conocida: el gran consumo de agua en el área de captación.

Ahora, en el innovador trabajo experimental que aparece en Scientific Reports, el equipo multidisciplinar de investigadores germanos e israelíes dirigidos por Daniela Müller y Achim Brauer, del Centro alemán de Investigación de Geociencias (GFZ), y por Yehouda Enzel, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, despeja numerosas dudas sobre el descenso de agua de unos 250 metros, al final de la última glaciación.

Han demostrado que el largo período de sequía fue interrumpido por períodos húmedos que duraron de 10 a 100 años. Esto también ofrece nuevos conocimientos sobre la historia de los asentamientos de esta región, que es importante para el desarrollo humano y permite mejores evaluaciones de los desarrollos actuales y futuros impulsados por el cambio climático.

En este estudio se dice que, en regiones altamente sensibles como el Mediterráneo Oriental, donde la disponibilidad de agua es un factor importante para el desarrollo socioeconómico y político, es crucial comprender cómo está cambiando el ciclo del agua en respuesta al cambio climático.

El ciclo del agua en el Mar Muerto: antes y ahora

Los geólogos pueden lograr esto mediante la evaluación de fuertes cambios hidroclimáticos que ocurrieron hace varios milenios. Por ejemplo, durante la transición de la última glaciación al Holoceno, el nivel del agua del lago Lisan cayó unos 240 metros en el período de 24.000 a 11.000 años atrás, lo que eventualmente condujo a su transición al actual Mar Muerto.

Los sedimentos en el borde del lago Lisan, cerca del área arqueológica de Masada, y del fondo de lo que ahora es el Mar Muerto son testigos únicos de este desarrollo. En este trabajo se analizan estos sedimentos con una precisión sin precedentes.

Las investigaciones se llevaron a cabo en el marco del proyecto PALEX (Paleohydrology and Extreme Floods from the Dead Sea ICDP Core). Para este estudio, los investigadores alemanes de GFZ desarrollaron nuevos métodos analíticos de alta resolución, con el fin de obtener información precisa sobre la estratificación de los sedimentos y su composición geoquímica, incluso sobre los procesos de deposición estacional y, por lo tanto, sobre el tipo, duración y curso de las fases climáticas.

Los científicos se apoyaron en la combinación de métodos microscópicos de luz con el llamado mapeo de elementos 2D utilizando escáneres de fluorescencia de rayos X, que les ha permitido la identificación y localización precisas de elementos en los sedimentos.

Un dato que tuvieron en cuenta por su importancia es que, en la preparación de los sedimentos para este análisis, había que eliminar la humedad mediante liofilización.

Este proceso tuvo sus complicaciones por el alto contenido de sal del Mar Muerto y su afinidad por el agua. Posteriormente, impregnaron los sedimentos con resina sintética e hicieron delgadas láminas con ellos, sin que se alterase la microestructura.

Fases húmedas interrumpidas y largos periodos secos

Los investigadores descubrieron que la caída dramática a largo plazo en el nivel del lago debido a la creciente sequedad fue interrumpida varias veces por fases más húmedas.

«Pudimos determinar con precisión por primera vez la duración de estas fases en varias décadas y, en un caso, hasta siglos contando las capas anuales en el sedimento», explica Daniela Müller, pero reconoce que la causa exacta de estas pausas en el cambio climático de esta región sigue siendo difícil de determinar. Se sospechan posibles vínculos con el clima del Atlántico Norte.

“Lo que fue particularmente sorprendente -añade- es que durante estas fases más húmedas, en algunos casos durante varias décadas, ni siquiera encontramos rastros de inundaciones extremas, que son típicas de esta región incluso hoy y durante épocas más húmedas en el pasado».

Como destacan en las conclusiones del estudio, los resultados conseguidos tienen interés para las consideraciones arqueológicas, porque coinciden con la época en que la cultura natufiense se asentó en esta región. Fases climáticamente estables podrían haber favorecido los desarrollos culturales.

En este sentido, Brauer puntualiza que han logrado demostrar que los cambios climáticos fuertes en el pasado han sido muy dinámicos, que incluyeron fases de relativa estabilidad. “De esto aprendemos que el cambio climático no es lineal, sino que las fases de cambios fuertes se alternan con otras tranquilas«, termina diciendo.

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