Móviles y relojes inteligentes pueden alterar la función de marcapasos
La Food & Drug Administration (FDA) de Estados Unidos recomienda a los pacientes con dispositivos médicos implantados que mantengan sus teléfonos inteligentes y relojes, al menos, a 15 centímetros de distancia para evitar interferencias con los implantes. Foto: creativeart/freepik

Los nuevos modelos de teléfonos móviles (smartphone) y relojes inteligentes (smartwatch) pueden interferir con marcapasos y desfibriladores, como reconoce ahora oficialmente la Food & Drug Administration (FDA) de Estados Unidos. Tras analizar el nuevo estudio publicado en Heart Rhythm, alerta a las personas con ingenios biomédicos implantados.

Esta publicación es el órgano oficial de Heart Rhythm Society, Cardiac Electrophysiology Society y Pediatric & Congenital Electrophysiology Society.

Desde que se empezaron a comercializar estos dispositivos muchos científicos sospechaban que podrían producir este tipo de interferencias, aunque hasta ahora no se ha demostrado con claridad. Es por eso por lo que los investigadores afiliados al Centro de Dispositivos y Salud Radiológica (CDRH), de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU, han encendido la luz roja.

Llevaron a cabo este estudio, que respalda la recomendación de la FDA, para que los pacientes mantengan cualquier dispositivo electrónico de consumo que pueda crear interferencias magnéticas, incluidos teléfonos móviles y relojes inteligentes, al menos a 15 centímetros de distancia de los dispositivos médicos implantados, en particular marcapasos y desfibriladores cardíacos.

Seth J. Seidman, investigador principal de este trabajo y asesor del Centro de Dispositivos y Salud Radiológica, explica que “garantizar la seguridad de los dispositivos médicos es una piedra angular de nuestra misión de protección al consumidor, especialmente a medida que la tecnología continúa avanzando».

Como parte de este trabajo, la FDA revisó artículos publicados recientemente que describen la posibilidad de que ciertos teléfonos móviles, relojes inteligentes y otros aparatos electrónicos de consumo más nuevos con imanes de alta intensidad de campo puedan afectar temporalmente el funcionamiento normal de dispositivos médicos electrónicos implantados, como marcapasos y desfibriladores implantables.

“Según nuestra revisión, decidimos realizar nuestras propias pruebas para confirmar y ayudar a informar las recomendaciones adecuadas para pacientes y consumidores”, apunta Seidman.

‘Modo de imán’ en dispositivos cardíacos

Los dispositivos electrónicos implantados cardíacos están destinados a ayudar a los trastornos del ritmo cardíaco, como la frecuencia lenta o rápida del corazón. Los marcapasos implantables y los desfibriladores automáticos (ICD) incluyen un modo de imán diseñado para utilizarse cuando un paciente se somete a un procedimiento en el que es posible la interferencia electromagnética, o cuando la suspensión del dispositivo es necesaria para seguir un tratamiento médico.

Sin embargo, esta función también puede activarse accidentalmente por campos magnéticos fuertes superiores a 10 G, lo que puede cambiar el funcionamiento del dispositivo y provocar daños graves al paciente.

Este científico recuerda en su estudio que, desde un punto de vista histórico, los imanes suficientemente potentes como para activar este modo de imán tenían gran tamaño y eran fácilmente identificables, como altavoces estéreo o motores electrónicos en herramientas inalámbricas.

Sin embargo, con la llegada de los pequeños imanes de tierras raras, se pueden encontrar fuertes campos magnéticos en auriculares, cerraduras de puertas o diminutos altavoces de teléfonos.

El equipo de Seidman comprobó la salida del campo magnético de todos los modelos de iPhone 12 y Apple Watch 6 a diferentes distancias de los dispositivos biomédicos.

Descubrieron que todos los dispositivos tienen campos magnéticos estáticos significativamente mayores de 10 G en las proximidades, lo suficientemente altos como para situar en modo de imán los dispositivos cardíacos implantados.

No obstante, cuando se mantiene una distancia de separación de seis pulgadas (15,24 centímetros) o más, esos teléfonos y relojes inteligentes no activan el modo de imán.

Móviles y marcapasos

En virtud de esos resultados, Seidman destaca que están adoptando medidas para ofrecer información a los pacientes y clínicos “para asegurarnos de que estén al tanto de los riesgos potenciales y puedan tomar medidas preventivas y proactivas simples, como mantener los dispositivos electrónicos de consumo, como ciertos teléfonos celulares y relojes inteligentes, unos 15 centímetros lejos de dispositivos médicos implantados y no llevar ingenios electrónicos de consumo en un bolsillo próximo a ellos”.

“Creemos que el riesgo para los pacientes es bajo -añade- y, de momento, la FDA no tiene conocimiento de ningún evento adverso asociado con este problema. A pesar de ello, se espera que la cantidad de productos electrónicos de consumo con imanes potentes aumente con el tiempo. Por lo tanto, recomendamos a las personas con dispositivos médicos implantados que hablen con sus médicos para asegurarse de que comprenden este riesgo potencial y las técnicas adecuadas para un uso seguro. La FDA continuará monitoreando los efectos de los productos electrónicos de consumo en el funcionamiento seguro de los dispositivos médicos”.

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