
El nuevo preparado que se estudia en Duke Human Vaccine Institute, en Carolina del Norte, y es candidato a ser la primera panvacuna contra el coronavirus, activa anticuerpos neutralizantes a través de una nanopartícula. Esta nanopartícula se compone de la parte del coronavirus que le permite unirse a los receptores celulares del cuerpo.
En las conclusiones del estudio publicado en Nature, el equipo de científicos ha demostrado que ese preparado es eficaz para proteger a monos y ratones de una variedad de infecciones por coronavirus, incluido el SARS-CoV-2, así como el SARS-CoV-1 original y coronavirus de murciélago relacionados que, potencialmente, podrían causar la próxima pandemia.
El doctor Barton F. Haynes, autor principal de este ensayo y director de Duke Human Vaccine Institute, detalla que comenzaron a trabajar el año pasado, “pensando que, como en todos los virus, se producirían mutaciones en SARS-CoV-2, que causa Covid-19”.
Entonces las vacunas de ARNm ya estaban en desarrollo, “por lo que -añade- estábamos buscando formas de mantener su eficacia, una vez que aparecieran esas variantes”.
“Este enfoque no solo proporcionó protección contra el SARS-CoV-2, sino que los anticuerpos inducidos por el preparado también neutralizaron variantes preocupantes que se originaron en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil”, reconoce el doctor Haynes. Además, los anticuerpos inducidos reaccionaron con un panel bastante grande de coronavirus.
Talón de Aquiles de los coronavirus
El equipo de este científico, que incluyó a Kevin Saunders, director de investigación del Instituto, se basó en estudios anteriores sobre el SARS, la enfermedad respiratoria causada por el coronavirus SARS-CoV-1. Encontraron que una persona infectada con SARS desarrolló anticuerpos capaces de neutralizar múltiples coronavirus, lo que sugiere que podría ser posible un pan-coronavirus.
El talón de Aquiles de los coronavirus es su dominio de unión al receptor, situado en el pico que une los virus con los receptores en las células humanas. Si bien este sitio de unión le permite entrar en el organismo y causar una infección, también puede ser blanco de anticuerpos.
Estos científicos identificaron un sitio de dominio de unión al receptor en particular presente en el SARS-CoV-2, sus variantes circulantes y los virus de murciélago relacionados con el SARS que los hace altamente vulnerables a los anticuerpos neutralizantes cruzados.
Posteriormente, trabajaron en el diseño de una nanopartícula que muestra este punto vulnerable. La nanopartícula se combina con un adyuvante de molécula pequeña, específicamente, el agonista del receptor 7 y 8 llamado 3M-052, formulado con Alum, desarrollado por 3M y el Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas. El adyuvante estimula la respuesta inmunológica del cuerpo.
En pruebas en monos, la panvacuna de nanopartículas bloqueó la infección por coronavirus SARS-CoV-2 en un 100%. La nueva vacuna también provocó niveles de neutralización significativamente más altos en los animales que las plataformas de vacunas actuales o la infección natural en humanos.
Panvacuna contra coronavirus ante próximas pandemias
Con esos resultados, Saunders señala que, básicamente, lo que han hecho es coger múltiples copias de una pequeña parte del coronavirus “para hacer que el sistema inmunológico del cuerpo responda a él de una manera más intensa».
«Descubrimos que eso no solo aumentó la capacidad para inhibir que el virus cause una infección -continúa-, sino que también se dirige con más frecuencia a este sitio de vulnerabilidad de reacción cruzada en la proteína de pico. Creemos que es por eso que este preparado es efectivo contra el SARS-CoV -1, SARS-CoV-2 y, al menos, cuatro de sus variantes comunes, además de coronavirus animales adicionales”.
Durante los últimos 20 años se han registrado tres epidemias de coronavirus, “por lo que es necesario desarrollar vacunas eficaces que puedan atacar a estos patógenos antes de la próxima pandemia”, subraya Haynes.
Además de Haynes y Saunders, este equipo de investigadores lo integró Esther Lee, Robert Parks, David R. Martinez, Dapeng, Haiyan Chen, Robert J. Edwards, Sophie Gobeil, Maggie Barr, Katayoun Mansour, S. Munir Alam, Laura L. Sutherland, Fangping Cai, Aja M. Sanzone, Madison Berry, Kartik Manne, Kevin W.Bock, Mahnaz Minai, Bianca M. Nagata, Anyway B. Kapingidza, Mihai Azoitei, Longping V. Tse, Trevor D. Scobey, Rachel L. Spreng, R. Wes Rountree, C. Todd DeMarco, Thomas N. Denny, Christopher W. Woods, Elizabeth W. Petzold, Thomas H. Oguin III, Gregory D. Sempowski, Matthew Gagne, Daniel C. Douek, Mark A. Tomai , Christopher B. Fox, Robert Seder, Kevin Wiehe, Drew Weissman, Norbert Pardi, Hana Golding, Surender Khurana, Priyamvada Acharya, Hanne Andersen, Mark G. Lewis, Ian N. Moore, David C. Montefiori y Ralph S. Baric.
En la financiación del estudio participaron los Institutos Nacionales de Salud, el estado de Carolina del Norte y la Fundación británica Burrourghs Wellcome, entre otras entidades.