Éxito del primer resultado con la vacuna para el virus Marburg
Micrografía electrónica de barrido coloreada de partículas del virus de Marburg (azul) tanto en gemación como adheridas a la superficie de células VERO E6 infectadas (naranja). Foto: NIAID

A partir de un adenovirus modificado de chimpancé, investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos, han desarrollado una vacuna experimental frente al virus de Marburg que, en el primer ensayo con un grupo de 40 voluntarios, fue segura y provocó una respuesta inmune.

Los pormenores de este ensayo clínico, que se llevó a cabo en el Instituto Walter Reed de la Armada estadounidense, aparecen en The Lancet. El trabajo evalúa una vacuna vectorizada con adenovirus de chimpancé recombinante deficiente en replicación (cAd3), que codifica una glicoproteína de Angola del virus de Marburg de tipo salvaje (cAd3-Marburg) en adultos sanos.

Anne Preston, coordinadora de este estudio, explica que es el primer ensayo en humanos, de fase 1, abierto, de aumento de dosis de la vacuna cAd3-Marburg.

Se aplicó a adultos sanos de entre 18 y 50 años, que “recibieron una dosis intramuscular única de la vacuna cAd3-Marburg a 1 × 10 10 o 1 × 10 11unidades de partículas (pu). Los criterios de valoración de seguridad primarios incluyeron la reactogenicidad evaluada durante los primeros siete días y todos los eventos adversos evaluados durante 28 días después de la vacunación. Los puntos finales de inmunogenicidad secundarios fueron la evaluación de las respuestas de anticuerpos de unión y las respuestas de células T contra el inserto de glicoproteína del virus de Marburg, y la evaluación de las respuestas de anticuerpos neutralizantes contra el vector cAd3 4 semanas después de la vacunación”.

Alerta de la OMS por este virus emergente

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el virus de Marburg como un virus emergente que requiere investigación y desarrollo de vacunas urgentes, particularmente debido a su aparición en Ghana, el pasado mes de diciembre.

Días atrás, en Valencia (España), se produjo una alarma que resultó ser falsa en un hombre de 34 años, ingresado en el hospital La Fe. Una prueba génica descartó que estuviera infectado por este agente patógeno y también por el virus Ébola. Las autoridades sanitarias encendieron la luz roja al detectar una serie de signos en este paciente que, además, había permanecido un tiempo en Guinea Ecuatorial.

El MARV, un filovirus de la misma familia que el Ébola, causa una enfermedad febril rápidamente progresiva que provoca shock y muerte en una gran proporción de las personas infectadas.

Muchos científicos creen que los brotes de la enfermedad MARV en humanos comienzan cuando el virus da el salto desde su huésped animal principal, que probablemente sean determinados murciélagos infectados crónicamente en África subsahariana.

Vacuna de dosis única frente al virus Marburg

Los síntomas de la enfermedad MARV son similares a los que se observan con la enfermedad por el virus del Ébola y pueden incluir fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, sarpullido, dolor abdominal, vómitos y diarrea. A medida que avanza la enfermedad, los pacientes pueden sufrir disfunción de múltiples órganos, delirio y sangrado significativo del tracto gastrointestinal u otros sitios que pueden resultar en la muerte.

No hay vacunas aprobadas ni terapias específicas disponibles. Si bien algunos preparados experimentales se han probado antes, ninguno ha demostrado ser altamente efectivo y ofrecer una protección duradera.

En diversas áreas de África es donde se necesita con urgencia una vacuna eficaz, de dosis única, frente al virus Marburg. Esta candidata del NIAID tiene todas las posibilidades de proteger a los receptores durante un largo período de tiempo y, como dicen sus autores, “sería una parte crucial para sofocar los brotes”.

En el 95% de los voluntarios del Walter Reed se produjo una respuesta de anticuerpos específicos de glicoproteína a las cuatro semanas después de una sola vacunación, que se mantuvo en el 70% de los participantes a las 48 semanas.

Estos hallazgos -hacen hincapié los investigadores- “representan un paso crucial en el desarrollo de una vacuna para el despliegue de emergencia contra un patógeno reemergente, que recientemente expandió su alcance a nuevas regiones”.

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