Identifican un nuevo gen que puede aumentar el riesgo de ELA
La resonancia magnética (FLAIR axial) demuestra un aumento de la señal de T2 dentro de la parte posterior de la cápsula interna, de acuerdo con el diagnóstico de ELA. Foto: CC BY-SA 3.0/Frank Gaillard

Un equipo de neurocientíficos ha identificado un nuevo gen que puede aumentar el riesgo de desarrollar Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). El gen TP73 se presentó hace menos de dos años a la comunidad científica por estos investigadores, en lo que se conoce como preimpresión sin referencia.

Según el estudio que aparece ahora en Neurology, el gen TP73 codifica una proteína que ayuda a regular el ciclo de vida de una célula. Estos neurocientíficos, coordinado por Lynn B. Jorde, de la Universidad de Utah, en Salk Lake City, encontraron que algunas personas diagnosticadas con ELA tienen mutaciones en ese gen, que puede interferir con las células nerviosas.

La ELA es una enfermedad neurodegenerativa progresiva, poco frecuente, que afecta a las células nerviosas del cerebro y de la médula espinal. Las personas con ELA pierden la capacidad de iniciar y controlar el movimiento de los músculos, lo que a menudo conduce a una parálisis total y a la muerte.

Tanto los factores génicos como los ambientales pueden contribuir al desarrollo de la ELA. Aproximadamente, el 15% de los casos se diagnostican como ELA familiar, que es cuando una persona tiene más de un miembro de la familia que también padecía la enfermedad. Los casos sin causa genética conocida se denominan ELA esporádica.

“Aún se desconoce mucho sobre la genética y los procesos que conducen al desarrollo de la ELA”, reconoce Lynn B. Jorde. “Si bien las variantes genéticas conocidas son determinantes críticos del 68% de los casos de ELA familiar -añade-, solo representan el 17% de los casos de ELA esporádica. Sin embargo, se cree que hasta el 61% de estos casos están influenciados por factores genéticos. Nuestro estudio ha identificado un nuevo factor de riesgo génico de ELA esporádica: mutaciones raras en el gen TP73”.

Mutaciones en el gen TP73 en enfermos de ELA

También encontraron que las mutaciones de este gen tienen un efecto perjudicial sobre la función de las proteínas y que se necesita la proteína codificada por este gen para la salud de las células nerviosas.

En este trabajo, participaron un total de 87 voluntarios con ELA esporádica, que proporcionaron muestras de sangre. Los investigadores utilizaron una técnica llamada secuenciación del exoma, para examinar los genes que codifican proteínas para cada participante. En este grupo, los investigadores encontraron que cinco personas tenían mutaciones raras en el gen TP73.

Más tarde, observaron dos grupos adicionales con ELA esporádica, con un total de casi 2.900 personas, y encontraron 19 pacientes más con mutaciones raras en el gen TP73. Cuando los neurocientíficos observaron los genes de un grupo de control de 324 personas sin ELA, no encontraron mutaciones en TP73.

En laboratorio, este equipo llevó a cabo experimentos adicionales en líneas celulares y encontraron que cuando había mutaciones del gen TP73, esto conducía a una diferenciación celular anormal y a un aumento de la muerte celular.

También utilizaron la tecnología de edición de genes CRISPR para eliminar el gen TP73. Así, descubrieron que conducía a un desarrollo deficiente de las células nerviosas, similar a lo que se observa en ELA.

“Nuestra investigación -concluye el investigador- indica que la muerte celular relacionada con estas mutaciones puede ser un factor clave en el desarrollo de la ELA. Este descubrimiento proporciona un nuevo objetivo para los investigadores que trabajan en el desarrollo de terapias para ralentizar o, incluso, detener la progresión de la ELA”.

El órgano oficial de la Academia americana de Neurología ha tardado cerca de dos años en reconocer el trabajo de este investigador, que apareció en BioRxiv como preprint.

El economista español que divulgó la enfermedad

El pasado mes de febrero falleció el economista Francisco Luzón, a los 73 años. En 2013, le diagnosticaron ELA. Diversos medios de comunicación se hicieron eco de su enfermedad y alguno le hizo varias entrevistas en las que reconocía, siempre sonriente, que “no hablo, no puedo oler, no me muevo, pero sueño y quiero despertar mañana”.

“Pienso poco en la muerte, pienso más en la vida”, confesaba este banquero que ocupó altos cargos en diversas entidades bancarias.

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