Vinculan más de un millón de muertes con la contaminación en África
Monóxido de carbono medido globalmente por Sentinel-5P. Foto: ESA

El nuevo informe de análisis de datos, titulado El estado de la calidad del aire y los impactos en la salud en África, elaborado por Health Effects Institute (HEI), hace un análisis exhaustivo de las principales fuentes de contaminación del aire y los impactos en la salud del continente africano, con más de 1.200 millones de personas.

Este documento sostiene que la contaminación del aire es el segundo factor de riesgo de muerte en todo el continente. África alberga cinco de los 10 países más contaminados del mundo, en términos de partículas finas al aire libre (PM2,5). Se trata del predictor más consistente de muertes por enfermedades cardiovasculares, respiratorias y de otro tipo en estudios por exposición a largo plazo.

En 2019, la contaminación del aire contribuyó a aproximadamente 1,1 millones de muertes en África, con un 63% vinculados a la exposición en los hogares (HAP).

Este informe se publica en coordinación con un nuevo documento del Clean Air Fund que examina cómo la acción sobre la contaminación del aire podría liberar miles de millones de dólares, así como evitar miles de muertes y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 20% para 2040.

El acceso a la energía limpia en África no se distribuye equitativamente, lo que genera una mayor carga de enfermedades en ciertas áreas. En África Oriental, Occidental, Central y Meridional, aproximadamente el 75% de la población depende de la quema de combustibles sólidos como el carbón, la madera y el carbón vegetal para cocinar, lo que expone a los residentes a altas concentraciones de contaminantes nocivos todos los días.

Los recién nacidos y los niños menores de cinco años en estas regiones corren un riesgo particularmente alto por la contaminación relacionada con el uso de combustibles sólidos para cocinar.

Menores de cinco años

En 2019, el 14% de todas las muertes de niños menores de cinco años en África estuvieron relacionadas con la contaminación del aire. Los impactos en los recién nacidos y los bebés también tienen consecuencias a largo plazo para la salud en general, incluidos problemas con el desarrollo de los pulmones y una mayor susceptibilidad a las enfermedades transmisibles, como las infecciones de las vías respiratorias inferiores.

Caradee Wright, del Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica, opina que “este informe proporciona evidencia de la amenaza sustancial que representa la contaminación del aire para la salud, e incluso la vida, de bebés y niños menores de cinco años”.

“Este grupo vulnerable necesita atención especial para mitigar sus exposiciones –continúa-, por ejemplo, a través de políticas y campañas intensivas de concientización con soluciones prácticas para madres y cuidadores”.

En África, las PM2.5 provienen de muchas de las mismas fuentes que se encuentran en otras partes del mundo, incluido el uso de combustibles sólidos para cocinar, el de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) para la producción de energía, vehículos y actividades semiindustriales como la minería artesanal, la agricultura, los incendios forestales y las fogatas a cielo abierto.

En algunas partes de África, el polvo arrastrado por el viento, una fuente natural de contaminación del aire, también contribuye en gran medida a los niveles de PM2.5.

Las fuentes de contaminación del aire y los impactos en la salud relacionados pueden variar ampliamente en todo el continente. Por regiones, África occidental experimenta la mayor contaminación de PM2.5 con una concentración media de 64,1 μg/m3, mientras que el sur de África tiene el más bajo con 26,5 μg/m3.

Aumento de enfermedades crónicas no transmisibles en África

En el sur de África, el uso de combustibles fósiles contribuye hasta en un 41% de los niveles totales de PM2,5 en el exterior, mientras que en el este, la contribución es solo del 11%.

Si bien los niveles son altos, los países de África están implementando una amplia gama de programas para reducir los impactos de la contaminación del aire. Hasta el momento, 17 han establecido algunas políticas nacionales de calidad del aire y muchos han incluido acciones sobre las fuentes de contaminación, especialmente en los hogares, como parte de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) de su país.

En 2019, África tuvo una de las tasas de acceso a la energía más bajas del mundo, con menos de una de cada 20 personas que viven en la República Democrática del Congo, Etiopía, Madagascar, Mozambique, Níger, Uganda y Tanzania con acceso a combustibles limpios para cocinar.

Al mismo tiempo, la escasez de estaciones de monitoreo de la calidad del aire a nivel del suelo significa que los países no pueden rastrear con precisión su progreso hacia el cumplimiento de los objetivos y estándares de calidad del aire.

El doctor Patrick de Marie Katoto, de la Universidad Católica de Bukavu, en la República Democrática del Congo, puntualiza que “la contaminación del aire contribuye en gran medida al aumento de la frecuencia de enfermedades crónicas no transmisibles en África, lo que ejerce una mayor presión sobre un sistema de salud que ya está sobrecargado por enfermedades infecciosas crónicas y, más recientemente, Covid-19. Estos hallazgos exigen que la Unión Africana y los estados miembros promuevan, planifiquen y financien intervenciones de calidad del aire para prevenir discapacidades y muertes innecesarias en todo el continente”.

Cumbre del clima y contaminación del aire en África

Durante estos días en los que las naciones del mundo se reúnen en Egipto para las reuniones climáticas COP27, África considerará cómo se pueden diseñar las transiciones energéticas para que sean eficientes, económicamente viables, sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, un desafío complejo que requiere una conversación matizada en el nexo de la energía, el clima, la calidad del aire y la salud.

Los países de la Unión Africana también han adoptado la Agenda 2063, un programa continental en el que se establece un marco estratégico diseñado para cumplir su objetivo de desarrollo inclusivo y sostenible para todos los residentes para el año 2063. Afrontar estos desafíos de frente traerá beneficios duales de mejoras en la salud pública y reducciones en las emisiones de gases de efecto invernadero en toda África.

Por último, subrayar que este informe reúne datos del proyecto Global Burden of Disease y de una evaluación global reciente de las fuentes de contaminación del aire para discutir las tendencias de polución y las cargas de enfermedades asociadas, con un enfoque particular en Egipto, Ghana, República Democrática del Congo, Kenia y Sudáfrica.

El informe fue elaborado a instancias de State of Global Air, una colaboración entre Health Effects Institute y el proyecto Global Burden of Disease, del Institute for Health Metrics & Evaluation.

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