
Un equipo de investigadores y clínicos españoles, dirigidos por el doctor Alejo Erice Calvo-Sotelo, del hospital Asepeyo y de la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid, concluye en Clinical Microbiology and Infection que tras vacunar a 230 voluntarios no inmunocomprometidos con la vacuna de Pfizer, los títulos de anticuerpos frente a la región de la subunidad S1 de la proteína de espícula del SARS-CoV-2 que se une al receptor (anticuerpos anti Receptor Binding Domain (RBD)) disminuyeron en un 58% tres meses después de la vacunación.
Como detalla el doctor Erice, “la durabilidad de la respuesta de anticuerpos tras la vacunación con BNT162b2 (Pfizer) no se ha establecido”. Esta disminución se produjo en todos los grupos de edad e independientemente de si había habido infección previa por SARS-CoV-2, que causa Covid-19. Del 86,5% de los participantes que tenían títulos de anti-RBD que se correspondían con una actividad neutralizante (ID50) > 1:250 1,5 meses después de la segunda dosis de BNT162b2, solamente el 41% mantenía títulos de anti-RBD por encima de este nivel tres meses después de la vacunación.
“Esta disminución precoz de los anticuerpos anti-RBD tras la segunda dosis de BNT162b2 es preocupante -hace hincapié el doctor Erice- ya que plantea la posibilidad de que la inmunidad humoral después de la vacunación sea de corta duración”.
En su opinión, los anticuerpos anti-RBD no constituyen la única protección contra la infección y la enfermedad por SARS-CoV-2. Además de los anticuerpos específicos y las células B de memoria, la inmunidad adaptativa tras la infección por SARS-CoV-2 incluye respuestas específicas de células T CD4 + y CD8 +.
Esta respuesta inmune celular tras la infección por SARS-CoV-2, que es compleja y heterogénea, se extiende más allá de seis meses tras el inicio de los síntomas.
Dosis de recuerdo de vacuna de Pfizer
Sin embargo, las características y la durabilidad de la respuesta inmune celular tras la vacunación no se han establecido todavía; recientemente, se ha demostrado en un pequeño número de personas que dos dosis del preparado de Pfizer indujeron respuestas de células T CD4 + y CD8 + específicas frente al SARS-CoV-2, que persistieron durante al menos nueve semanas.
En cualquier caso, la disminución de anticuerpos anti-RBD a los pocos meses de la vacunación sugieren que puede hacer falta administrar dosis de recuerdo del preparado de Pfizer, “con el fin de mantener títulos elevados de estos anticuerpos a lo largo del tiempo y evitar así que las personas vacunadas se infecten con SARS-CoV”, concluye este investigador.
Además de Alejo Erice, especialista en Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas, firman el estudio David Varillas-Delgado, de la Universidad Francisco de Vitoria, y Cristina Caballero, del Laboratorio de Diagnóstico Clínico del hospital Asepeyo.
El doctor Erice es un acreditado especialista en Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas. Durante su estancia de varios años en Estados Unidos, codirigió el Laboratorio de Virología del profesor Henry Balfour en la Universidad de Minnesota y fue director del laboratorio sobre el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida.
En Estados Unidos, la participación del doctor Erice, durante las décadas de los años ochenta y noventa del siglo pasado, en las reuniones ACTG (Aids Clinical Trials Group) fue muy activa y seguida con interés por grupos de clínicos de numerosos países, entre ellos España.