Terapia CAR-T y efectos secundarios
Células CAR-T atacan una célula cancerosa. Imagen: Prasad Adusumilli / Memorial Sloan Kettering

Bajo el paraguas de la inmunoterapia, el tratamiento con células CAR-T entrena y fortalece el sistema inmunológico de un paciente para atacar tumores. Como se sabe, en la tecnología CAR-T, los linfocitos T (un tipo de glóbulo blanco) son modificados genéticamente fuera del organismo para que, al ser reinfundidos en la sangre del paciente, sean capaces de reconocer y destruir las células cancerosas. Los primeros éxitos en los ensayos clínicos han llevado a la aprobación del tratamiento para los cánceres de sangre recurrentes, que incluyen la leucemia y el linfoma. Pero, a pesar de los éxitos terapéuticos de la terapia con células CAR-T, la intervención conlleva el riesgo de efectos secundarios graves.

Entre ellos, se encuentra la neurotoxicidad, que puede provocar dolor de cabeza, confusión y delirio, entre otros cambios neuronales. Estos efectos debilitantes siguen siendo poco conocidos y caracterizados. Un equipo del Hospital Brigham and Women’s ha catalogado los síntomas neurológicos de los pacientes que habían recibido la terapia con células T CAR-T, para comprender mejor sus efectos secundarios neurotóxicos. Si bien los síntomas neurológicos eran prevalentes, el 77% de los pacientes experimentaron al menos un síntoma, también fueron temporales. Los hallazgos se han publicado en Brain.

Síntomas clínicos de la neurotoxicidad de CAR-T

«Se desconoce el mecanismo subyacente a la neurotoxicidad asociada a las células T CAR-T y los síntomas pueden ser muy difíciles de predecir», matiza el autor principal de este trabajo, Daniel Rubin, del Departamento de Neurología del Brigham. «Realizamos este estudio para definir mejor los síntomas neurológicos específicos que experimentan los pacientes después de la terapia con células CAR-T».

la prometedora terapia CAR-T tiene efectos secundarios
En la terapia CAR-T, los linfocitos T (un tipo de glóbulo blanco) son modificados genéticamente fuera del organismo para que, al ser reinfundidos en la sangre del paciente, sean capaces de reconocer y destruir las células cancerosas. Imagen: NCI

Para definir los síntomas clínicos de la neurotoxicidad asociada a CAR-T, el equipo realizó un estudio observacional de cohorte de 100 pacientes con linfoma ingresados en el Dana-Farber/Brigham and Women’s Cancer Center para aplicarles la terapia de células T CAR-T, entre los años 2015 y 2018. El equipo evaluó los síntomas desde el inicio de la infusión de terapia con células CAR-T hasta los dos meses posteriores a la infusión. Además, se revisaron todas las evaluaciones de diagnóstico, incluidas las pruebas de laboratorio y las exploraciones por imágenes.

«Compartimos algunos casos clínicos tempranamente en las terapias que eran muy graves e inusuales desde un punto de vista neurológico», explica el neurólogo Henrikas Vaitkevicius. «Esto despertó el interés de colaborar con los grupos de oncología y terapia de células T, y nos permitió evaluar la mayoría de los pacientes de forma prospectiva y no retrospectiva».

Encefalopatía, el efecto secundario de CAR-T más prevalente

Los hallazgos revelan la prevalencia generalizada de síntomas neurológicos después de comenzar la terapia CAR-T. El síntoma más prevalente fue la encefalopatía, un tipo de enfermedad cerebral que causa confusión, pero también se observaron síntomas adicionales como dolor de cabeza, temblor, debilidad y disfunción del lenguaje. Es importante destacar que la mayoría de estos efectos fueron reversibles y los síntomas casi siempre se resolvieron con el tiempo.

Además, los investigadores observaron un patrón único de actividad, o inactividad, en su estudio. Los déficits neurológicos asociados con la terapia a menudo se originaron en áreas que parecían metabólicamente silenciosas. Este hallazgo tiene importantes implicaciones para la evaluación clínica de la neurotoxicidad y el uso de imágenes.
«A pesar de la aparición frecuente de síntomas neurológicos, los estudios de imagen como la resonancia magnética, que sirven como piedra angular del diagnóstico neurológico, casi siempre son normales», destaca Daniel Rubin. «En contraste, los estudios de diagnóstico que evaluaron más directamente el funcionamiento neuronal, como el EEG y la exploración PET, podrían detectar y predecir de manera confiable la disfunción neurológica».

Como siguiente paso, los investigadores están construyendo y validando un modelo para una puntuación y diagnóstico más precisos de la neurotoxicidad asociada a CAR-T.

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