
Fabricados con filamento de poliuretano e incorporando el fármaco quimioterápico 5-fluorouracilo (5-FU), los nuevos stents esofágicos son los primeros en contener ingredientes farmacéuticos activos dentro de su matriz para combatir el cáncer de esófago, como aseguran sus creadores de la University of South Australia (UniSA), en Adelaida.
Su composición única permite a los clínicos administrar al paciente hasta 110 días un medicamento contra el cáncer sostenido directamente en el lugar preciso del tumor, lo que restringe su crecimiento.
La investigadora Paris Fouladian, miembro del equipo que ha elaborado este estudio publicado en Biomaterials Science, destaca que las capacidades de la impresión 3D permiten la creación rápida de stents personalizados con geometrías y dosis de medicamentos específicas para cada paciente.
En este sentido, comenta que estos stents “pueden cambiar las reglas del juego en el tratamiento del cáncer de esófago. Con frecuencia, su tratamiento es difícil y el diagnóstico temprano es fundamental para conseguir resultados positivos”.
Nuevos ‘stents’ esofágicos

El síntoma más destacado de este carcinoma es la disfagia (dificultad para tragar alimentos o bebidas), debido a que las células cancerosas malignas bloquean el esófago.
Estos bloqueos se alivian comúnmente con un stent. Es un pequeño tubo que los clínicos colocan en el esófago del paciente para mantenerlo abierto, pero también puede obstruirse al invadir las células cancerosas.
“Nuestros nuevos stents esofágicos pueden ayudar a prevenir más bloqueos mediante la administración de fármacos contra el cáncer directamente en el tumor, lo que limita el crecimiento adicional y alivia la presión de la disfagia”, explica esta investigadora para, a renglón seguido, subrayar que son estables a los procesos de esterilización por rayos ultravioleta y gamma.
En opinión del profesor Sanjay Garg, investigador principal de este trabajo y director del Grupo de Desarrollo e Innovación Farmacéutica de UniSA, “la nueva tecnología es un avance significativo en la administración de medicamentos. Los procesos de impresión 3D que combinan fármacos y dispositivos biomédicos están a punto de cambiar los tratamientos”.
Aunque reconoce que es necesario llevar a cabo más estudios para comprobar los resultados que han obtenido en su trabajo, tiene la esperanza de que esta novedosa tecnología sea más eficaz para los pacientes con cáncer de esófago.
Incidencia de cáncer de esófago
Como explica el doctor Javier Gallego Plazas, de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el esófago es un tubo muscular, hueco, que se extiende desde la faringe hasta el estómago, y sirve para el paso de alimento.
En su recorrido, atravesando el cuello y el tórax para llegar al abdomen, se encuentra por delante de la columna vertebral en íntima relación con distintas estructuras (aorta, nervio recurrente laríngeo izquierdo, bronquio principal izquierdo, corazón y diafragma). Mide unos 25 centímetros.
El cáncer de esófago es el sexto tumor más frecuente del aparato digestivo en España (por detrás del cáncer colorrectal, páncreas, estómago, hígado y vesícula biliar) y se sitúa entre los 10 cánceres más frecuentes en el mundo.
Su incidencia presenta grandes variaciones geográficas, considerándose áreas de alta frecuencia Asia y África Central y del Sur (más de 100 casos por 100.000 habitantes/año). En Europa las tasas más altas de incidencia se presentan en Rusia, Francia, Reino Unido e Irlanda.
España se encuentra, respecto al resto de Europa, en un término medio de incidencia (aproximadamente 8/100.000 hombres y 1/100.000 mujeres).