¿Qué edad tienen sus huesos?
La edad esquelética se define como la suma de la edad cronológica y el número de años de vida perdidos (YLL) asociados con una fractura. Imagen: Freepik

Investigadores de la Universidad Tecnológica de Sidney han desarrollado el concepto de edad esquelética como una nueva medida para evaluar el impacto de las fracturas de huesos en la mortalidad. La métrica se incorporó a una calculadora online, que mide la fragilidad ósea para ayudar a los clínicos a comprender mejor la gravedad de las fracturas óseas.

En un estudio que aparece en eLife, basándose en investigaciones anteriores de los profesores John Eisman, Tuan Nguyen y el Centro Jacqueline del Instituto Garvan, los científicos de la Universidad Tecnológica de Sidney consideran que con esta innovadora herramienta se podrá mejorar la salud ósea y reducir la muerte prematura.

Como detallan en su trabajo, utilizaron el Registro Nacional de Altas Hospitalarias de Dinamarca que incluye los datos de todo el país de 1.667.339 adultos daneses nacidos el 1 de enero de 1950 o antes, seguidos hasta el 31 de diciembre de 2016 por incidentes de fracturas por traumatismos leves y mortalidad.

La edad esquelética -explican- se define como la suma de la edad cronológica y el número de años de vida perdidos (YLL) asociados con una fractura de huesos.

Este equipo interdisciplinar utilizó el modelo de riesgos proporcionales de Cox, para determinar el riesgo de mortalidad asociado con una fractura específica para un perfil de riesgo dado y, posteriormente, el riesgo se transformó en YLL utilizando la ley de mortalidad de Gompertz.

Durante el período medio de seguimiento de 16 años, hubo 307.870 fracturas y 122.744 muertes posteriores a ellas. Una fractura se asoció con entre uno y siete años de vida perdidos, siendo la pérdida mayor en hombres que en mujeres.

La edad esquelética la estimaron los investigadores australianos para cada edad y sitio de fractura estratificado por sexo.

Osteoporosis y edad de los huesos

Hace muchos años que a la osteoporosis se la considera una enfermedad silenciosa que, con frecuencia, no presenta síntomas inmediatos pero que debilita gradualmente los huesos y aumenta la probabilidad de que se rompan.

Una fractura ósea causada por la osteoporosis en personas mayores de 50 años se relaciona con el deterioro de la salud a largo plazo y, en algunos casos, incluso con la muerte prematura.

Sin embargo, la mala comunicación del riesgo de mortalidad a los pacientes ha llevado a una baja aceptación del tratamiento, lo que ha provocado una crisis en el manejo de la osteoporosis.

En un esfuerzo por mejorar el tratamiento, los científicos de Sidney presentan su idea de Edad esquelética, que no sólo cuantifica el impacto de la fractura en la mortalidad, sino que también captura el riesgo de fractura y mortalidad posterior a la fractura.

Como era de esperar -hacen hincapié-, los pacientes con fractura de cadera tenían la edad esquelética más alta que aquellos con otras fracturas.

Por ejemplo, un hombre de 70 años que sufrió una fractura de cadera tendría una edad esquelética de 75 años (es decir, una pérdida de 5 años de vida); sin embargo, un hombre de 50 años con fractura de cadera tendría una edad esquelética de 56,8 años, que equivale a casi 7 años de vida perdidos.

Métricas de riesgo

Otras fracturas como la de fémur, pelvis, vértebras y húmero también supusieron una importante pérdida de años de vida (alrededor de cinco); por lo tanto, se estima que los pacientes de 50 años con una de estas fracturas tienen una edad esquelética de alrededor de 55 años.

Sin embargo, las fracturas de costilla, clavícula y parte inferior de la pierna se asociaron con menos años de vida perdidos, y la edad esquelética de los pacientes con una de estas fracturas fue generalmente más baja que la de aquellos con una fractura más grave (por ejemplo de cadera).

Finalmente, la edad del esqueleto es una adición a las métricas ya disponibles, como Edad del corazón, Edad de los pulmones y, más recientemente, Edad de Covid, que han demostrado ser superiores a las métricas de riesgo convencionales -recuerdan estos científicos- en términos de cambios de comportamiento positivos.

Por ejemplo, en comparación con la atención habitual, las personas a las que se les dio la edad cardíaca tuvieron una mayor tasa de abandono del hábito de fumar, una mejora sustancial en el peso, el índice de masa corporal y la actividad física, así como una mayor proporción de pacientes de alto riesgo que regresan para una cita de seguimiento.

El uso de la edad del corazón también condujo a una mejora significativamente mayor a los 12 meses en los parámetros metabólicos o perfiles de lípidos.

 

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