
Un equipo de investigadores británicos ha realizado una revisión de estudios y ensayos clínicos para determinar los riesgos y beneficios de tomar ácido acetilsalicílico (aspirina). Los resultados se han publicado en British Journal of Clinical Pharmacology.
La conclusión principal es que, a dosis bajas, este fármaco reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, aumenta el riesgo de sangrado.
El uso de dosis bajas de aspirina en personas sin enfermedad cardiovascular se asoció con una incidencia del 17% menor de eventos cardiovasculares (ataques cardíacos y derrames cerebrales no fatales o muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares).
El uso de dosis bajas de aspirina también se asoció con un riesgo del 47% mayor de hemorragia gastrointestinal y un riesgo del 34% mayor de hemorragia intracraneal.
Para el doctor Lee Smith, de la Universidad británica Anglia Ruskin y miembro de este equipo de científicos, “estos riesgos y beneficios deben ser ponderados en análisis de decisiones formales, para aconsejar el uso de aspirina en la prevención primaria”.
Los autores señalan que aunque se han evaluado muchas docenas de efectos sobre la salud además de las enfermedades cardiovasculares y el sangrado, la evidencia de estos sigue siendo débil y, por lo tanto, no debería ser una consideración importante al decidir si usar aspirina en dosis bajas.
Un potente anticoagulante
La aspirina interfiere en la coagulación de la sangre. Cuando se sangra, las células sanguíneas que se encargan de la coagulación (plaquetas) se acumulan en la herida.
Las plaquetas contribuyen a la formación de un tapón que sella la abertura del vaso sanguíneo para detener el sangrado.
Este proceso de coagulación también puede producirse en los vasos que irrigan sangre al corazón. Si los vasos sanguíneos están estrechados como consecuencia de la aterosclerosis (acumulación de depósitos de grasa en las arterias), un depósito de grasa puede romperse en el revestimiento de un vaso sanguíneo.
Así se puede formar un coágulo de sangre rápidamente y bloquear la arteria. El coágulo impide el flujo sanguíneo al corazón y provoca un ataque cardíaco. La terapia con aspirina reduce la acción aglutinante de las plaquetas, con lo que posiblemente prevenga un ataque cardíaco.
Como información adicional, recordar que U.S. Preventive Services Task Force (Grupo de Trabajo sobre Servicios Preventivos de EE UU) recomienda la terapia diaria con este fármaco si se tiene entre 50 y 59 años, no hay mayor riesgo de sangrado y tampoco mayor riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular del 10% o más, en los próximos 10 años.
Si se tiene entre 60 y 69 años, carece de mayor riesgo de sangrado y tiene riesgo alto de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular del 10% o más en los próximos 10 años, recomienda que sea el clínico el que decida, como siempre, sobre la terapia con aspirina diaria.
Controversia sobre si los beneficios de la aspirina superan los riesgos
Cardiólogos estadounidenses de Mayo Clinic recuerdan que, si bien la aspirina se ha recomendado en el pasado para determinados grupos de personas sin antecedentes de ataque cardíaco, no hay un acuerdo total entre los expertos sobre si los beneficios de la aspirina superan los posibles riesgos.
Por su parte, la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) no recomienda la terapia con aspirina para prevenir ataques cardíacos en aquellas personas que no han tenido un evento de este tipo, un accidente cerebrovascular u otra afección cardiovascular.