
En las fracturas de hueso, una de las más complicadas para recuperar y más dolorosa es la de costillas. Hasta ahora, la solución pasaba por movilizar el tórax del paciente y utilizar toda suerte de fármacos contra el dolor, así como un respirador cuando era necesario.
Este malestar prolongado es lo que llevó a los doctores Evert Eriksson, de la Universidad de Carolina del Sur, y Fredic Pieracci, cirujano del Centro Denver Health, junto con otros traumatólogos de la Chest Wall Injury Society a poner en marcha un estudio en el que han participado 12 centros sanitarios de EE UU.
El objetivo de este estudio, publicado en Journal of Trauma and Acute Care Surgery, fue evaluar el éxito de la estabilización quirúrgica de las costillas (SSFR), para la que hay que implantar una placa para alinear los dos extremos de la fractura y mantenerlos en su lugar durante todo el proceso de curación.
Aquellos pacientes que se sometieron a SSRF para tres o más fracturas de costillas, con luxación parcial, experimentaron menos dolor en la escala numérica de dolor y una mejor calidad de vida después de salir de quirófano.
Para el doctor Eriksson, «esta investigación demuestra que los pacientes que tienen fracturas parcialmente desplazadas y algún compromiso pulmonar también se benefician de un procedimiento que, generalmente, se reserva para una cohorte con lesiones más graves».
Cirugía menos invasiva en fracturas de costillas
Las limitaciones tecnológicas han jugado un papel importante para que los cirujanos llevasen a cabo este procedimiento en el pasado. Hasta hace poco, estos especialistas en traumatología no consiguieron diseñar y desarrollar el equipo adecuado para hacer pequeñas incisiones quirúrgicas, con un bajo riesgo de complicaciones en el espacio pleural.
Así, al separar los músculos, en lugar de cortarlos, los cirujanos pueden acceder a la pared torácica y las costillas de manera menos invasiva. Incluso el material de las placas de estabilización ha mejorado. Es menos rígido y se adapta mejor a los movimientos del paciente cuando respira.
Además, al abordar cualquier lesión adicional, situar los huesos a su posición y eliminar el exceso de sangre del área, disminuyeron las posibilidades de que los voluntarios que participaron en este estudio tuvieran sangrado adicional o acumulación de líquido en ese espacio.
Y la diferencia fue estadísticamente significativa. Los cirujanos informaron de que en el grupo de pacientes que se sometió a SSRF, hubo una tasa de complicaciones del espacio pleural del 0% de las lesiones, mientras que el grupo no intervenido por este método experimentó una tasa de complicaciones del 10%.
Como recuerda el doctor Eriksson, un paciente le dijo que si bien su pecho no le dolía tras la intervención quirúrgica, su problema ahora era su hombro. Y es que, al estabilizar la pared torácica, los cirujanos también pueden mejorar los resultados de las fracturas de clavícula o escápula.