Luz roja para el azúcar en alimentos
Según un reciente estudio, el contenido de azúcar es el factor más importante para las personas al elegir alimentos, por delante de la grasa y la sal. Foto: Freepik

Según explican en Journal of Human Nutrition and Dietetics, el contenido de azúcar es el factor más importante para las personas al elegir alimentos, por delante de la grasa y la sal. Así lo han atestiguado un total de 858 voluntarios ingleses que han participado en un estudio de investigadores de la Facultad de Biociencias de la Universidad de Notthingham.

Utilizando el sistema de etiquetado de semáforos (TLL) para seleccionar alimentos saludables, los resultados demostraron que, al decidir sobre artículos alimenticios, el contenido de azúcar era significativamente el macronutriente más importante para los participantes.

Ola Anabtawi, coordinadora de este trabajo y especialista en Nutrición, detalla que, cuando se utiliza el sistema TLL, “con frecuencia los consumidores tienen que hacer concesiones y decidir qué usar para elegir el producto, teniendo en cuenta los aditivos al alimento en cuestión”.

“Queríamos averiguar -recuerda esta científica- si era grasa, grasa saturada, azúcar o sal lo que más querían evitar y ver si el etiquetado de semáforos influía en esta decisión”.

Etiquetas nutricionales de semáforo

Así las cosas, introdujeron el TLL para ayudar a la selección de opciones más saludables con un simple sistema de codificación de colores rojo, verde y ámbar. Los supermercados y los fabricantes de alimentos usan esto en los envases para resaltar la información nutricional.

A los voluntarios de este estudio se les ofrecieron tres opciones del mismo producto alimenticio con diferentes combinaciones de etiquetas nutricionales de semáforo. Se repitió para tres productos: sándwiches, cereales para el desayuno y galletas. Todos preeenvasados. Se les pidió que seleccionaran cuál era, en su opinión, el producto más saludable.

Los alimentos con un alto contenido de azúcar fueron percibidos como los peores para la salud, ya que los participantes los evitaron por encima del exceso de grasa, de la grasa saturada y el porcentaje de sal. Los productos marcados con una etiqueta roja también se evitaron mucho más y tuvieron un impacto más significativo a la hora de hacer una elección saludable que la etiqueta verde.

“A pesar de la falta de conocimiento sobre las recomendaciones que sustentan el criterio TLL -explica la coordinadora del estudio-, las decisiones de los participantes sobre la salud de los productos alimenticios estuvieron influenciadas significativamente por la información TLL sobre el contenido de azúcar de los artículos”.

Sin embargo, para esta investigadora especialista en Nutrición, hay que tener en cuenta el efecto de ignorar otros nutrientes (grasas y sal, entre otros) para aquellas personas con diferentes necesidades nutricionales.

La OMS recomienda no sobrepasar los 50 gramos de azúcar diarios en los alimentos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace ya años que recomendó que el consumo de azúcar no debe aportar más del 10% de las calorías diarias, tanto en niños como en adultos.

Para una dieta de 2.000 calorías, lo recomendable son unos 50 gramos de azúcar; esto es, el equivalente a unas 12 cucharillas de café. La media en Europa occidental en 2015 rondaba los 100 gramos, por lo que la reducción debería de ser de la mitad del consumo medio.

Para proporcionar beneficios adicionales para la salud, esa cantidad debería quedar por debajo del 5% del aporte calórico (seis cucharadas, 25 gramos). En el caso de los niños, la OMS recomienda no sobrepasar los 37 gramos (para una dieta de 1.750 calorías).

El azúcar incrementa el aporte calórico, quita el hambre y reduce ingesta de alimentos más ricos en nutrientes, lo que favorece una dieta poco saludable.

Al hablar de azúcares libres, la OMS no solo se refiere a los refinados como el que se añade al café (sucrosa); también alude a la glucosa o la fructosa. Ya sea tanto si se trata de añadidos artificiales en bebidas refrescantes y todo tipo de alimentos procesados, como si están de forma natural en zumos de fruta o siropes.

Por ello, no es fácil controlar su consumo. Incluso se puede encontrar escondido en alimentos en los que, aparentemente, no debería estar. Entre los ejemplos alimenticios utilizados por expertos de la OMS figura el del tomate kétchup. Una cuchara sopera de este producto contiene cuatro gramos de azúcares. Por su parte, una lata de refresco azucarado tiene hasta 40 gramos.

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