Por qué es tan prometedora la vacuna de Pfizer
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¿Por qué es tan prometedora la vacuna de Pfizer? Salvo algunos colectivos, el conocimiento que hay en la sociedad sobre la investigación, desarrollo y posterior comercialización de una vacuna es francamente pobre. De ahí la necesidad de explicar lo que hay detrás de una temeraria decisión empresarial, en el sentido de dar luz verde al complicado proceso que puede durar años con una inversión de unos 2.400 millones de euros, como aseguran algunos analistas.

El esfuerzo, más que titánico, de empresas farmacéuticas innovadoras como las estadounidenses Pfizer y Moderna, así como la británica AstraZeneca, entre otras, por conseguir una vacuna preventiva eficaz contra el nuevo coronavirus, va a marcar un antes y un después en la historia de la Biomedicina.

Uno de los primeros investigadores de renombre en apostar por una vacuna como el arma definitiva frente al SARS-CoV-2 ha sido el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos desde hace 36 años. Incluso llegó a anunciar que estaría disponible en un tiempo entre 12 y 18 meses.

Parece que esos plazos se van a cumplir, con el primer preparado de Pfizer, principalmente por la estrecha colaboración público-privada entre los científicos de todos los países, incluidos los chinos, desde que se dio carta de naturaleza a la actual pandemia.

Y en este logro ha influido también el conocimiento y experiencia de los trabajos que se han llevado a cabo hace años contra otros coronavirus, como el MERS y el SARS, que en un 80% comparten, aproximadamente, su biología molecular con el SARS-CoV-2. Sin olvidar la utilización de la espícula S como antígeno vacunal.

La vacuna de Pfizer necesita congelarse para su distribución

Parece que los gobiernos de los países avanzados ya se han puesto de acuerdo no solo en la adquisición de millones de dosis de la vacuna de Pfizer, si como parece se confirman en breve las bondades que difunde sobre ella la propia empresa, sino también sobre quiénes serán los primeros colectivos que serán vacunados con este preparado.

Hay un aspecto que me ha llamado la atención sobre esta vacuna. Y es que tiene que conservarse a –80 ºC, aproximadamente, en su almacenamiento.

La razón, según los expertos, es que se trata de una vacuna de ácido ribonucleico mensajero (ARN-m) sintético, con poca estabilidad y, por tanto, se degrada con rapidez.

Parece ser que Pfizer ha diseñado y desarrollado paralelamente una maleta que tendrá capacidad para entre 5.000 y 10.000 dosis, para su conservación a –80 ºC. Cada vial es una dosis múltiple. Cada una de esas maletas llevará GPS para su localización continua. La logística es otro capítulo de primer orden, ya que la vacuna no podrá ser distribuida en las oficinas de farmacia, como ocurre con otros preparados.

En el caso de la empresa Moderna, la vehiculización -subrayan los expertos- precisa de partículas lipídicas que también son muy sensibles a la temperatura. Sin embargo, las siguientes vacunas que vendrán son, por así decirlo, más clásicas y permisivas a las condiciones de temperatura.

¿Por qué el ARN mensajero?

En septiembre pasado, bajo el título Covid-19 y las vacunas ARN mensajero: primer test para un nuevo abordaje, Journal of the American Medical Association publicó un trabajo para entender la acción de estos preparados que, en opinión de especialistas en vacunología, pueden constituir la piedra angular de esta especialidad biomédica.

De las 30 vacunas, tanto génicas como protéicas que en la segunda quincena del pasado mes de agosto se encontraban en ensayos clínicos, las génicas son las que potencialmente tienen más ventajas inmunológicas.

Además de desencadenar la formación de anticuerpos y de células T CD4+ helper, reclutan células T CD8+ citotóxicas. Las células corporales solo despliegan proteínas víricas en su superficie mediante esa vía si son esas mismas células las que las han producido.

Como explica el doctor José A. Navarro-Alonso, desde la Sociedad Española de Vacunología, si se inyecta una proteína o un virus muerto, no se procesa por el complejo mayor de histocompatibilidad y, por tanto, no hay estímulo de las células T.

Incluso entre las plataformas de las vacunas génicas, algunas tienen ventajas adicionales. Al contrario de las vacunas de vectores, las de ADN y las de ARN -según este acreditado pediatra- eliminan el riesgo de la inmunidad preexistente que puede limitar su efectividad.

Esta inmunidad previa puede ser más frecuente en unas áreas geográficas respecto de otras que, en opinión del doctor Navarro-Alonso, implica que puede variar la efectividad de las vacunas de vectores (prevalencia de anticuerpos neutralizantes frente al vector Ad5 puede oscilar entre el 69% en Estados Unidos y el 80% en África).

La apuesta de Pfizer

Para terminar, unas líneas sobre la vacuna de Pfizer contra el nuevo coronavirus. Se ha dicho que esta empresa no ha sido la que, realmente, descubriera los primeros pasos para su investigación y desarrollo. Esto no es importante, ya que la decisión de calado, a la vista de indicios positivos para financiar su investigación y desarrollo, la tuvo que tomar Albert Bourla, consejero delegado de esta compañía estadounidense.

El riesgo, insisto, lo asumió Bourla, veterinario de formación, nacido en Grecia. Y todo ello, lógicamente, sin desmerecer el conocimiento científico de Ugur Sahin y Özlem Türeci, matrimonio de inmunólogos turcos, afincados en Alemania, descubridores de esta vacuna.

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