
Un equipo de científicos del Centro alemán de Investigación de Infecciones (DZIF), en Charité-Universitätsmedizin Berlin, identificó recientemente un proceso de reciclaje celular conocido como autofagia como objetivo potencial en la lucha contra el coronavirus MERS.
Los científicos demostraron que las sustancias inductoras de autofagia, incluidos ciertos medicamentos ya aprobados, son capaces de reducir drásticamente la velocidad a la que se replica el virus, según detallan en Nature Communications.
El coronavirus MERS (Síndrome Respiratorio del Próximo Oriente o MERS-CoV) es capaz de causar una enfermedad similar a la gripe que, con frecuencia, se asocia con neumonía. Desde su aparición en 2012, se han notificado aproximadamente 2.500 casos a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un total de 27 países.
Aproximadamente, un tercio de las infecciones han acabado en fallecimientos. Ahora, el equipo de investigadores alemanes dirigidos por el doctor Marcel Müller, del Instituto de Virología en el campus Charité Mitte, acaba de descubrir que el virus MERS solo puede replicarse de manera eficiente si inhibe un proceso celular conocido como autofagia.
Fundamentándose en este descubrimiento inicial, los investigadores identificaron sustancias que son capaces de inducir autofagia y, por lo tanto, pueden usarse para limitar la infección viral.
Reciclaje celular
El término autofagia se refiere a un tipo de proceso de reciclaje celular que permite a las células deshacerse de materiales dañados y productos de desecho, al tiempo que retiene componentes intactos para su incorporación a nuevas estructuras celulares.
Esta degradación autofágica también es capaz de identificar componentes derivados de patógenos, como los básicos de los virus, que son tratados como productos de desecho y eliminados.
Los virólogos conocen que una variedad de virus ha desarrollado estrategias para desregular o inhibir la autofagia. El doctor Müller y su equipo se propusieron determinar si el coronavirus MERS es capaz de modular la degradación autofágica. Como primer paso, y utilizando condiciones estrictas de bioseguridad, infectaron células con el virus MERS.
Observaciones posteriores revelaron una interrupción en el proceso de reciclaje celular en células infectadas con el virus. «Este resultado indica claramente que el patógeno MERS se beneficia de una atenuación del proceso de reciclaje celular«, explica el doctor Müller.
Los investigadores también lograron identificar un interruptor molecular previamente desconocido que regula el proceso de degradación autofágica: la proteína SKP2. Descubrieron que el coronavirus MERS activa este interruptor molecular para ralentizar los procesos de reciclaje de la célula y evitar la degradación.
Sustancias inhibidoras de la autofagia reducen la replicación del coronavirus MERS
Utilizando estas nuevas ideas, los investigadores trataron las células infectadas con MERS con varios inhibidores de SKP2 para estimular el proceso de degradación. Esta estrategia fue un éxito ya que las sustancias inhibidoras de la autofagia redujeron la replicación viral en un factor de 28.000.
Entre las sustancias utilizadas para provocar este efecto se encontraban medicamentos autorizados, como la niclosamida, un tratamiento para las tenias que previamente se habían identificado como inhibidor de SKP2.
Si bien estos resultados revelan que SKP2 es un punto de partida prometedor para el desarrollo de nuevas sustancias capaces de combatir el coronavirus MERS, el doctor Müller opina que los inhibidores de SKP2 deberán probarse in vivo antes de que puedan usarse como medicamentos.
En este contexto, el equipo de investigadores alemanes también probará si los inhibidores de SKP2 podrían ser efectivos contra otros coronavirus como el SARS o el 2019-nCoV que actúa actualmente en China.