La nueva vacuna de nanopartículas tendrá mayor protección frente a las variantes del SARS-CoV-2
Imagen de microscopía electrónica del tejido de los ganglios linfáticos de un ratón inmunizado con una vacuna Covid-19 experimental. Las células inmunitarias absorben fácilmente las partículas de la vacuna, lo que estimula la producción de anticuerpos durante varias semanas. Foto: Yi-Nan Zhang, Kimberly Vanderpool, Theresa Fassel y Scott Henderson / Scripps Research

Una vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2 basada en nanopartículas y desarrollada por científicos de Scripps Research ha provocado ya respuestas inmunitarias que sugieren mayor protección y más amplia. Aunque se trata de los resultados de un estudio preclínico, las noticias no pueden ser mejores.

Este posible nuevo preparado es -según los investigadores- muy prometedor contra las variantes del coronavirus que causa Covid-19, y que son las más peligrosas hasta el momento. Los resultados conseguidos que aparecen en Science Advances sugieren que puede involucrar al sistema inmunológico de manera mucho más sólido que otras vacunas.

Estos resultados deben confirmarse en ensayos con humanos, pero apuntan a la posibilidad de lograr una inmunidad poderosa y duradera contra todas las variantes principales del SARS-CoV-2.

Esta vacuna, aún experimental, no utiliza virus, ARN mensajero o copias sueltas de la proteína del pico de este agente patógeno. Está hecha de proteínas que se autoensamblan en estructuras de nanopartículas similares a virus.

Como destaca el profesor Jiang Zhu, del departamento de Biología Computacional y Estructural Integrativa de Scripps Research y autor principal de este trabajo, en animales de laboratorio estas estructuras de nanopartículas provocan respuestas inmunes que neutralizan poderosamente la cepa original de Wuhan de SARS-CoV-2 y, con la misma potencia, todas las otras variantes importantes, incluida la delta.

Los científicos también examinaron las raíces celulares de la inmunidad inducida por esta vacuna experimental con nanopartículas, demostrando cómo sus partículas similares al nuevo coronavirus, en comparación con las copias sueltas de la proteína de pico del SARS-CoV-2 utilizada por otras vacunas, “tenían un compromiso mucho más prolongado y fuerte con las células inmunes que dan lugar a la inmunidad a largo plazo”.

Nanopartículas de autoensamblaje

“Estos son resultados muy prometedores, por lo que otros investigadores en el campo de las vacunas pueden adoptar, como puntos de referencia estándar para la comparación de vacunas, las medidas de participación de la vacuna con las células inmunes que hicimos en este estudio”, añade el profesor Zhu.

El diseño de nanopartículas de autoensamblaje es uno de los campos que este investigador y su equipo han utilizado en los últimos años para otras vacunas candidatas, incluso para el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida, el virus de la hepatitis C y el del Ébola.

Cuenta con una esfera de nanopartículas de proteína en la que se incrustan moléculas más pequeñas que imitan las proteínas de pico externas del virus. Las proteínas de pico utilizadas para la vacuna son más estables y, en ese sentido, estos investigadores creen que tienen mayor capacidad para estimular una respuesta inmune que las que se encuentran en el virus real y en las producidas por los preparados actuales de ARNm y virus-vector.

El resultado es una estructura que se parece en gran medida a la de una partícula real de SARS-CoV-2 y estimula poderosamente una respuesta inmune contra el virus. Sin embargo, a diferencia de otros conceptos de vacunas de proteínas, se autoensambla y se puede fabricar con relativa facilidad a gran escala, según el profesor Zhu.

Antes del verano pasado, este científico de Scripps informó de resultados iniciales igualmente alentadores de los estudios de esta vacuna candidata, incluido el hallazgo de que la sangre de los roedores inmunizados con ella puede neutralizar no solo el SARS-CoV-2 sino también al virus SARS-CoV-1, que provocó un brote grave principalmente en el este de Asia entre los años 2002 y 2004.

Vacuna SARS-CoV-2 de nanopartículas de gran amplitud

Ahora, los investigadores llevaron a cabo un conjunto más extenso de pruebas, incluidas pruebas de la capacidad del plasma sanguíneo que contiene anticuerpos de ratones inmunizados para neutralizar diferentes variantes del SARS-CoV-2.

Así, descubrieron que el plasma podía bloquear la infección de célula a célula en la placa de laboratorio, no solo la cepa de referencia SARS-CoV-2 Wuhan, sino también, con la misma eficacia, la B.1.1.7 (variante alfa, que surgió en Inglaterra), la variante B.1.351 (detectada por primera vez en Sudáfrica); la variante P.1 (gamma, que apareció en Brasil), así como una versión de la variante B.1.617 (delta), detectada en la India y que sigue siendo la variante más dominante y de más rápida difusión.

Tras aislar anticuerpos específicos en los animales de laboratorio inmunizados, los investigadores examinaron el proceso biológico de inducción de la inmunidad, demostrando con microscopía electrónica en los ganglios linfáticos cómo las partículas de la vacuna experimental interactúan con las células dendríticas foliculares así como con las células B productoras de anticuerpos.

Después, compararon estos resultados con el de un diseño de proteína de pico para concluir que la nueva posible vacuna a base de nanopartículas es muy superior en su capacidad para estimular estos elementos inmunes.

Por lo tanto, el estudio concluye que si finalmente se aprueba para su comercialización después de los ensayos clínicos, que el profesor Zhu espera comenzar el próximo año, podría superar en gran medida a otras vacunas contra el SARS-CoV-2, en términos de potencia, amplitud y, posiblemente, también de duración de la protección.

En su financiación figuran los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y la empresa Uvax Bio LLC.

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