Hacia una nueva terapia para la espondiloartritis axial
La espondiloartritis axial es una forma de artritis muy dolorosa, que origina inflamación en la columna vertebral, ojos, intestino y piel. Foto: Racool_studio/freepik

Un equipo de investigadores y clínicos del Instituto de Artritis Schroeder, en la ciudad canadiense de Toronto, protagonizan un hallazgo en laboratorio que abre la puerta a nuevos tratamientos para la espondiloartritis axial.

Como explican en Science Translational Medicine, se trata de una forma de artritis muy dolorosa, que origina inflamación en la columna vertebral, ojos, intestino y piel.

El doctor Nigil Haroon, codirector del Programa de Espondilitis de la University Health Network, en Toronto, y principal autor de este trabajo, recuerda que en la actualidad son escasas las opciones terapéuticas para la mayoría de los pacientes que viven con espondiloartritis axial (SpA). “Es una enfermedad devastadora que impacta directamente en la calidad de vida”, asegura.

A pesar de que las autoridades sanitarias han aprobado varios tratamientos que incluyen fármacos biológicos para la SpA, entre el 40 y el 50% de los pacientes no responden a ningún tratamiento y “desarrollan un dolor intenso así como una formación anormal de hueso nuevo”, puntualiza el doctor Akihiro Nakamura, de este equipo de científicos.

El trabajo se centra en el papel del factor inhibidor de la migración de macrófagos (MIF), que actúa como una proteína que induce una respuesta inflamatoria o inmunitaria en el organismo. Hasta ahora, se desconocía el papel que juega el MIF en la progresión de esta enfermedad.

Como se explica en el estudio, los investigadores observaron que la expresión de MIF y su receptor CD74 se incrementa en la sangre y tejidos de modelos preclínicos. También encontraron que los neutrófilos humanos (un tipo de glóbulo blanco que induce la respuesta del sistema inmunológico) de los pacientes con SpA secretaban concentraciones más altas de MIF, en comparación con personas sanas. Esto, a su vez, hace que otras células provoquen más inflamación.

Objetivo: inducir la remisión de la espondiloartritis axial

Esto significa -según el doctor Haroon- que “si el cuerpo ha estado expuesto a un desencadenante, se podría producir demasiado MIF en individuos susceptibles, lo que podría conducir a un diagnóstico de SpA tardío. Si pudiéramos bloquear pronto el exceso de producción de MIF, es posible que pudiéramos inducir la remisión de la enfermedad y prevenir la discapacidad y la mortalidad relacionadas con la enfermedad”.

En un trabajo previo de 2017, los investigadores encontraron que la concentración o expresión de MIF aumenta sustancialmente en la sangre, los fluidos de las articulaciones articulares y los tejidos intestinales de los pacientes con SpA, en comparación con los de un tipo diferente de pacientes con artritis o voluntarios sanos. También entonces demostraron que MIF podría participar en la promoción del desarrollo de la formación de hueso nuevo.

En el modelo preclínico, el bloqueador específico de MIF, que los científicos denominan MIF098, previno y restringió con éxito la aparición de la enfermedad y su desarrollo. Ahora, se centrarán en comprobar el potencial de otras terapias dirigidas al MIF, lo que podría llevar a encontrar un tratamiento nuevo para esta enfermedad.

El doctor Haroon añade que si bien los pacientes con SpA experimentan inflamación, dolor, rigidez y, con el tiempo, esto puede desembocar en una fusión espinal y pérdida de movilidad, “no es sólo la enfermedad en sí de lo que estas personas tienen que preocuparse. En comparación con la población general, también hay un 60% más de probabilidades de que sufran un accidente cerebrovascular y un 30% más de que puedan padecer un evento cardiovascular o una enfermedad mental».

Medicamentos dirigidos a MIF

El siguiente paso de este equipo de científicos canadienses es comprobar la eficacia de los bloqueadores de MIF en pacientes con SpA a través de ensayos clínicos, en los que buscarían determinar la concentración óptima y la frecuencia de administración de los medicamentos dirigidos a MIF para humanos, así como estudiar los posibles efectos secundarios, para garantizar la seguridad.

Finalmente, el doctor Harron insiste en que los fármacos que existen actualmente “no funcionan para la mitad de los pacientes con SpA. Además, las tasas de artritis están aumentando en todo el mundo. Creemos que este tratamiento podría ser eficaz para una buena proporción de pacientes, incluidos aquellos que no responden a otros tratamientos actualmente disponibles”.

En el apartado Conflicto de intereses, este investigador informa que es consultor de las empresas farmacéuticas Abbvie, Eli Lilly, Janssen, Novartis y UCB, pero que ninguna ha financiado este estudio.

El Schroeder Arthritis Institute es el centro multidisciplinario de artritis más grande de Canadá, que integra aspectos médicos, quirúrgicos y científicos básicos de la mano, ortopedia, osteoporosis y reumatología, con el objetivo de lograr un impacto global en el descubrimiento, el aprendizaje y la atención al paciente.

En este Instituto, que tiene su sede en Toronto Western Hospital, trabajan más de 50 investigadores y clínicos. Este centro sanitario, junto con el Toronto General Hospital y el Princess Margaret Cancer Centre, Toronto Rehabilitations Institute y Michener Institute of Education, forman parte de la University Health Network, a su vez afiliado a la Universidad de Toronto.

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