Cómo la bacteria ‘legionella’ engaña al sistema inmune
Macrófagos derivados de monocitos humanos incubados con vesículas extracelulares derivadas de 'Legionella pneumophila' (blanco), retículo endoplásmico (verde); núcleo (azul), mitocondrias (naranja). Imagen: Instituto Pasteur

La bacteria Legionella pneumophila activa un mecanismo con el que hace frente a la respuesta inmune de las células que infecta. Científicos del Instituto Pasteur aseguran que la clave es que secreta un pequeño ácido ribonucleico (ARN) regulador.

Como explica Carmen Buchrieser, jefa de la Unidad de Biología de las Bacterias Intracelulares del Instituto Pasteur y coautora del estudio que aparece en Nature Communications, se arroja nueva luz sobre las diversas y sofisticadas estrategias empleadas por los patógenos intracelulares para sobrevivir y desarrollarse durante la infección.

En este estudio han participado también especialistas del CNRS y de la Universidad de París dirigidos por Gregory Lavieu. Su colaboración con el Pasteur ha sido clave para descubrir cómo la bacteria Legionella pneumophila ataca la respuesta inmune de las células que infecta, secretando un pequeño ARN regulador.

Este mecanismo, que no había sido descrito con anterioridad, facilita la supervivencia y proliferación de este agente patógeno durante la infección. Las conclusiones de este estudio proporcionan información valiosa para la comunidad científica sobre las estrategias utilizadas por las bacterias para manipular sus células huésped.

En las conclusiones de este trabajo explican cómo Legionella pneumophila secreta vesículas extracelulares en la célula huésped durante la infección, en la que empaqueta pequeñas moléculas reguladoras de ARN. Estos ARN reguladores imitan a los ARN reguladores eucarióticos, denominados micro ARN, que ya existen de forma natural en la célula huésped.

‘Legionella’ imita las funciones de la célula huésped

Los patógenos intracelulares adoptan diversas estrategias para eludir las defensas inmunitarias y proliferar dentro de las células que infectan. Legionella pneumophila tiene un gran depósito de proteínas efectoras; esto es, moléculas secretadas en la célula huésped a través de un sistema de secreción concreto que imitan las funciones de la célula huésped y son utilizadas por el patógeno para manipular las vías de señalización del huésped en beneficio de los patógenos, como explicaron los equipos de Christel Cazalet, en 2004, en Nature Genetics y de Laura Gómez Valero, en 2019, en Proccedings.

Los científicos galos han descubierto que estos dos ARN bacterianos -denominados RsmY y tRNA-Phe-, funcionan en la célula huésped de manera similar a los microARN. Regulan a la baja RIG-I, una proteína en la célula que detecta moléculas de ARN extrañas para iniciar una respuesta inmune. Explican que la regulación a la baja de la expresión de RIG-I se traduce en una respuesta inmunitaria disminuida del huésped y una mejor replicación de Legionella pneumophila.

Legionella pneumophila es un patógeno bacteriano que causa brotes de una neumonía letal. El género Legionella comprende 65 especies para las cuales las amebas acuáticas son los reservorios naturales.

Asimismo, esta bacteria es el agente causante de la enfermedad del legionario (legionelosis). Se replica como un parásito intracelular de las amebas y persiste en el medio ambiente como un microbio de vida libre. Según el Instituto de Salud Carlos III, la legionella pneumophila se encuentra en cursos de agua superficiales en el medio ambiente en todo el mundo.

Aparece con la proliferación y uso de dispositivos y sistemas que utilizan agua a determinadas temperaturas que facilitan su multiplicación y emiten aerosoles durante su funcionamiento. Se transmite al ser humano a través de aerosoles de agua contaminada en dichos sistemas y dispositivos.

Legionelosis, enfermedad de declaración obligatoria

Según el Instituto de Salud Carlos III, la relevancia de esta enfermedad, desde el punto de vista de la salud pública, viene dada por su frecuente presentación en forma de brotes, tanto comunitarios como nosocomiales, su letalidad, especialmente en personas de edad avanzada o con otras enfermedades, su impacto en la economía, especialmente en las comunidades autónomas con turismo, y la posibilidad de prevención mediante el control de las instalaciones que utilizan agua.

La Legionelosis es una enfermedad de declaración obligatoria en España. Los casos y brotes son vigilados por las comunidades autónomas y notificados a través de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) al Centro Nacional de Epidemiología.

La Red recoge información de todos los casos notificados y brotes estudiados en las autonomías. “La información está disponible de forma desagregada para los casos desde 1996 y para los botes desde 1989”, matizan.

Ya para terminar y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad del legionario tiene un periodo de incubación de 2 a 10 días, aunque en algunos brotes se han registrado periodos de hasta 16 días. La muerte sobreviene por neumonía progresiva acompañada de insuficiencia respiratoria y/o conmoción e insuficiencia multiorgánica.

Entre un 75% y un 80% del conjunto de casos notificados son personas mayores de 50 años y entre el 60% y el 70% son hombres. Además, en Europa, Australia y Estados Unidos, se detectan entre 10 y 15 casos por cada millón de habitantes al año.

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