
Los científicos saben que los coronavirus, incluido el SARS-CoV-2 responsable de la pandemia COVID-19, pueden permanecer infecciosos durante días, o incluso más, en las aguas residuales y el agua potable.
El profesor Haizhou Liu, de la Universidad de California, en Riverside, y el profesor Vincenzo Naddeo, de la Universidad italiana de Salerno, piden más pruebas para determinar si los métodos de tratamiento de agua son efectivos para acabar con el SARS-CoV-2 y los coronavirus en general.
Se sabe que el coronavirus puede ser transportado en gotas microscópicas o aerosoles, que llegan al aire por evaporación o rociado, según detallan estos científicos en Environmental Science: Water Research & Technology.
Para el profesor Liu, la pandemia de COVID-19 pone de relieve “la urgente necesidad de una evaluación rigurosa del destino y el control de este coronavirus en el medio ambiente. Los ingenieros ambientales están cualificados para aplicar la experiencia y abordar estas necesidades, con colaboraciones internacionales para proteger la salud pública”.
Como se recordará, durante un brote de SARS en 2003 en Hong Kong, una fuga de aguas residuales causó un grupo de casos a través de la aerosolización. Aunque no se han producido casos conocidos de COVID-19 por fugas de aguas residuales, el nuevo agente patógeno está estrechamente relacionado con el que causa el SARS, y podría ser posible la infección a través de esta ruta.
Riesgo de coronavirus en biopelículas de sistemas de agua potable
El nuevo coronavirus también podría colonizar las biopelículas que recubren los sistemas de agua potable, convirtiendo los cabezales de ducha en una posible fuente de transmisión en aerosol. Los científicos creen que esta vía de transmisión es una fuente importante de exposición a la bacteria que causa la legionelosis, por ejemplo.
Afortunadamente, la mayoría de las rutinas de tratamiento de agua matan o eliminan los coronavirus de manera efectiva tanto en el agua potable como en las aguas residuales. Se cree que la oxidación con ácido hipocloroso o ácido peracético, y la inactivación por irradiación ultravioleta, así como con cloro, matan los coronavirus.
En las plantas de tratamiento de aguas residuales que utilizan biorreactores de membrana, los efectos sinérgicos de los microorganismos beneficiosos y la separación física de los sólidos en suspensión filtran los virus concentrados en el lodo de las aguas residuales.
Sin embargo, los profesores Liu y Naddeo advierten de que la mayoría de estos métodos no se han estudiado para determinar su efectividad específicamente en el SARS-CoV-2 y otros coronavirus, por lo que han pedido una investigación adicional.
También sugieren mejorar la infraestructura existente de tratamiento de agua y aguas residuales en puntos críticos de brotes, que posiblemente reciban coronavirus de lugares como hospitales, clínicas comunitarias y hogares de ancianos.
Por ejemplo, los sistemas de punto de uso ultravioleta, de bajo consumo de energía, emisores de luz y basados en diodos podrían desinfectar el agua antes de que ingrese al sistema de tratamiento público.
Los sistemas de reutilización de agua potable, que purifican las aguas residuales en el agua del grifo, también necesitan una investigación exhaustiva para la eliminación del coronavirus y, posiblemente, nuevas normas reguladoras para la desinfección, apuntan los investigadores.
Invertir en prevención para acabar con el coronavirus
Tampoco saben los científicos hasta qué punto los virus pueden colonizar las biopelículas. Se trata de crecimientos bacterianos delgados y viscosos que recubren las tuberías de muchos sistemas de agua potable envejecidos. Es posible que, para prevenir posibles brotes, sea necesario un mejor monitoreo de los coronavirus en las biopelículas.
El aumento en el uso doméstico de bactericidas y desinfectantes probablemente causará un aumento de bacterias resistentes a los antibióticos en el medio ambiente. Las aguas residuales tratadas que se descargan en las vías fluviales naturales requieren un monitoreo cuidadoso durante todo el ciclo del agua.
Los profesores Liu y Naddeo recurren a químicos, ingenieros ambientales, microbiólogos y especialistas en salud pública para que desarrollen soluciones multidisciplinarias y prácticas para el agua potable y los ambientes acuáticos saludables.
Por último, los países en desarrollo y algunas regiones de países desarrollados, como las comunidades rurales y empobrecidas, que carecen de la infraestructura básica para eliminar otros contaminantes comunes, tampoco podrían eliminar el SARS-CoV-2.
Estos lugares pueden experimentar frecuentes brotes de COVID-19 que se propagan fácilmente a través del comercio globalizado y los viajes. Estos científicos sugieren que los gobiernos de los países desarrollados deben apoyar y financiar los sistemas de agua y saneamiento donde sea necesario.