Alerta mundial por el virus de la viruela
El virus de la viruela del mono, que se muestra aquí en una micrografía electrónica en color, generalmente se propaga por contacto de piel a piel o por gotitas respiratorias. La transmisión sexual puede desempeñar un papel en el nuevo brote. Hazel Appleton/Health Protection Agency Centre For Infections/Fuente: Science

El virus monkeypox ha puesto en alerta a Occidente, por la acumulación de casos de viruela que se siguen registrando. Y de repente, en España, los políticos se echan las manos a la cabeza pidiendo la vacuna. Por cierto, la vacuna de última generación contra el virus vaccinia de la viruela humana, que es realmente letal, existe desde hace años gracias al talento de la industria farmacéutica innovadora.

Antes de describir cómo se consiguió este preparado, unas líneas para recordar que la viruela humana, de la que se tienen noticias desde el antiguo Egipto, está considerada como una de las peores enfermedades que ha padecido la humanidad. Nada que ver con la actual viruela del mono.

El virus variola fue responsable de la muerte del 30% de la población mundial contagiada y se estima que, solo en la primera mitad del siglo XX, fue la causa del fallecimiento de unos 500 millones de personas. Además, muchos de los que sobrevivieron a la infección quedaron marcados por cicatrices en su cuerpo e, incluso, perdieron la vista además de padecer otras disfunciones, como artritis.

Fue oficialmente erradicada en 1980 a través de una vacunación masiva coordinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sólo 20 años antes, era endémica en África y en Asia.

Según la literatura científica, se cree que la viruela humana apareció por primera vez durante los primeros asentamientos agrícolas, hace unos 10.000 años, y la primera prueba tangible de su existencia viene de las momias egipcias pertenecientes a la decimoctava dinastía.

Sin embargo, las primeras descripciones de la enfermedad no se realizaron hasta el siglo IV en China y el siglo X en el sudeste asiático. Una serie de epidemias, a partir del siglo XVI, mermó la población en Occidente.

Destrucción multiorgánica de la viruela humana

La viruela humana se transmite de persona a persona a través del contacto directo y prolongado o al manipular objetos infectados. Malestar general, fiebre, diarrea, sangrado excesivo y dolor de cabeza son, entre otros, los primeros indicios de contagio. Estos síntomas son comunes a otras enfermedades, por lo que cuando se diagnosticaba era ya demasiado tarde para muchos por la destrucción multiorgánica.

El virus pertenece a la familia de los Poxvirus que están ampliamente distribuidos en la naturaleza infectando gran variedad de organismos, de los cuales el virus de la viruela humana se centra selectivamente en humanos, aunque el denominado del mono se ha transmitido a las personas y es prevalente en África.

Diversos analistas coinciden en subrayar que, si se produjese ahora un brote de viruela humana, el 75% de la población sería susceptible a la infección. Entre otras razones, se apunta a que los menores de 35 años nunca han sido vacunados contra el virus variola. Por eso, existe gran preocupación de que el virus se puede propagar como parte de un ataque terrorista.

Aunque la viruela humana es la única enfermedad que se ha conseguido erradicar en todo el mundo, Estados Unidos y Rusia tienen conservadas reservas de virus variólico. La decisión del Gobierno estadounidense de vacunar en 2002 a más de medio millón de trabajadores sanitarios contra esta enfermedad, que puede resultar letal para aquellas personas con deficiencias inmunitarias, abrió de nuevo la polémica sobre esa controvertida decisión de conservar cepas.

Concretamente, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta (EE UU) tienen más de 450 cepas derivadas de varias colecciones nacionales diferentes. La mayor parte son aislamientos de virus variólico y se ha creado una base de datos para vincularlos con los datos diagnósticos y epidemiológicos disponibles.

Reservas del virus de la viruela humana

Asimismo, las muestras que se conservan en el Centro estatal de Investigaciones Virológicas y Biotecnológicas Vector, en la ciudad rusa de Koltsovo, comenzaron a recogerse en los años cincuenta del siglo pasado. No todas han sido sometidas a pruebas de viabilidad, por lo que los analistas creen que únicamente muy pocos cultivos congelados y cepas liofilizadas son válidas, aunque en 2014 se descubrieron por casualidad varios viales en EE UU que contenían el virus variola, olvidados en una nevera de los Institutos Nacionales de Salud y que han demostrado ser activos al cabo de muchos años de permanencia a una temperatura de 4ºC.

Respecto a la polémica que existe sobre si se deberían eliminar o no las cepas del virus de la viruela humana que existen en Estados Unidos y Rusia, los defensores de esta medida argumentan que ha habido tiempo suficiente para conseguir vacunas más efectivas y que sin muestras se elimina la posibilidad de que se utilicen para fines terroristas.

Frente a esto, los partidarios de que se sigan conservando esas cepas destacan que todavía es necesario ahondar en el conocimiento de la biología molecular de este virus para asegurar que tenemos toda la información científica y material necesario para actuar con rapidez y controlar la infección en cualquier lugar del mundo.

No se descarta -aseguran- que se puedan producir actos bioterroristas con virus que permanece oculto o reconstruir el virus de la viruela humana por los métodos de síntesis de material genético ya existentes y usarlo como arma biológica letal.

La OTAN ya ha alertado internamente de la posibilidad de que Putin, al invadir Ucrania y no conseguir hasta ahora acabar con el conflicto, podría emplear el virus de la viruela contra ellos.

Sobre Jenner, Dunning y Pasteur

Como apunte histórico, recordar que el 14 de mayo de 1796, el cirujano Edward Jenner, ayudado por su sobrino Henry, inició un experimento crucial que, posteriormente, explicó en su reconocido trabajo Investigación de las causas y efectos de la vacuna antivariólica.

Se había dado el primer paso para obtener la vacunación, término empleado por primera vez por Richard Dunning. En 1803, la Corona española coordinó la primera gran campaña de vacunación masiva contra la viruela en las colonias españolas de ultramar, en las Américas y en Filipinas. En 1881, Louis Pasteur utilizó la palabra vacuna en sentido general y propuso que se empleara, al igual que vacunación, durante una conferencia científica que tuvo lugar en Londres.

España y el plan de contingencia contra la viruela

Llegados a este punto, es necesario recordar que, en España, el Consejo de Ministros celebrado el 18 de octubre de 2002 autorizó al Ministerio de Defensa un gasto de 691.153,93 euros para la detección de amenazas biológicas. Y meses después, en febrero de 2003, el Gobierno adquirió dos millones de vacunas de viruela para hacer frente a un posible ataque bioterrorista con este virus infeccioso. La compra la realizaron conjuntamente los ministerios de Sanidad y Defensa y el coste de la operación ascendió a unos 7,2 millones de euros.

Ya entonces hubo problemas para adquirir estos preparados porque los países de la UE las habían acaparado y no había existencias. Se pudieron comprar, pero diluidas al 10%.

Por lo tanto, nuestro país contaba con un plan de contingencia contra el virus de la viruela desde 2003 que, según los expertos, no hay necesidad de cambiar. Sin embargo, es necesario actualizarlo por estar vacío de contenido, ya que las vacunas que se adquirieron entonces (más de dos millones de dosis) están caducadas.

También los principales países de la Unión Europea reconocieron en 2005 que las reservas de vacunas que tenían para la población eran viejas. Este ejercicio les permitió concluir que la preparación es esencial ante una epidemia inesperada, ya que los líderes mundiales no pueden construir un sistema de respuesta en medio de una crisis.

Desde entonces, se está discutiendo la actualización de sus planes de preparación contra la viruela, debido a la aparición de las nuevas vacunas. Algunos países ya la han comprado, entre ellos Francia, Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá.

Biotecnología para conseguir vacunas de última generación

Precisamente, Estados Unidos tiene un compromiso desde hace mucho tiempo en la promoción del desarrollo de nuevas vacunas contra patógenos susceptibles de uso en ataques bioterroristas. Y es aquí donde hay que mencionar la inversión billonaria que hizo en una empresa de biotecnología danesa, Bavarian Nordic, para producir vacunas de última generación con el virus de la viruela.

Esta compañía ha construido su base en torno a tecnologías de plataforma de vacunas basadas en poxvirus y, en particular, con su biotecnología Modified Vaccinia Ankara – Bavarian Nordic.

Aseguran que es adaptable y adecuada para abordar una amplia variedad de enfermedades infecciosas y cánceres. Es una versión más atenuada del virus Vaccinia Ankara modificado (MVA), que es una cepa altamente atenuada del poxvirus Chorioallantois Vaccinia virus Ankara (CVA). Está aprobada como vacuna contra la viruela en EE UU, Canadá y la UE.

Una gran ventaja de MVA-BN es la incapacidad del virus para replicarse en una persona vacunada, en contraste con las vacunas antivariólicas originales. El ciclo de replicación se bloquea en una etapa muy tardía, lo que garantiza que no se generen y liberen nuevos virus en el cuerpo.

Alta inmunogenicidad

Esto significa que el virus no puede propagarse en una persona vacunada, lo que probablemente contribuya al perfil de seguridad favorable observado para las vacunas basadas en MVA-BN en más de una docena de estudios clínicos realizados por Bavarian Nordic.

Más de 7.600 personas, casi 1.000 de las cuales están inmunocomprometidas, han sido vacunadas con preparados basados en MVA-BN, lo que demuestra que la plataforma tiene una alta inmunogenicidad y un perfil de seguridad favorable.

En términos de eficacia, MVA-BN induce una fuerte actividad celular (CTL) así como una respuesta inmune humoral, y ha demostrado la capacidad de estimular una respuesta incluso en personas con inmunidad preexistente contra vaccinia.

Las vacunas homólogas de MVA-BN consisten en una dosis principal inicial para activar el sistema inmunitario, seguida de una segunda dosis de refuerzo de la misma vacuna. Estas son más simples y fáciles de desarrollar y autorizar que las vacunas heterólogas, que utilizan diferentes tipos de tecnologías de vacunas.

Por ahora no me extiendo más, pero hay mucha más información. Parafraseando a los inigualables humoristas Tip y Coll, “la próxima vez volveremos a hablar del Gobierno”.

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