
El sueño de movimientos oculares rápidos (REM), esto es, cuando se sueña, es mayor es los lobos que en los perros. Esta es una de las principales conclusiones del innovador estudio llevado a cabo por especialistas del departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd (Hungría).
En este estudio dirigido por Anna Bálint, y que aparece en Scientific Reports, los investigadores utilizaron métodos no invasivos, como la colocación en la piel de estos animales de una serie de electrodos similares a los EEG para medir el sueño en las personas.
Anna Bálint, una de las mayores expertas en comportamiento canino, destaca que el interés, cada vez mayor, en la investigación del sueño en los perros se deriva de sus ventajas para estudiar el sueño de una especie domesticada adaptada al entorno humano.
Las adaptaciones evolutivas a las circunstancias ambientales, como dormir en un entorno protegido, podrían haber dado forma al sueño de las personas. Por tanto, cabría esperar cambios similares en el sueño de otras especies adaptadas al entorno humano. Por ejemplo, los perros, al igual que nosotros, duermen más superficialmente en un entorno desconocido.
Bálint recuerda que si bien ya se han llevado a cabo estudios comparativos entre perros y lobos en diversas áreas de investigación, entre ellos comportamiento y genéticos, “los procesos neuronales de los lobos siguen siendo un campo en gran parte inexplorado”.
Refiriéndose a su trabajo, detalla que “medimos el electroencefalograma (EEG) del sueño de siete lobos domesticados y ampliamente socializados, utilizando la misma metodología que se ha aplicado en perros de familia. Comprobamos con éxito todas las etapas del sueño (somnolencia, sueño profundo y REM) que también se observaron previamente en perros”.
Mayor fase REM en lobos
Puede parecer sorprendente que a los lobos se les pueda medir por EEG de la misma manera que a nuestras viejas mascotas familiares, los perros. Sin embargo, al criar y socializar intensamente a los lobos desde una edad muy temprana, se les puede tratar de la misma manera que a los perros.
Los lobos estaban rodeados de personas familiares durante los experimentos, acariciándolos hasta que se calmaron y finalmente se quedaron dormidos. Cada vez que los lobos se excitaban, el cuidador y el investigador los calmaban alabándolos y abrazándolos hasta que se quedaban tranquilos.
Vivien Reicher, primer firmante de este trabajo, destaca que “mientras que los perros jóvenes y los lobos mostraron una distribución bastante similar de las etapas del sueño, el tiempo pasado en REM parecía ser menor en los perros que en los lobos y esta diferencia es aún más evidente en los animales mayores. Este hallazgo es especialmente intrigante ya que la cantidad de sueño REM se ha relacionado con varios efectos diferentes, incluidos el desarrollo neurológico, el estrés, la domesticación, pero también la consolidación de la memoria».
Por su parte, Márta Gácsi, miembro del equipo y experta en el estudio de las interacciones entre personas y perros, reconoce que «aunque el tamaño de la muestra en este estudio es bajo y la distribución de edad de los sujetos está demasiado sesgada para sacar conclusiones comparativas, puede considerarse un primer paso importante para recopilar una cantidad adecuada de datos para describir correctamente el sueño del lobo».
Sueño REM
Como subrayan especialistas de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, el cerebro pasa por ciclos con cinco fases distintivas: 1, 2, 3, 4 y el sueño de movimientos oculares rápidos (REM).
El sueño REM representa el 25% del ciclo de sueño y ocurre por primera vez entre 70 y 90 minutos después de dormirse. Dado que los ciclos de sueño se repiten, se entra al sueño REM varias veces durante la noche.
El sueño REM se inicia en respuesta a las señales enviadas desde y hacia diferentes regiones del cerebro. Las señales se envían a la corteza cerebral, que es la responsable del aprendizaje, el pensamiento y la organización de información. También se envían señales a la médula espinal para detener los movimientos, lo que crea una incapacidad temporal de mover los músculos (parálisis) de los brazos y las piernas. Una alteración anormal de esta parálisis temporal puede hacer que las personas se muevan mientras sueñan. Este tipo de movimiento al dormir puede provocar lesiones, por ejemplo cuando una persona se choca contra un mueble mientras sueña que atrapa una pelota.
Asimismo y siempre según los INH, el sueño REM estimula las regiones del cerebro que se utilizan para el aprendizaje. Diversos estudios han demostrado que cuando se priva a las personas del sueño REM, no logran recordar lo que se les enseñó antes de irse a dormir.
Por último, se desconoce por qué se sueña durante la fase REM. En tanto algunas de las señales enviadas a la corteza cerebral durante el sueño son importantes para el aprendizaje y la memoria, otras parecerían enviarse al azar. La corteza cerebral podría tratar de interpretar o de encontrarle un sentido a estas señales enviadas al azar y crear una historia, lo que resulta en los sueños.