La vacuna para la fiebre amarilla falla con una cepa brasileña
Microscopía electrónica de transmisión (TEM) de partículas del virus de la fiebre amarilla. Los viriones son esferoidales, de forma uniforme y de 40 a 60 nm de diámetro. Foto: CDC / Erskine Palmer

La alerta roja la han encendido ahora investigadores brasileños y estadounidenses con la única vacuna que existe para la fiebre amarilla, después de analizar el brote epidémico que padeció durante tres años el sureste de Brasil.

En 2016 y 2019, el sureste de Brasil experimentó la epidemia de fiebre amarilla más devastadora en los últimos 70 años, con más de 2.000 casos y más de 750 muertes. Si bien la vacuna contra el virus de la fiebre amarilla es una de las más eficaces jamás creadas y confiere protección a los vacunados entre 20 y 30 años, su actividad frente a esta cepa brasileña emergente ha puesto en duda su efectividad continua.

Ahora, los investigadores demuestran a través de estudios in vitro que los anticuerpos inducidos por la vacuna contra la fiebre amarilla no son tan efectivos para neutralizar la cepa brasileña actualmente en libertad en América del Sur. Este trabajo aparece en Cell Host & Microbe.

Las cepas encontradas en América del Sur muestran cambios en las secuencias típicamente conservadas en varias proteínas no estructurales y se ha planteado la hipótesis de que estos cambios podrían influir en su virulencia y transmisión.

Ahora, el trabajo dirigido por Myrna Bonaldo, del Instituto Oswaldo Cruz, en Brasil, y Kartik Chandran, del Albert Einstein College of Medicine, en Estados Unidos, identifica características genéticas y bioquímicas únicas de la mayoría de las cepas suramericanas que pueden influir en su respuesta a la vacuna.

Actualización de la vacuna contra la fiebre amarilla

Estos investigadores atribuyen la reducción de la potencia a cambios genéticos que codifican la proteína de la envoltura viral, por lo que piden que con urgencia se lleven a cabo más investigaciones para “ampliar y actualizar nuestra comprensión de las relaciones cuantitativas entre los anticuerpos neutralizantes inducidos por la vacuna, las células T y la protección mediada por la vacuna contra el YFV, especialmente a la luz de los efectos dependientes del genotipo descubierto aquí”.

Insisten en que su hallazgo proporciona “una hoja de ruta para explorar actualizaciones de la vacuna estándar actual, que forma la base de la estrategia global integral de la Organización Mundial de la Salud para eliminar las epidemias de fiebre amarilla”.

Unas pinceladas para explicar que la fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término amarilla es por la ictericia que presentan algunos pacientes infectados.

Expertos de la Organización Mundial de la Salud subrayan que los síntomas de la fiebre amarilla son fiebre, cefaleas, ictericia, dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio.

Además, una pequeña proporción de pacientes infectados presentan síntomas graves y aproximadamente la mitad de estos casos fallecen en un plazo de entre siete y 10 días.

Virus endémico en zonas de África, América Central y Suramérica

Este virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Central y Suramérica. Es un arbovirus del género Flavivirus transmitido por mosquitos de los géneros Aedes y Haemogogus. Las diferentes especies de mosquitos viven en distintos hábitats. Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros en el bosque (salvajes) y algunos en ambos hábitats (semidomésticos).

Desde la OMS recuerdan que las grandes epidemias de fiebre amarilla se producen cuando el virus es introducido por personas infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra.

Hasta ahora se aseguraba que la fiebre amarilla “puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, segura y asequible. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo”. Sin embargo, este estudio de científicos brasileños y estadounidenses cuestiona su eficacia ante la cepa brasileña que provocó la epidemia en el país, entre 2016 y 2019.

A esto hay que destacar que todavía no se ha logrado un tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla, pero los pacientes mejoran con procesos para tratar la deshidratación, la insuficiencia hepática y renal y la fiebre. Las infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con antibióticos.

Vacuna con virus vivos debilitados de fiebre amarilla

La Asociación Española de Pediatría informa que, en España, tenemos la vacuna Stamaril, compuesta por virus vivos debilitados, que no provocan la enfermedad, pero inducen protección frente a ella. Este preparado está comercializado por Sanofi.

Recomiendan que se vacunen con ella todas las personas entre los nueve meses y los 60 años de edad que vayan a viajar o permanecer en áreas donde se transmite el virus causal. Los viajeros deben recibir la vacuna 10 días antes de llegar a destino, como mínimo. En España la administran los centros de vacunaciones internacionales, que expiden un Certificado Internacional de Vacunación, necesario para acceder a países con alta incidencia de fiebre amarilla en los que esta vacunación es un requisito para la entrada.

Se administra por inyección subcutánea o intramuscular. Puede administrarse simultáneamente con cualquier otra vacuna, salvo con la triple vírica. Si se ponen por separado, cualquier intervalo de tiempo es válido, excepto para la triple vírica (sarampión, paperas y rubeola), con la que se debe respetar un mínimo de cuatro semanas para no interferirse entre ellas. Con la vacuna de la varicela no es preciso mantener ningún intervalo.

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