
Unas gafas inteligentes que emiten ondas sonoras, al igual que hacen los murciélagos, es la base del innovador ingenio destinado a invidentes que han diseñado y construido en la Universidad australiana de Sidney.
Al igual que los delfines, una elevada variedad de murciélagos emiten ondas sonoras a través de su boca y nariz para volar y atrapar a sus presas. Es lo que se conoce con el nombre de ecolocalización.

Estos sonidos ultrasónicos rebotan en objetos próximos al emisor y producen eco, máxime si se tiene en cuenta que un ultrasonido es una onda acústica de alta frecuencia que supera el rango de audición de las personas, resultando imperceptible. Su duración es de milésimas de segundo.
Así, la señal rebota y regresa al emisor que la interpreta. El objeto se encuentra más cerca cuanto más intensa y rápido llega la señal.
En el estudio que aparece en PLos ONE, dirigido el profesor Howe Zhu, analizaron el potencial de una nueva técnica conocida como toque acústico para proporcionar una solución de audio espacial portátil para ayudar a las personas ciegas a encontrar objetos.
A diferencia de los sistemas tradicionales, esta técnica utiliza gafas inteligentes para sonificar objetos en distintos iconos auditivos sonoros cuando el objeto entra en el campo de visión del dispositivo. Así, desarrollaron un dispositivo de audio Foveated portátil, “para estudiar la eficacia y facilidad del tacto acústico para buscar, memorizar y alcanzar elementos”.
La idea surgió al comprobar que los murciélagos se desplazan y encuentran presas utilizando la ecolocalización. Producen ondas sonoras en frecuencias superiores a la audición humana que rebotan en los objetos de su entorno.
Gafas ‘inteligentes’
Involucraron a 14 participantes, siete de ellos ciegos o con baja visión y otros siete con los ojos vendados (grupo de control). Compararon el dispositivo portátil con dos condiciones idealizadas: una descripción verbal de la esfera del reloj y una presentación de audio secuencial a través de parlantes externos.
Descubrieron que el dispositivo portátil puede ayudar eficazmente a reconocer y alcanzar un objeto. También observaron que ese ingenio no aumenta significativamente la carga de trabajo cognitiva del usuario. Estos resultados sugieren a sus autores que el tacto acústico puede proporcionar un método portátil y eficaz de aumento sensorial.
Este avance tecnológico lo avala el hecho de que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay unos 39 millones de invidentes y otros 246 tienen baja visión, lo que afecta su capacidad para participar en las actividades de la vida cotidiana. En el diseño y desarrollo de estas gafas inteligentes que traducen la información visual en distintos iconos sonoros, también participaron especialistas de la empresa Aria Research.
Para el profesor Chin-Teng Lin, considerado como uno de los mayores especialistas en inteligencia artificial e interfaces cerebro-computadora, “la tecnología táctil acústica sonifica los objetos, creando representaciones sonoras únicas cuando entran en el campo de visión del dispositivo. Por ejemplo, el sonido del susurro de las hojas puede significar una planta, o un zumbido puede representar un teléfono móvil”.
El profesor Lin fue el inventor de las redes neuronales difusas (FNN) en 1992, introduciendo el aprendizaje de redes neuronales en sistemas difusos e incorporando razonamiento similar al humano en estas redes. Desde entonces, se han publicado online alrededor de medio millón de trabajos sobre este tema y este investigador ha desarrollado una serie de modelos FNN con varias capacidades de aprendizaje adecuadas para diferentes entornos, así como objetivos de aprendizaje reforzado.